Entradas

Mostrando entradas de 2011

La conjura de los necios y el capitalismo

La conjura de los necios es una referencia indiscutible a la hora de abordar las contradicciones del capitalismo, en cuanto a su concepto del bienestar y de la libertad que promete a los seres humanos: el paraíso de prosperidad con el que sueña la clase trabajadora, por el que justifica años de esfuerzo, ahorro y sacrificio. Pero basta rascar levemente en la superficie de este edificio para entender que se trata de un perverso engaño. Es lo que tiene claro Ignatius J. Reilly, el protagonista de la novela del suicida John Kennedy Toole (Nueva Orleáns 1937-1969). Como muchas de las grandes obras, esta fue rechazada en las editoriales y se publicó, tras el suicidio de su autor, en 1980, gracias a la insistencia de la madre y al hecho de que una persona autorizada, con criterio e influencias, ayudara a que viera la luz. El protagonista, alter ego del autor, posee una cultura libresca y una formación humanística que le permite analizar la sociedad desde una perspectiva histórica, lo qu

Lo que encierra el nombre: la identidad en George Sand, un asunto movedizo

¿Qué queda de nosotras cuando se nos despoja del apellido, eso que sitúa a la persona en un linaje, una línea sucesoria de herencias y de sangres? ¿Qué queda de la persona si la apartan del hogar donde nació y la condenan al exilio y al anonimato? Es la pregunta que George Sand lanza en La confession d'une jeune fille , un dardo envenenado contra los convencionalismos sociales a los que se ve sometida la mujer en calidad de subordinada, en la Francia de principios del siglo XIX, la que decapitó a su nobleza e instauró un nuevo orden. Inevitablemente, en ese contexto la identidad de la mujer está determinada no por sí misma, ni por la impronta de sus acciones, sino por ser hija de…, esposa de…, lo que le asigna un lugar en un contexto social, en una geografía, en una historia personal y colectiva. La confession d'une jeune fille , publicada en 1865 (que yo sepa, no ha sido traducida al español), se instala entre 1805 y 1830 en la plenitud del Romanticismo. La historia tiene

Laura Zavaleta, poesía bajo las piedras

Recibí una grata sorpresa el pasado 18 de noviembre escuchando a un grupo de poetas centroamericanas en Casa América. Estaban allí gracias al empeño de Concepción Bados Ciria quien hace parte de un proyecto que consiste en acercarnos a la literatura centroamericana, difundiendo la obra de sus poetas, mujeres. Destaca Laura Zavaleta (El Salvador, 1982), entre estas voces que se afirman en su condición de mujeres en la resistencia, ante los avatares políticos que deciden la suerte de ese trocito de nuestra América herido a machetazos, desde que la gran potencia decidió dividirlo para apropiárselo. Recordemos que el Salvador, antiguo Cuscatlán, tierra de collares, en náhuatl, soportó en el siglo XX durante 12 años una guerra que dejó un saldo de 75.000 muertos. En ese contexto las mujeres llevaron sobre sus hombros el peso de la guerra, además de en calidad de víctimas, afrontando el reto de sostener el edificio social. A cambio no han obtenido ni el más mínimo reconocimiento, todo lo c

El verano que dejamos atrás

Volver de vacaciones en el otoño es como caer de golpe en el campo para iniciar un partido sin entrenamiento. Cuesta retomar los hábitos que le dan sentido a la vida, como este de escribir. Claro que no faltan cosas que contar, todo lo contrario. Mis días de septiembre han pasado volando, pero queda el eco de las voces familiares, de las amistades y, sobre todo, los libros que traigo "de allá" de la Fiesta del libro de Medellín, a la que asistí gracias a mis amigos Darío Ruiz y Lucía Donadío, quien ha hecho posible la reedición de Prohibido salir a la calle en Silaba. Esto motivó la presentación del libro en el entorno de La Fiesta del Libro, así como la invitación de la organización y los encuentros con personas tan entrañables como cordiales, que abundan en esta ciudad, donde la suerte me ha llevado en los últimos años. Estoy en deuda con Medellín por la generosidad de sus gentes y el rigor de quienes ponen en el trabajo la pasión y el respeto por el otro. Esto es lo que m

Los enamoramientos: María ce n’est pas moi.

El punto de vista es uno de los retos más difíciles para un narrador. Si no lo tiene claro, éste no podrá seguir adelante con la historia, y si avanza, tendrá pocas posibilidades de convencer al lector. Ya lo dicen los lectores entendidos, que nos dan siempre la medida de nuestros logros o fracasos. No importa si lo que se cuenta es verdad o mentira. Lo que convence es la forma de contar y en ello tiene mucho que ver el punto de vista. Por eso, si se elige una primera persona, es preciso diferenciar el yo, sujeto de la enunciación, del yo protagónico, sujeto del enunciado. La última novela de Javier Marías, Los enamoramientos me ha puesto a pensar en el problema del sujeto de la narración. Sucede muchas veces en las novelas de infancia, por ejemplo, que el narrador adulto se traslada a la infancia para asumir el punto de vista de un niño. En estos casos, se correrá el riesgo de que el narrador sea un niño adulto, no el verdadero niño. Lo mismo ocurre cuando se elige el punto de vista

Adiós a Ernesto Sabato

Hay libros que marcan un antes y un después en tu vida. Uno de esos libros fue El túnel de Ernesto Sabato que leí siendo muy joven, mientras buscaba, casi de manera angustiosa, las formas de expresión de esa inquietud permanente que me empujaba a la soledad. Resultaba contradictorio aislarse del mundo y, a la vez, sentirse plena de vida y de deseos de experiencias. Pero así se presentaba el destino de quien eligía la escritura, siendo casi adolescente. Lo que más me atormentaba en aquella época era pensar que no tenía nada que contar, a pesar de sentir una imperiosa necesidad de escribir. Por aquellos años descubrí El túnel que para mí fue una revelación. Bebí de un tirón la compleja y difícil historia de amor del pintor Juan Pablo Castel y de María Iribarne, en un estado de febril ansiedad, temiendo lo inevitable. Mientras leía el testimonio del artista atormentado, que empezaba confesando su crimen, me parecía que yo misma había vivido y escrito aquella historia que salía con una f

Kokoro: desde el corazón

Quiero rendir un homenaje al Japón y a su literatura en estos momentos en los que apenas puedo pensar viendo las imágenes de destrucción que asolan ese desconocido y enigmático país, del que tengo algunas referencias literarias: Mishima, o Kawabata a quien he leído en francés: Tristesse et beauté , texto, como casi todos los que conozco de autores japoneses, en el que la muerte asedia a los personajes. De sus páginas me llega la gracia de los jardines a donde van a pasear los amantes, próximos a separarse, la ceremonia del té, la iconografía que ilustra los estilizados cuadros en los que aparecen aquellas mujeres lejanas en su tocado tradicional, la diáfanas habitaciones en las que se recogen los amantes o meditan solitarios los personajes. También está Murakami, más cerca de nosotros, pero inmerso en su tradición, como los que acabo de mencionar. Quiero recordar Kokoro esta novela de Natsume Soseki porque la tengo más presente y porque "Kokoro", según aclara el traductor Ca

António Lobo Antunes. Memoria de elefante

Hacía mucho tiempo que no escuchaba hablar de su oficio a un escritor de casta, para mí, el autor que asume el trabajo creador con todos los riesgos. No me refiero solo a abandonar una carrera para dedicarse a escribir como un profesional de la escritura (escritores/escribidores –Barthes), sino a sumergirse en las aguas del idioma e ir cada vez más al fondo, más allá de la apariencia de las cosas, intentado desentrañar su misterio. Escribir es traducir lo intraducible, el gemido, la soledad, la angustia, la culpa, la felicidad, emociones que se expresan sin palabras, que asoman al rostro modificando con el gesto, el ademán o la mirada, nuestra percepción del otro. Un nudo de emociones nos hunde o nos salva y el escritor es un artesano paciente que desenreda la madeja para saber qué tan larga es la cuerda, de dónde surge, hasta dónde llega, qué aprisiona y porqué. Pero una cosa es lo que un autor dice, lo que opina sobre la escritura, sobre el arte y la literatura y otra es la forma com