tag:blogger.com,1999:blog-62978584912497702482024-03-13T20:59:38.711-07:00Consuelo Triviño AnzolaConsuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.comBlogger105125tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-90357617326632828342021-12-05T09:01:00.011-08:002021-12-05T11:25:58.976-08:00Los extraños ojos de Marina Bao, Pilar Astray Chacón<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Esta
primera novela de Pilar Astray Chacón, un proyecto de la naciente editorial de la productora <a href="https://mundosflotantes.es/" target="_blank">Mundos Flotantes</a>, que ve la luz este año de 2021 (entre la pandemia y los sacudimientos telúricos que nos amenazan), me trae un universo por el que rondan
criaturas mágicas que ponen en cuestión aquello que se da por sabido, lo
aprendido a través de una educación impuesta por quienes pretenden manejar
nuestro destino; una educación que busca dar forma al ser a través de mandatos,
leyes y textos fundacionales. En este libro se cuestionan esos textos y
creencias, invitándonos a observar la naturaleza en todo su esplendor, belleza
y sabiduría. Esta frase subrayada durante mi lectura nos invita a entrar en el misterio:
“El bosque está plagado de historias ancestrales que susurran al oído los
vientos, mientras caminas absorta rebuscando moras”.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-VrZFkfMUc0s/YazwH-KetRI/AAAAAAAABfg/zjIK3Hfs49MdnFOEEHwaVHzXyPPjm5bYQCNcBGAsYHQ/s284/extranos-ojos-marina-bao.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="284" data-original-width="177" height="284" src="https://1.bp.blogspot.com/-VrZFkfMUc0s/YazwH-KetRI/AAAAAAAABfg/zjIK3Hfs49MdnFOEEHwaVHzXyPPjm5bYQCNcBGAsYHQ/s0/extranos-ojos-marina-bao.jpg" width="177" /></a></div><br /> <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">La
autora evoca la infancia desde el punto de vista de una narradora, Marina Bao, a
quien veremos crecer a lo largo del relato. Con ella nos formulamos preguntas
sobre el bien y el mal, con ella llegamos a conclusiones, tanto simples como
complejas, sobre el sentido de la vida, a principios éticos como este punto de
partida de su viaje: “Tendríamos que aprender a vivir honestamente, no dañar a
nadie, dar a cada uno lo suyo”. ¿Pero cómo saber, se pregunta Marina, lo que le
corresponde a cada uno?” <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nada es
absoluto ni relativo en este relato. Solo se plantean preguntas, que son el motor
de la existencia, de la ciencia, de la filosofía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Veamos algo más sobre el género de este libro que se adentra en el mito, que
retoma saberes ancestrales (como la alquimia y la astrología), que no deja, sin
embargo, de relacionarse con el presente, pues sigue unos hechos y una
cronología que compartimos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Normalmente
se asocia lo dudosamente real, lo mágico, lo mítico, con un mundo antiguo,
pasado, un mundo sin tiempo. No hay más que pensar en esa literatura, ese cine,
esas series de televisión, hoy de moda, en los que se construye un tiempo híbrido,
una Edad Media trufada de modernidad, no porque se crea en una suerte de
temporalidad líquida, que diría Bauman, sino porque se pretende esconder la
realidad bajo la ficción, ocultar los males reales tras una mítica justicia
inexistente, alienar al lector o al espectador con una etérea bondad
triunfadora por sí misma.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Pilar Astray Chacón sabe que el misterio está en los atentados de las Torres
Gemelas, en la contaminación de las aguas del mar, en los incendios forestales,
la pandemia, etc. Y todo ello bajo el prisma de la física cuántica que nos
adentra en los reales secretos de la vida más profunda y en los caminos
seguidos por los seres humanos: la teoría de que todos estamos conectados, como
acaban comprendiendo los personajes de este relato.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-SrkG7CjE7tg/YazwQXJNf4I/AAAAAAAABfk/5SiQ68zzBfAgXaBnJJJ9JJ-okzsK7KC2QCNcBGAsYHQ/s259/pilar-astray-chacon.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="194" src="https://1.bp.blogspot.com/-SrkG7CjE7tg/YazwQXJNf4I/AAAAAAAABfk/5SiQ68zzBfAgXaBnJJJ9JJ-okzsK7KC2QCNcBGAsYHQ/s0/pilar-astray-chacon.jpg" width="259" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">En
la frontera entre el mundo real y el fantástico, <i>Los extraños ojos de Marina
Bao</i> se inscribe dentro de la tradición narrativa gallega en la que abundan
criaturas mágicas, que se integran a la vida cotidiana con normalidad. Vemos este
procedimiento, incluso en autoras realistas como Emilia Pardo Bazán, cuyo
centenario se celebra este año. Pensemos en <i>Los pazos de Ulloa</i>, donde fuerzas
ocultas parecen manejar la vida de algunos personajes. El bien y el mal que se
enfrentan para vengar una injusticia y reparar el daño infringido a la
naturaleza y a sus criaturas; o en Álvaro Cunqueiro, de quien se puede citar <i>Merlín
y familia y otras historias</i>, autor que funda y construye su particular
universo fantástico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Como
he dicho, esta obra se alimenta de criaturas mitológicas, al igual que el
realismo mágico, que no debe confundirse con el realismo fantástico, aunque
tengan puntos en común. Como se sabe, en algunas culturas como las africanas
está siempre vivo el pensamiento mágico. De hecho, sus literaturas se alimentan
de mitos y leyendas, que conectan con la realidad actual. Puedo poner como
ejemplo al nigeriano Ben Okri, quien en <i>La ruta del hambre</i> llama la
atención sobre los desplazamientos y la miseria que los motiva, dentro de las
tradiciones de sus pueblos y culturas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Podemos
traer aquí los elementos fantásticos de <i>Las mil y una noches</i>, de tanta
influencia en la literatura medieval. Recordemos aquellos relatos habitados por
hadas y gnomos, que encendieron nuestra imaginación. No olvidemos E. T. A. Hoffmann
quien con sus <i>Cuentos nocturnos</i> despierta la imaginación de los
románticos, ni al inglés, nacido en Sudáfrica, Tolkien en <i>El señor de los anillos</i>,
publicano en 1954.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">También
la literatura hispanoamericana ha cultivado tanto el realismo mágico, como el
realismo fantástico. Un número importante de autores han recuperado para
nosotros lo mágico y fantástico de la tradición. Esta apropiación se presenta
en las dos vertientes, que se pueden diferenciar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">En
la primera se inscriben quienes se sumergen en la visión del mundo y el
pensamiento de las culturas primitivas, como Miguel Ángel Asturias, que funda
el realismo mágico, de tanta fortuna en estas literaturas, cuando en 1930
publica <i>Leyendas de Guatemala</i>. Siguen en esta línea Gabriel García
Márquez e Isabel Allende en sus primeras narraciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">En
la segunda vertiente se inscribe el uruguayo Felisberto Hernández, quien instala
lo insólito en la vida cotidiana, borrando las fronteras entre lo real y lo
fantástico. Así, nos sumerge en el mundo de la infancia en obras
paradigmáticas, como <i>El caballo perdido</i>, 1943. Se trata de una narración
desde la mirada infantil que penetra en el misterio de las cosas y que,
incluso, se funde con el reino animal desde donde nos devuelve la nostalgia de una
felicidad perdida. A su lado es pertinente poner a autores como Julio Cortázar,
Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">No es fácil clasificar este libro de Pilar Astray Chacón, que no pretende
ajustarse a ningún género, aunque nos recuerda a otros relatos, que le resultan
familiares al lector. Desde luego está en la novela el mundo celta, pero éste
tiende hacia las creencias pasadas, hacia lo concluido, que sólo la
superstición quiere situar en el presente o, incluso, en el futuro. La autora
busca la magia de nuestro día y situarse en ella sin huir de cierto afán
modélico o didáctico. Recordemos el caso de un libro como <i>El mundo de Sofía</i>,
de Jostein Gaarder.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Debo
aclarar que la finalidad del texto no parece ser didáctica en el sentido
convencional. Cada capítulo, o apartado, nos pone a pensar, nos obliga a formularnos
preguntas. Lo más importante es que desvía nuestra mirada para que prestemos
atención a detalles que pasamos por alto. Para que le concedamos, como he
dicho, un lugar a la magia, a lo insólito y al misterio en nuestras vidas
cotidianas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Lo
que aprendemos es que nos estamos solos, que no existe únicamente lo que vemos,
y que lo importante es tener conciencia de ello. Los mitos y creencias
ancestrales nos permitían en otro tiempo conectar directamente con la
naturaleza, con seres como las mouras, de extraordinaria belleza, o los
trasgos, que cuidan las flores del jardín. Son criaturas de la mitología
gallega, que la autora incorpora a su mundo, al lado: la abuela Antía, la
madre, el padre, o Maruxina, figura central. Esta le entregará a Marina las
claves para iniciar la travesía de la vida con un saber en el equipaje, que le
servirá para protegerse del vacío, de la angustia, la oscuridad y de la desazón
en la que vagan algunos seres humanos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Por
eso, en <i>Los</i> <i>Extraños ojos de Marina Bao</i>, la protagonista, que se
relaciona con el mar y con los barcos. La palabra “bao” designa a la estructura
de madera que consolida y sostiene la cubierta de un buque, de modo que agua y
madera son los elementos que componen el nombre: Marina y Bao. No es gratuito tampoco
el orden del libro ni las partes que lo conforman: los breves capítulos que van
marcando las etapas de un camino, pero un camino vital, un recorrido. Ni el
número de capítulos o etapas, nueve: un número cabalístico. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Nueve
son los meses en los que permanecemos en el vientre materno antes de nacer. En
algunas culturas el número nueve representa la síntesis de lo corporal, lo
espiritual y lo intelectual. Este número también define a quienes lo llevan en
sí o en su calendario como seres compasivos, sensibles y nobles; vienen marcados
por una cualidad esencial para la supervivencia, la habilidad que les hace ver
las situaciones desde diferentes perspectivas, una cualidad que no todos
poseen.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Tenemos
aquí un libro escrito en clave, que recurre a la simbología del trébol como
emblema de la suerte, a llaves, cofres, volúmenes, plantas, herbarios y
amuletos que encierran mensajes destinados a las personas elegidas y Maria Bao
es una de aquellas que tiene la suerte de encontrar guías en el camino, sin
duda, porque ella misma busca sus guías y maestros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">¿Podremos
elegir a Pilar Astray Chacón como nuestra guía y nuestra maestra? Además de
fusionar realidad y magia, o fantasía, es capaz de fundir en un texto narración
y poesía. Ella misma tiene una obra poética, que empezó difundiendo con mucho
éxito desde su blog. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">No
cabe duda, de que este libro es también un homenaje a los ancestros y un canto
a la Galicia natal, donde siempre halla su refugio, el que, acogedora, nos
ofrece. Allí, las gaitas invadiéndolo todo llevan en su armonía impresiones
directas al corazón. Es “una valiente tierra, un increíble planeta en el que es
posible escuchar el mensaje secreto de los árboles y la palabra sincera del
mar”. Entre la tierra, los árboles y el brillo del mar, surge la poesía de
Pilar Astray.<o:p></o:p></span></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-56519698077484500852021-11-29T10:41:00.005-08:002021-11-29T10:46:51.887-08:00Adiós al mar del destierro novela de Lucía Donadío<p> <span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; text-align: justify;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Un
muchacho italiano de dieciséis años emigra a América en 1938, al igual que su
abuelo hiciera años atrás. Viaja en el vapor </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Orazio</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> con una carta dirigida
a un hombre desconocido para él. Este joven llamado Bruno ha alimentado sus
sueños con los recuerdos de otros que se embarcaron, cuando aún no había nacido,
y guarda en la mente postales de ciudades que le permitieron formarse una idea
de América.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Lo
primero que recuerdo al comenzar a leer esta entrañable novela de Lucía Donadío,
<i>Adiós al mar del destierro</i> (Ediciones Igitur-Sílaba, 2021), es el libro
de Edmundo de Amicis, <i>Cuore</i>, reafirmador de la nacionalidad italiana, en
un momento crucial para la historia del país. No es gratuito, por tanto, que la
autora evoque en esta última novela suya, el viaje de un joven casi niño en
busca de los suyos, que llega a la Argentina, en el cuento “De los Apeninos a
los Andes”, incluido en <i>Cuore</i>, donde el autor les descubre a sus
compatriotas que la dolorosa verdad de la emigración también es parte de Italia. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-3A1W5nlbwMc/YaUdhHF4clI/AAAAAAAABes/KN96ckcDBVAzCMakV4dHWZL9RhKzaQ4jACLcBGAsYHQ/s276/adios-al-mar-del%2Bdestierro.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="276" data-original-width="182" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-3A1W5nlbwMc/YaUdhHF4clI/AAAAAAAABes/KN96ckcDBVAzCMakV4dHWZL9RhKzaQ4jACLcBGAsYHQ/w132-h200/adios-al-mar-del%2Bdestierro.jpg" width="132" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Aparte
de las lecciones que en ese libro de Amicis el maestro les transmite a sus
alumnos, resulta muy oportuno integrar a la identidad de su país la
imagen de América, una tierra que representaba entonces la esperanza de muchos
de sus compatriotas. Hacerse a la mar, constituyó durante muchos años el punto
de partida de una aventura humana que conectaba a Europa con nuestra historia. Como
sabemos, miles de italianos, especialmente del sur del país, luchaban contra la
pobreza y la desesperanza, y se hacían con un billete en la tercera clase de un
transatlántico, realidad palpitante que el autor no podía desconocer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Así,
en <i>El mar del destierro</i>, Bruno, el protagonista, se lanza hacia lo
desconocido no solo persiguiendo una vida mejor, sino intentando también despejar
un enigma para entender a los suyos y, así, conocerse a sí mismo. Su destino
sería Puerto Colombia, y la ciudad de Barranquilla, donde es acogido por el
amigo de la familia. Luego se marchará a una ciudad del interior con la promesa
de un trabajo como vendedor. Lo que ignora Bruno es que en el país de acogida echará
raíces, formará una familia, recogerá los frutos de su esfuerzo y vivirá las
alegrías, junto con los sinsabores de la emigración. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Simone
Weil sugiere que el ser humano tiene necesidad de echar múltiples raíces, de
recibir la totalidad de su vida moral, intelectual y espiritual en el medio
donde ha nacido. En ese sentido, la emigración es una suerte de castigo
infringido por la necesidad o la insatisfacción. Por esa pérdida de la patria
el emigrante sufre una grieta que se manifiesta en una profunda tristeza y en
un sentimiento de ajenidad irreversible. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">La
herida del desarraigo no se cierra ni siquiera cuando se regresa a la patria,
como se puede ver en <i>El mar del destierro</i>. La ajenidad oprime el alma
forzándola a una errancia que parece no encontrar un destino final, como bien
expresa su protagonista: “Comencé a sentir esa grieta que marcaría mi vida:
extrañaría Italia cuando estuviera en Colombia y añoraría Colombia cuando
estuviera en Italia. Tuve que aprender a convivir con el amor y el dolor de las
dos”.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-z-ZvzZDKsUY/YaUeMWZo59I/AAAAAAAABe0/NMEyuBCbNU0bZvTmLDCQqnDewvL_O-ikQCLcBGAsYHQ/s494/lucia-donadio-a.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="397" data-original-width="494" height="257" src="https://1.bp.blogspot.com/-z-ZvzZDKsUY/YaUeMWZo59I/AAAAAAAABe0/NMEyuBCbNU0bZvTmLDCQqnDewvL_O-ikQCLcBGAsYHQ/s320/lucia-donadio-a.jpeg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Sabemos
que en los años treinta Colombia recibió un número considerable de inmigrantes
que llegaron a Barranquilla. Quienes no se establecieron en esta ciudad se
abrieron camino Magdalena arriba, buscando escalar las cordilleras hasta
encontrar un lugar donde establecerse. Alemanes, judíos sefarditas y asquenazis
o libaneses, españoles o italianos, comenzaron como pequeños comerciantes o
vendedores ambulantes de pueblo en pueblo. Muchos de ellos prosperaron y
establecieron fábricas de muebles, de cremalleras, de colchones, o se
aventuraron como cacharreros, o bien en la industria alimentaria, como
panaderos, o en la hostelería. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">No
es esta la primera novela colombiana escrita por algún autor cuyos antepasados
proceden de la inmigración. Ya Luis Fayad había tratado este asunto, aunque muy
por encima, en <i>Los parientes de Ester</i> (1978), y posteriormente en <i>La
caída de los puntos cardinales</i> (2000), también Azriel Bibliowicz en <i>El
rumor del astracán</i> (1991), por poner solo dos ejemplos notables. Al igual
que en estos casos, <i>Adiós al mar del destierro</i> refiere el proceso de
adaptación a la nueva cultura, empezando por el aprendizaje del idioma, pasando
por la percepción y reconocimiento de los nuevos sabores y fragancias, por la
relación con los nativos y la añoranza de la patria perdida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Lucía
Donadío no solo aborda aquí el fenómeno de la inmigración de los europeos a
América, en su caso italianos, sino que nos plantea el viaje como destino de la
condición humana, con todo lo que implica. La obra refiere, más que los logros
materiales de una comunidad trabajadora y próspera, en la mayoría de los casos,
el sentimiento de pérdida, los desgarros de una existencia rota y asfixiada, en
ocasiones, por recuerdos amargos o por recónditos secretos que atormentan a una
y otra generación. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">El
hilo de la intriga nos va llevando por los laberintos del alma sin que se
conozcan los motivos del odio, la rabia, o de frustración de quienes hacen daño,
cuando no han podido conjurar la violencia o la injusticia padecidas. Se trata
de una ruptura que impide el desarrollo y la evolución de las relaciones con el
grupo, de una distancia que abre abismos entre quienes se aman o se añoran.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Cajas,
armarios, maletas que van y vienen, libros que se arruman, baúles que encierran
un mundo, objetos extraños y ropa que aún conserva los olores de los seres
amados enfrentan a los deudos al dilema de guardarlos o desprenderse de ellos.
De repente, puede descubrirse un sobre que guarda una foto o documentos que aclaran
el enigma de la existencia. Un tenue hilo conductor revela la habilidad
narrativa con la que Lucía Donadío conduce al lector por los laberintos del
alma humana, para sumergirlo en el mar del destierro y devolverlo al paisaje
añorado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Pero
la autora ya nos había ofrecido lo que podría entenderse el germen de esta
novela en “Querer morirse”, uno los relatos de su libro <i>Cambio de puesto</i>
(2012), donde sugería que se llega a desear la muerte cuando se ha vivido bajo
el signo de la ausencia, no solo en la orfandad, sino alejada de las raíces, de
una patria perdida y desconocida, que se parece entonces al territorio de la
muerte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Una
infinita nada ignota se abre en el horizonte del desarraigado, del emigrante o
del hijo que hereda la añoranza del origen, como promesa, o como amenaza. El
personaje de este cuento citado regresa a la patria, junto a unos parientes que
lo rechazan, y que solo lo aceptan muerto, pues quienes un día le cerraron las
puertas de su casa no faltarían a su funeral. Una idea que expresa con
rotundidad la grieta del peregrino que desde los dieciséis años navegó, cuando
el azul del cielo quedó inscrito en su memoria como territorio del alma, el
mismo Bruno que vuelve a la patria con setenta y nueve años y la huella de
América tatuada en su cuerpo. Una novela imprescindible, ésta, en que la
habilidad narrativa de la autora nos arrastra hasta el sentimiento de una
tremenda contradicción: la pertenencia o la ajenidad.<o:p></o:p></span></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-80887069681082297372021-08-05T11:54:00.007-07:002021-08-09T05:03:25.654-07:00 María, de Jorge Isaacs, en la tradición literaria hispanoamericana (II)<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">Fuera
de Colombia, principalmente en España, </span><i style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">María</i><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">
se vendió bajo la denominación de “novela americana”, un subgénero que se
impuso en el mercado y que se complacía con descripciones de una naturaleza
exótica, en cuanto distinta. La primera edición en España con bellas
ilustraciones de Alejandro Riquer, constituye la gran apuesta del editor que
inauguró con este título la colección, por encima de autores como Armando
Palacio Valdés, que se mostró muy disgustado por ello. Con este proyecto, el
editor se adelantó a lo que más tarde exploraría la industria editorial
española. De hecho, se llegó a crear una “Biblioteca de Episodios Americanos”,
de la que se puede poner el ejemplo de </span><i style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">Un
idilio en el Cauca</i><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"> (Casa Editorial Gallach), de Guillermo Núñez de Prado,
prolífico autor de temas históricos.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-xFCCtqH2pWU/YQw1gisRkRI/AAAAAAAABOc/DKs9qYJBDqYT0UZcqlewnRwVNdHdYmd9ACLcBGAsYHQ/s261/maria-pereda-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="261" data-original-width="173" height="261" src="https://1.bp.blogspot.com/-xFCCtqH2pWU/YQw1gisRkRI/AAAAAAAABOc/DKs9qYJBDqYT0UZcqlewnRwVNdHdYmd9ACLcBGAsYHQ/s0/maria-pereda-1.jpg" width="173" /></a></span></div><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;"><br /></span><p></p>
<p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">En
España, José María Pereda fue quien recomendó la publicación de una serie de
novelas hispanoamericanas comenzando por <i>María</i>,
que define así: <o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 70.8pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt 70.8pt; text-align: justify;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Es esa
obra de las que pueden llamarse del <em>género eterno</em> de las que
no pasan con las modas, pues también en esto las hay aunque parezca mentira
porque en todos tiempos habrá almas delicadas y corazones honrados y sensibles
que se identifiquen con los encantos de la naturaleza y con las alegrías y las
amarguras del género humano, condenado a vivir en esas alternativas de las que
no se libran ni los afortunados nietos de Caín.</span><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Los lectores y hombres
de letras de todo el continente empezaron a hablar de <i>María</i>. Les llamó la atención que, en una época en que llegaban a
América Latina las novelas románticas y costumbristas de autores europeos, como
el alemán Goethe y el francés Chateaubriand, Isaacs fuera el primero en adaptar
ese estilo a los usos, los paisajes y la sociedad </span><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">locales.
Porque, si </span><i style="background-color: white; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">María</i><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> explora algo tan universal
como la intimidad del sentimiento amoroso, también eleva a la categoría
universal lo local y regional, que convierte la historia en única e
irrepetible, su paisaje imponente, inquietante, diáfano o sereno, que proyecta
un </span><i style="background-color: white; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">ethos</i><span style="background-color: white; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> americano que no desea
renunciar a los sueños.</span><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">El célebre crítico mexicano, Alfonso Reyes, realizaría el mejor retrato
de Isaacs en estas breves y precisas pinceladas: “Caudillo liberal, escritor
doliente, hombre de aventura y de ensueño, vive peligrosamente y muere en la
pobreza, como muere la gente honrada, buscando unas utópicas minas en unas
tierras inexploradas y salvajes, con la ambición de dejar cierto bienestar a
los suyos. Los editores lo han robado. Sus enemigos políticos lo persiguen.
Pero él tiene fe en la bondad humana porque le reboza el corazón…”<o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Confieso
haber llorado en mi infancia al cerrar las páginas de este libro que me hizo
comprender cómo el primero y más puro amor nos puede llevar al abismo, cuando
estamos dispuestos a entregarlo todo por el ser querido. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: black; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-themecolor: text1;">locales.
Porque, si <i style="mso-bidi-font-style: normal;">María</i> explora algo tan universal
como la intimidad del sentimiento amoroso, también eleva a la categoría
universal lo local y regional, que convierte la historia en única e
irrepetible, su paisaje imponente, inquietante, diáfano o sereno, que proyecta
un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ethos</i> americano que no desea
renunciar a los sueños. <o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: black; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-themecolor: text1;">Fue
el célebre crítico mexicano, Alfonso Reyes, quien realizaría el mejor retrato
de Isaacs en estas breves y precisas pinceladas: “Caudillo liberal, escritor
doliente, hombre de aventura y de ensueño, vive peligrosamente y muere en la
pobreza, como muere la gente honrada, buscando unas utópicas minas en unas
tierras inexploradas y salvajes, con la ambición de dejar cierto bienestar a
los suyos. Los editores lo han robado. Sus enemigos políticos lo persiguen.
Pero él tiene fe en la bondad humana porque le reboza el corazón…”<o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: black; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-themecolor: text1;">Confieso
haber llorado en mi infancia al cerrar las páginas de este libro que me hizo
comprender cómo el primero y más puro amor nos puede llevar al abismo, cuando
estamos dispuestos a entregarlo todo por el ser querido. <o:p></o:p></span></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-20343975863068800712021-08-04T09:24:00.017-07:002021-08-09T05:04:21.915-07:00 María, de Jorge Isaacs, en la traición literaria hispanoamericana (I)<p><i style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span> </span>María</span></i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, del colombiano Jorge Isaacs, es la más importante obra del
Romanticismo hispanoamericano. <span style="background: white;">Intimista y
sentimental, Paul Groussac, el crítico franco-argentino, maestro de Borges, la denominó
“poema de América”. El relato explora el mundo interior propio y evoca las emociones
del primer amor en una cálida atmósfera familiar y mítica. El personaje María,
responde al modelo de mujeres románticas: sentimentales, lejanas y etéreas. El
relato prioriza la relación del narrador con la naturaleza embriagadora. Pero la
ensoñación del enamorado se nubla de sombras cuando un presentimiento asalta su
corazón: la muerte de la mujer amada que se cierne como una amenaza constante. Las
lágrimas derramadas, tras la lectura de esta novela, hicieron merecedor a al
autor del título de <i>Caballero de las
lágrimas</i>, con que lo designaría uno de sus biógrafos.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-themecolor: text1;">Ningún crítico discutiría el lugar preferente de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">María</i> en nuestro canon literario, no sólo
por la consagración de los lectores y las numerosas ediciones que tuvo en el mundo
hispánico[1],
sino por su calidad literaria. Leída hoy, 150 años después de la primera
edición, nos reconcilia con el pasado tumultuoso de nuestro país, Colombia, desgarrado
por la violencia política y las guerras civiles. Sin embargo, hay quien cuestiona
que esta novela se imponga como lectura obligatoria en los planes de estudio a
una juventud ajena a su estética. ¿Pero quién se atreve a negar la
universalidad del sentimiento que despierta en el adolescente el primer amor? Naturalmente,
la novela es mucho más que el relato amoroso, que surge en un paisaje
embriagador y de inquietante sensualidad.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-77OCJeQ53JE/YQq9EMPf_AI/AAAAAAAABOQ/v8AwmpCxaFwJbuXW10ZrgAnCBqwHJSYlwCLcBGAsYHQ/s387/Maria-arte-letras-barcelona.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="387" data-original-width="223" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-77OCJeQ53JE/YQq9EMPf_AI/AAAAAAAABOQ/v8AwmpCxaFwJbuXW10ZrgAnCBqwHJSYlwCLcBGAsYHQ/s320/Maria-arte-letras-barcelona.jpg" width="184" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-themecolor: text1;"><span> </span>Publicada en 1867, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">María</i>
empezó a escribirse en 1864, cuando Jorge Isaacs se desempeñaba como subinspector
de la construcción de un camino de herradura entre Cali (capital del Valle del
Cauca) y Buenaventura, puerto de Colombia en el Pacífico. La zona, aún hoy de
difícil acceso, presenta un clima lluvioso hostil, atravesado por ríos
caudalosos, pantanos, serpientes venenosas y abismos desafiantes. Pese a los
rigores de este </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">clima, se impone en el relato la belleza salvaje y
sensual del paisaje, como puede apreciarse en este fragmento lleno de términos
ligados a la flora americana:</span><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 70.8pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">De allí en adelante las selvas de las riberas
fueron ganando en majestad y galanura: los grupos de palmeras se hicieron más
frecuentes: veíanse la pambil de recta columna manchada de púrpura, la mil
pesos frondosa brindando en sus raíces el delicioso fruto, la chontadura y la
gualte distinguiéndose entre todas las naidí de flexible tallo e inquieto plumaje
por un no sé qué de coqueto virginal que recuerda talles seductores y esquivos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Fue el escritor José María Vergara y Vergara, miembro de
la tertulia bogotana El Mosaico, el primero en destacar las virtudes de la
novela en el momento de su publicación, señalando su carácter sentimental y sus
vinculaciones con la literatura francesa. Sabemos que toda obra se inscribe
dentro de una tradición. Nuestros países necesariamente se remiten a la cultura
occidental asumida desde la Colonia. El referente de la novela americana es el
Romanticismo europeo en el que destaca <i>Atala</i>
(1801), de Chateaubriand, asimilada por el autor y leída por los protagonistas,
los jóvenes Efraín y María. De igual modo, Isaacs recibe la influencia de <i>Pablo y Virginia</i> (1788), de Bernardin de
Saint Pierre. Ambos relatos describen paisajes exóticos con personajes
primitivos que responden al estereotipo del buen salvaje, en relación directa
con la naturaleza en un clima roussoniano, aunque los jóvenes en <i>María</i>, son ajenos a ese primitivismo y
han sido educados en los valores de la cultura occidental.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">En <i>María</i>, como
en <i>Pablo y Virginia</i>, los protagonistas
han crecido juntos, casi como hermanos. En los dos casos encuentran obstáculos
para su unión, ya que el deber los reclama para que cumplan con el cometido que
les impone la cultura: Virginia debe educarse para ser merecedora de la fortuna
heredada y Efraín debe completar su educación y asumir los negocios familiares.
Este dilema entre la civilización (el deber) y la naturaleza idílica o salvaje
(el deseo), se plantea desde el inicio en <i>Atala</i>,
como podemos apreciar en esta frase: “¡Destino singular es, hijo mío, el que
nos reúne! Yo veo en ti al hombre civilizado que se ha hecho salvaje; y tú ves
en mí al hombre salvaje, a quien el Gran Espíritu (ignoro con qué designios) ha
querido civilizar.”<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;"> Si el idilio de <i>Pablo y Virginia</i> se desarrolla en
Madagascar, con colonos franceses y esclavos africanos que les sirven, mientras
que el de <i>Atala</i> sucede entre las
tribus de indígenas norteamericanos, en <i>María</i>
nos instalamos entre Valle del Cauca plácido y el Chocó hostil y selvático,
poblado por indígenas, esclavos, manumisos y aventureros en busca de fortuna.<o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">María</span></i><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"> al decir de la
crítica más autorizada, ofrece, por un lado, un discurso mitológico adánico (la
búsqueda o la pérdida del paraíso) y, por otro, un discurso histórico crítico.
El primero se legitima en la naturaleza frondosa, fragante, que sirve de
escenario a los amores. El segundo se expresa en la mirada hacia el futuro que
el joven debe asumir para sostener un orden a punto de desmoronarse, el patriarcado
en decadencia por los cambios que se avecinan. Pese a la amenaza constante de
muerte, o precisamente por esto, cautiva en <i>María</i>
una verdad vivida, la nostalgia de un paraíso encantado donde no nos atormentan
las preocupaciones ni la incertidumbre ante el futuro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;"> Pero no debe olvidarse que Jorge Isaacs
se propuso escribir una novela nacional, en un momento en que Colombia contaba ya
con antecedentes nada despreciables. Pensemos <i>Yngermina, o la hija de Calamar</i> (1844), de Juan José Nieto,
considerada la primera novela importante del país y, hasta cierto punto,
fundacional de lo que se entendería por la “colombianidad”: es decir, el
carácter mestizo de una cultura que reinterpreta su pasado y se remonta hasta
los orígenes en el Caribe. La historia refiere los amores de una princesa
indígena, Yngermina, y el conquistador Alonso de Heredia, hermano de Pedro, el
fundador de Cartagena de Indias. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Quizás la narración más lograda en este
sentido sea <i>Manuela</i>, de Eugenio Díaz,
publicada por entregas en 1858. Considerada habitualmente como una obra
costumbrista, sitúa la anécdota en 1856 y da cuenta de las disputas entre las
distintas facciones políticas, los liberales: gólgotas (cercanos a los
conservadores) y draconianos (los más radicales). Aquí, un joven bogotano de
“buena familia”, Demóstenes, al igual que el protagonista de <i>María</i>, ha realizado el itinerario
europeo propio de su clase. Por sus lecturas y experiencias concibe ideas avanzadas,
pero ajenas a las realidades prácticas del país que se propone descubrir.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">A principios del siglo XIX, los países
hispanoamericanos se enfrentan el reto de construir repúblicas de acuerdo a los
ideales de justicia e igualdad que alimentaron el sueño independentista. Responden
a un impulso romántico que se concreta en las luchas intestinas que pretenden
conseguir la libertad. Por eso no debe extrañar que nuestro Romanticismo
literario sea tardío. Una vez trazadas las fronteras y asentadas las jóvenes
repúblicas, las narraciones de la segunda mitad del siglo XIX reflejan los
enfrentamientos entre las distintas facciones políticas, la violencia de los
grupos en disputa y los pactos entre ellos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Amalia</span></i><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;"> (1851), del argentino José
Mármol, se escribe bajo la dictadura de Juan Manuel </span><span style="background: white; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Rosas y aborda
las cruentas disputas políticas, la persecución del contrario, los unitarios.
De palpitante actualidad en el momento de su publicación, el autor tuvo que
exiliarse en Montevideo. En cambio, <i>Martín Rivas</i> (1862), del chileno Alberto Blest Gana, da cuenta de
las desigualdades sociales y del conflicto que supone una relación amorosa
entre personajes de distinta clase social, un reto para la nación que pretende
regirse por los principios de igualdad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">A mediados del siglo XIX se impone también
en Colombia la necesidad de formular un discurso sobre la nación, en el difícil
proceso integrador, debido al centralismo impuesto históricamente, a la gran diversidad
regional, y a las abismales distancias (siete días de Cali a Buenaventura, once
días de Barranquilla a Bogotá) que desconectaban al país. <i>María</i> da cuenta de la variedad regional y étnica, insistiendo en
las selvas hostiles, entre las que debe abrirse camino la civilización. El
puerto de Buenaventura no es solo la salida a Europa vía Panamá, sino la entrada
de mercancías y de inmigrantes, como el padre de Isaacs [2].<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Este inmigrante jamaicano de ascendencia
judía, el padre del autor de <i>María</i>, encuentra por fin su paraíso en un valle próspero
y amable, un lugar situado a 35 kilómetros de Cali, donde en 1828 adquiere la
hacienda llamada El Paraíso, que conservó hasta 1858, lugar donde Jorge Isaacs
sitúa los amores de Efraín y María. </span><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 14pt; text-align: left;">La novela se compone de sesenta y cinco
capítulos breves. C</span><span face="Calibri, sans-serif" style="background: white; font-size: 14pt; text-align: left;">omienza con la partida de
Efraín que debe seguir sus estudios en la capital del país, dejando atrás los </span><span face="Calibri, sans-serif" style="font-size: 14pt; text-align: left;">recuerdos
más felices: “Me dormí llorando y experimenté como un vago presentimiento de
muchos pesares que debía sufrir después”</span><span style="background-color: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">.</span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 14pt; line-height: 115%;">En el segundo capítulo ya ha concluido los estudios y regresa
a reencontrarse con los suyos. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Sobre
la felicidad, el dolor, la incertidumbre, la nostalgia y el desencanto, se
impone el paisaje. Es tan fuerte su influjo, que ya en las primeras páginas el
narrador nos dice que el rumor del río ahogaba sus sollozos y las colinas
cubrían la casa, que se perdía en la lejanía, igual que la imagen de María tras
las enredaderas de la ventana de habitación de la madre. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Cabe
señalar cómo la novela presenta numerosas simetrías. Así el niño sale en la
madrugada y el joven regresa al anochecer. La vista del paisaje en el camino de
vuelta invade su ser de “amor patrio”:<o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 70.8pt; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Antes
de ponerse el sol, ya había visto yo blanquear sobre la falda de la montaña la
casa de mis padres. Al acercarme a ella contaba con la mirada ansiosa los
grupos de sus sauces y naranjos, a través de los cuales vi cruzar poco después
las luces que se repartían en las habitaciones. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">En
el reencuentro, el amor de Efraín y María se expresa con el lenguaje de las
flores, lo que era un tópico de la sociedad europea del momento <span style="font-family: Times New Roman, serif;">[3]</span>. Pero
la naturaleza no es un elemento decorativo: se muestra abrumadora e imponente tanto
en la geografía como en la delicadeza de sus tonalidades y perfumes. La
contemplación del paisaje afirma el
sentido de pertenencia, de arraigo e identidad que, a la vez, consolida la
relación con las gentes que trabajan para la familia. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">De
estas gentes se describen sus costumbres, su forma de conducirse, su manera de
vestir y de hablar. La obra también nos muestra los rituales sociales, la
celebración de las bodas y los funerales, las visitas de los amigos a quienes
se atiende con el debido protocolo. El mundo de <i>María</i> se rige por los preceptos religiosos y las buenas costumbres.
Dentro de la familia, se aborda con extrema delicadeza la relación de los
jóvenes, que son parientes criados como hermanos. Los amos sirven de mediadores
en los asuntos amorosos de los trabajadores y les ayudan a resolver sus
pleitos. Del hogar emana amor y respeto a los padres, cuya autoridad se impone
sobre sobre la familia, los trabajadores y los arrendatarios. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">La
hacienda es un lugar apacible al pie de una montaña, bañado por las brisas,
rodeado de hermosos árboles y de jardines que envuelven con su fragancia. Pero,
se trata de la idealización de un mundo en el que quisiera quedarse el
personaje. Sin embargo, la sociedad rural del siglo XIX le exige llevar las
riendas de la familia y enfrentarse a un mundo patriarcal y esclavista que se
rige por rígidas e injustas leyes. E</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-size: 14pt; line-height: 115%;">l narrador de <i>María</i> evidencia los abusos cometidos con los esclavos describiendo
personajes y situaciones o haciendo comentarios que demuestran su conciencia de
un orden injusto. De hecho, a lo largo de la vida Isaacs defendería con
vehemencia el ideario romántico del liberalismo radical, lo que le constó
enemistarse con sus antiguos copartidarios conservadores. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Lo importante es que, gracias a esta novela,</span><span style="color: red; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">los lectores
colombianos reconocemos la nación en su diversidad: los emigrantes antioqueños
que trabajan para los hacendados del Cauca caracterizados como gente
emprendedora, hacendosa y diligente; los negros que trabajan al servicio de la
familia sin ser esclavos, pues hay manumisos en fincas que se dedican a la
industria azucarera, que no son tratados con la misma benevolencia; los
indígenas del Chocó que comercian con productos de la selva; las gentes de la
capital que parecen más frívolas y, en el caso de las mujeres, más directas;
los mulatos que expresan su sentimiento de inferioridad racial; los extranjeros
que se instalan en el Cauca y a quienes se les concede permiso para explotar
sus riquezas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Isaacs introduce el elemento exótico de
la novela romántica con la historia de los esclavos traídos de África. Para no
entrar en anacronismos, hace coincidir el tiempo del relato con la época en que
el país aún no se había decretado la abolición de la esclavitud. El narrador
aclara que este tráfico ya se consideraba un delito en Colombia 1821[4] donde se decretó la abolición de la esclavitud en 1851. </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Feliciana, el aya de María, fue comprada por
el padre de Efraín, quien le prometió que ni ella ni el hijo que esperaba
serían esclavos. Este personaje permite contar, a la vez, la historia de amor
de los jóvenes africanos separados al ser vendidos, Sinar y Nay, el nombre
original de Feliciana. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 115%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Según Germán Arciniegas, Isaacs inauguraría la
literatura afroamericana, anticipándose al paradigmático Candelario Obeso,
recogiendo bogas del Cauca, ritmos populares como este: “Se no junde ya la
luna; /Remá, remá. ¿Qué hará mi negra sola?/ Llorá, Llora…”, que se </span></span><span style="background-color: transparent; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">canta en la travesía por el río hacia el puerto de
Buenaventura, en el capítulo LVII. Pero, m</span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-indent: 35.4pt;">ás
allá de estas representaciones de la nación, se imponen los sentimientos del
protagonista, pues la principal fuerza dinámica del relato está en el amor que
arrastra a dos seres unidos desde la infancia, a pesar de los impedimentos que encuentran.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="background: white;"><o:p></o:p></span></span></p><div><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1">
<p style="background: white; text-align: justify;"><span class="MsoEndnoteReference"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[1]</span></span></span></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"> Según señala, Donald McGrady, en su edición de <i>María</i>, Madrid: Cátedra, 2014 (1ª ed. de 1986), se cuentan 140 hasta 1967. Doris Sommer en “Concepciones románticas: Mármol, Altamirano, Blest Gana, Mera, Galván e Isaacs”, <i>Historia de la cultura literaria en Hispanoamérica</i>, señala el dato recogido en el folleto 100 Marías (Fondo Cultural Cafetero, 1985) 164 ediciones de María en español.</span></span></p><p style="background: white; text-align: justify;"><span class="MsoEndnoteReference"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[2]</span></span></span></span><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"> <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Nacido en Jamaica, el padre, </span>George Henry<span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"> Isaacs, llegó al Chocó persiguiendo la riqueza del oro de aluvión, pero acabó poniendo una tienda de abarrotes con la que prosperó. El negocio sufrió un incendio y al arruinarse se instala con su esposa, Manuela Ferrer, dama de origen español nacida Chocó, en Cali, capital del entonces Cauca. </span></span></span></p><p style="background: white; text-align: justify;"><span class="MsoEndnoteReference"><span class="MsoEndnoteReference" style="background-color: transparent;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[3]</span></span></span></span><span style="background-color: transparent; font-family: "Times New Roman", serif;"> Véase, por ejemplo, Charlotte de Latour: <i>Le langage des fluers</i>; Paris: Audot, libraire-éditeur, 1939.</span></span></p><p style="background: white; text-align: justify;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-size: 10pt; mso-themecolor: text1;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 10pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span><span style="font-size: 10pt;"> El autor refiere la
fecha de 1822 en que se dicta el artículo 273 del Código Penal Español que
prohibía a los españoles proveerse de esclavos en las costas de África para
llevarlos a los puertos de España, de modo que los negreros lo que hicieron fue
comprarlos en Santo Tomás, San Bartolomé o Curaçao para llevarlos <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">a Cuba o Puerto Rico.</span></span></p><p style="background: white; text-align: justify;"><br /></p></div></div><div><div id="edn1">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><br /></p></div></div><div><div id="edn1">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"> </span></p>
</div>
</div><div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><br /></p>
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; mso-themecolor: text1;"><o:p> </o:p></span></p>
</div>
</div>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-88414004475007738442021-05-24T10:57:00.010-07:002021-05-25T06:35:09.134-07:00Eugénie Grandet (1833), Honoré de Balzac<p> </p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Esta novela de Balzac impresionó en el momento de su publicación en medio de las reformas emprendidas durante la Restauración
monárquica en Francia. Habían pasado treinta y pocos años desde la Revolución que decapitó
a su nobleza y despojó de privilegios a la Iglesia católica. El emperador
Napoleón había sido depuesto y condenado al destierro en Santa Elena. Liberales
próximos a Benjamín Constant, o al ministro Guizot; conservadores cercanos a la
Iglesia como Chateaubriand, defendían o abjuraban de la Monarquía. Pero la
burguesía no daba marcha atrás en sus conquistas y compraba títulos
nobiliarios, como la forma más segura de afianzarse en los círculos de poder.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En esta novela de Balzac tres mujeres viven bajo el yugo
de un avaro, la esposa abnegada a la que debe gran parte de su fortuna, Nanon, la
criada que le es fiel a pesar del trato miserable que recibe, y Eugenia, la hija,
que comparte con estas su condición de sometida. Las tres mujeres viven bajo
los preceptos religiosos que dominan en la Francia de la época y que llevan a
las mujeres a pensar que su vida se reduce a sufrimiento y resignación. De ahí el
temor y la obediencia al padre y, posteriormente, el acatamiento a las
convenciones sociales y a las instituciones, como el matrimonio, dado que una
mujer soltera no podía administrar su propia herencia.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-uhHI6g6SNfU/YKvojGWSuwI/AAAAAAAABFE/wD3dsE2EGCA6dS0zmgGHGexHWjlJGJLkgCLcBGAsYHQ/s276/Eugenie-Grandet.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="276" data-original-width="189" src="https://1.bp.blogspot.com/-uhHI6g6SNfU/YKvojGWSuwI/AAAAAAAABFE/wD3dsE2EGCA6dS0zmgGHGexHWjlJGJLkgCLcBGAsYHQ/s0/Eugenie-Grandet.jpg" /></a></div><br /> <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En <i>Eugenie Grandet</i> Balzac nos instala en el año
de 1819, en la provincia francesa, entre viñedos, en la región del Loira, en el
pueblecito de Saumur, donde un próspero comerciante nos ofrece un ejemplo de
cómo ciertos personajes se enriquecen bajo el régimen napoleónico. Félix Grandet
es un tonelero que se convierte en un rico comerciante, pero es también un
avaro que somete a los suyos, las mujeres bajo su tutela y los incautos con
quienes hace negocios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La vida de provincia, con sus personajes principales,
el abate Cruchot, los señores Bonfons y los Grassins, se ve sacudida por un
imprevisto. Las dos familias aspiran a pedir la mano de la rica heredera y se
apresuran a cumplir con la invitación a casa del señor Grandet para celebrar el
23 cumpleaños de su hija Eugenia. Balzac es implacable en su descripción del
clima que reina en aquella reunión, contaminado por distintos intereses y
ambiciones: ¡Espantosa condición humana!, exclama el narrador.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En medio de una partida de la lotería los invitados
son sorprendidos por los fuertes aldabonazos que retumban en la entrada. Se
trata de Carlos Grandet, el sobrino que viene de París con una carta del padre
que le entrega a su tío Félix. Vestido de manera afectada, como imitando a
Byron, según señala irónicamente el narrador, éste se deja cortejar de las
familias del lugar, que no sin malicia le hablan de diversiones y de ocio, algo
no muy bien visto en la vida provinciana francesa de entonces. Estos dos mundos:
la ciudad y la provincia, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se enfrentan
con hábitos y códigos sociales diferentes, pero con un punto en común: el afán
de riqueza y poder, la ambición o la codicia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Carlos no ha leído la carta del padre, por lo que
ignora la desgracia que porta para sí mismo, pues este le anuncia su suicidio al
hermano, debido a la ruina de su negocio y a las deudas contraídas con los
acreedores que caerán sobre él, lo que se corroborará días después en la
prensa. Sin fortuna, sin poder recurrir a las amistades, el hijo, queda a
merced del avaro y miserable tío Félix, quien ve al sobrino como una pesada y
costosa carga de la que debe liberarse. Así, lo empuja a emigrar a las
Indias en busca de fortuna. La actitud del joven Carlos y su espíritu contrastan con el de Eugenia,
una criatura sencilla y de natural bondad, que no se mueve por el dinero ni por el
propio beneficio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Eugenia, que hasta este momento había permanecido a la
sombra del padre, sin expresar ningún deseo, conforme con las estrictas normas
de vida que le impone, ve despertar en ella un sentimiento nuevo ante la
cercanía del apuesto primo. La curiosidad y atracción que ejerce el joven la
lleva a actuar en contra de la voluntad del padre. Para no dejar una mala
impresión se dispone a preparar su habitación con comodidades que el padre considera
un lujo excesivo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Con ayuda de la madre y de Nanón, que también ha caído
bajo el influjo de este señorito de maneras delicadas, Eugenia colma de
atenciones a Carlos e intenta disimular la rudeza y la miseria de un hogar
donde no se permite encender el fuego, aunque haga frío, y donde se racionan hasta los cubos de azúcar para el café. Así se afanará por proteger a su primo al
punto de entregarle cuanto posee para ayudarlo en la incierta aventura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">A la vez, Carlos parece hacerle una promesa de amor al
depositar en manos de Eugenia la única fortuna que le queda, un neceser con
finas decoraciones de oro en el que guarda dos fotos de la madre,
espléndidamente adornadas con perlas, una valiosa joya familiar que espera
recuperar al regreso. Nadie dudaría de los buenos sentimientos que unen a
estos dos jóvenes, pero Balzac nos advierte que se trata solo de las
circunstancias, que los momentos de desgracia igualan a los frívolos,
interesados y soberbios con las criaturas humildes y sencillas, y que solo la
desgracia posibilita el acercamiento de Carlos hacia su prima Eugenia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como consecuencia de su generosidad, Félix castiga a Eugenia encerrándola a pan y agua, ya que además descubre que esta le ha entregado su dinero a Carlos. Esta rudeza
extrema mata de pena a la madre. Después vienen la
vejez, decadencia de Félix, que muere al poco tiempo. Eugenia debe hacerse
cargo de su inmensa fortuna, pero ya ha ganado en sabiduría y tacto. También se
ha acostumbrado a las comodidades propias de su condición de rica heredera, sin
dejar de contribuir con obras de caridad en la provincia, donde es apreciada
por todos. Pero sigue esperando a Carlos y no deja d preguntarse cómo es
posible que en siete años no haya recibido una sola carta suya. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Carlos ha tenido una vida azarosa en la que ha acumulado
una importante fortuna como traficante de esclavos y como contrabandista. Con
el dinero reunido regresa a París donde aspira a un matrimonio ventajoso con la
hija de una familia influyente que le promete cargos y títulos. Balzac nos lo muestra deslumbrado por la prosperidad de la Restauración
y el brillo de las ideas aristocráticas, sin un lugar para Eugenia en su corazón.
Pero las deudas contraídas por el padre no prescriben y los acreedores le denuncian
por impago. Así, Carlos aparece a los ojos de la sociedad con esa ‘mancha’, que impediría
el matrimonio al que aspira. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Entre tanto, la soltería de Eugenia se convierte en un
problema en Saumur, donde las familias hacen cábalas sobre con quien debería
desposarse. Hasta que, finalmente, recibe una carta del primo Carlos en la que
le describe los pormenores de su vida y le refiere sus planes futuros, la
fastuosa vida que le espera con un matrimonio conveniente. Le aclara que lo
hace no por él mismo, sino por los hijos que vendrán y a quienes desde ya asegura una posición privilegiada. No deja de agradecerle la ayuda que le
prestó en los comienzos de la vida. Al mismo tiempo que le devuelve el dinero, que promete enviarle a Burdeos, le pide que le haga llegar el neceser
que le confió la marcharse. Pero los rumores corren a gran velocidad y Eugenia se entera de que la distinguida familia Aubrión tiene intenciones
de romper el compromiso matrimonial con Carlos debido a la amenaza de demanda de los acreedores a los
que el padre había arruinado. Eugenia
se propone saldar la deuda de Carlos para que éste pueda casarse. Es la vía que
encuentra para canalizar el despecho y la muerte de sus ilusiones, pero también para recuperar la dignidad y orgullo heridos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-kNxhvTQ0zH8/YKvpCmHkLNI/AAAAAAAABFM/YVaXchaH370aSX5Gmxuo-lQ3ZokIwcAOACLcBGAsYHQ/s253/honore-de-balzac.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="253" data-original-width="199" src="https://1.bp.blogspot.com/-kNxhvTQ0zH8/YKvpCmHkLNI/AAAAAAAABFM/YVaXchaH370aSX5Gmxuo-lQ3ZokIwcAOACLcBGAsYHQ/s0/honore-de-balzac.jpg" /></a></div><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Balzac no deja de sorprendernos a medida que avanzamos
en la narración, para cerrar con broche de oro la historia de esta mujer tan
rica como desdichada. Después de consultar con el cura si es posible un
matrimonio en el que ella no esté obligada a cumplir con sus obligaciones de esposa,
Eugenia llama al presidente Bonfons y le propone matrimonio, a cambio de que este respete su voluntad y sus deseos. A la vez, le encarga a Bonfons la tarea de arreglar
las deudas del primo Carlos, a quien escribe una carta liberándolo de cualquier
compromiso moral en el pasado. Pero casarse con Bonfons solo por amistad no es motivo de felicidad. El matrimonio dura poco y tras la muerte
del marido Eugenia alcanza la condición de viuda respetable. Quizás, como cualquier muchacha de provincia, ella solo deseaba una vida sencilla
plena de sentimientos. Lo paradójico es que, pudiendo ser esposa y madre, acabe sin hijos ni herederos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En una sola familia Balzac nos da cuenta de la
movilidad social que favorece la Restauración, del vertiginoso ascenso que
permite la especulación financiera y de la estrepitosa caída de algunas familias; de la influencia de la Iglesia que aguarda cauta, y del oportunismo de muchos
comerciantes que se aprovechan de la ruina de los otros, como el propio
Félix, quien compra la deuda de su hermano difunto y se enriquecerse con los bienes
de los damnificados. </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero quienes lo han perdido todo aún pueden probar suerte en América,
como el propio Carlos, que embarca en esa aventura y allí se ve envuelto en negocios turbios, como el
contrabando y el tráfico de esclavos, un mundo en el que sobra la ambición y
faltan escrúpulos. Esta transformación de Carlos no sorprende, pues ya el
narrador advierte sobre el resultado de una educación dentro de las normas del
medio parisino al que pertenece, y donde las personas se mueven por interés, más
que por amor o por nobles ideales. Pero Eugenia no supo comprender, dada su
ingenuidad y falta de experiencia, que ella no era más que una opción para salvar a Carlos de la ruina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i>Eugenie Grandet</i> forma parte de la serie de novela de
corte realista, bajo el formato del folletín, que integran <i>La comedia humana</i>,
entre las que se encuentran las más conocidas <i>Père Goriot</i>, <i>Peau de Chagrin</i>, aunque
este relato presenta elementos fantásticos, y <i>La prima Bette</i> <i>(Los parientes
pobres</i>), entre otras, ambientadas en París o en distintas provincias de
Francia. </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La familia, la vida privada, el dinero, el matrimonio, los códigos
sociales, la corrupción y la condición de las mujeres son las grandes
preocupaciones de este escritor, que estuvo unido a George Sand por una entrañable amistad y una admiración mutuas, como escritores. <o:p></o:p></span></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-49662458379793494602021-04-17T12:52:00.004-07:002021-04-18T11:26:59.867-07:00Madame Gervaisais, Edmond y Jules Goncourt<p> </p><p class="MsoNormal">De los hermanos Goncourt ya me había ocupado cuando tropecé
con esa extraña joya que es <i>Germinie
Lacerteux</i> (1865), novela en la que nos introducen en la compleja
personalidad de una empleada doméstica con una doble vida, a espaldas de su
patrona, la señora de Varandeuil. Esta es una vieja solterona que procede de
una familia noble de antes de la sangrienta Revolución, con un padre tirano y una
vida difícil que, sin embargo, no ha endurecido su corazón. Entre luces y
sombras, la criada da rienda suelta sus pasiones, entre la fervorosa fidelidad
a su patrona y la degradación moral a que la conduce el amante.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Lo novedoso para la literatura de la época, que se escribía
para y sobre las clases burguesas, a las que representaba, es que una empleada
doméstica alcance la categoría de protagonista, de heroína, o antiheroína
problemática. Al parecer, los Goncourt se inspiraron en una empleada suya,
según refieren en su célebre diario. De pasiones desenfrenadas y, hasta cierto
punto, brutales, el pueblo que encarna Germinie carece de los dilemas morales
de la mujer burguesa. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por el contrario, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Madame
Gervaisais</i> (1869), publicada cuatro años después, se centra en una hija de la próspera burguesía
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Segundo Imperio. Esta burguesía,
junto con el ejército ansioso de condecoraciones y el clero triunfante,
constituyen los pilares del régimen. No es gratuito que los autores traten aquí el tema religioso como experiencia íntima y como un caso de “histerismo
femenino”, pero también como maquinaria de poder para doblegar a la gente. La protagonista ha podido cultivar su
espíritu gracias a la biblioteca familiar y a la educación del padre. Además,
se ha ocupado de su hermano menor, a quien ha formado intelectualmente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-yH3PWp8dwfA/YHs8b_AVyMI/AAAAAAAAA_w/onm0eOVzHJMOi2L3K2pmfNTgYg7ujt5rQCLcBGAsYHQ/s1524/madame-Gervaisais.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1524" data-original-width="1096" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-yH3PWp8dwfA/YHs8b_AVyMI/AAAAAAAAA_w/onm0eOVzHJMOi2L3K2pmfNTgYg7ujt5rQCLcBGAsYHQ/s320/madame-Gervaisais.jpg" /></a></div><br /> <o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal">Madame Gervaisais llega a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Roma, ya viuda, con su único hijo y una criada,
para curarse de la tisis. Pero la Ciudad Eterna, fuente de inspiración de
poetas y artistas románticos, transformará por completo su personalidad. Más de la mitad de la novela los autores nos
recrean con las cualidades intelectuales de la protagonista que consideran de
una elite femenina, comparable sólo con aristócratas de otras épocas, como la célebre madame de Staël (1766-1817). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De una sofisticada inteligencia, esta <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>polemizaba en su salón literario en igualdad
de condiciones con sus equivalentes masculinos. Es ella quien introduce el
Romanticismo en Francia y quien da a conocer a los autores de lengua alemana. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con tales cualidades, sorprende al lector cómo se
desarrolla en madame Gervaisais la pasión religiosa, tal una enfermedad
perniciosa, similar a la histeria, que el célebre doctor Charcot describía, a
partir de sus observaciones clínicas en ciertas enfermas mentales, o tomadas
por tales. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El hijo de la protagonista tiene en torno a seis años y, en
apariencia, está retrasado en su desarrollo intelectual, ya que se niega a
hablar y a aprender a leer. La criada,
por su parte, muestra hacia su jefa, igual que Germinie Lacerteux, una apasionada devoción y gratitud por haberla
tomado a su servicio, pese a la acusación de robo que cae sobre ella. Aunque es
juzgada y declarada inocente, esta mancha en su pasado parecería suficiente
como para que se perdiese la confianza en ella.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La vida de Madame Gervaisais en Roma se reparte entre
lecturas, cartas al hermano y largos paseos por lugares históricos de la
ciudad en compañía de su hijo, a quien lleva a la Ópera. Tras su conversión van
cambiando sus apreciaciones del paisaje que la rodea, sus lecturas, gustos
literarios y ensoñaciones, su inclinación hacia lo bello, lo bueno y lo
verdadero, valores que Hegel atribuye al arte, y que colmaban sus expectativas estéticas.
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lectora <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de filósofos como Kant, manifiesta, al
principio, un repudio por la Iglesia como institución, y por el Vaticano, como
centro de poder. La novela aborda, precisamente su transformación en un alma
piadosa, lo que representa más de un dilema para quien sólo se ha doblegado
ante la razón. ¿Qué ha pasado? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sólo sabemos que la protagonista está enferma de tisis y que
el viaje forma parte de su curación. Pero vemos que en ella también anida una
gran frustración, como madre y quizás como esposa. Como hermana mayor se dedicó
a cultivar con éxito la inteligencia de su hermano, pero fracasa con el hijo,
especialmente sensible para la música y el arte, pero que se empeña en comunicarse solo con gestos y
miradas. Al tratar de forzar al niño a aprender a leer, este sufre convulsiones
y una fiebre que lo lleva a las puertas de la muerte. El pronóstico del médico
es grave, por lo que madame Gervaisais se siente culpable por no haber aceptado
al hijo tal como es. Impotente ante la
enfermedad, se deja llevar por las mujeres del vecindario que la animan a
visitar la capilla de un santo a quien le hace una promesa, si el hijo se cura. Milagrosamente, el pequeño se recupera<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y ella debe cumplir con la ofrenda al santo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">A partir de ese momento Madame Gervaisais se lanza ciegamente
a los brazos de la Iglesia y toma por consejero espiritual <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al padre Giansanti. Incapaz de reaccionar ante
sus manipulaciones y sin saber siquiera qué busca, sigue el camino de
penitencia y distanciamiento del mundo que le marca, inmune a la razón y al
afecto de quienes la rodean. Abandona al hijo y le cierra las puertas a las
amistades que la visitan interesándose por su salud.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La descripción de la sensibilidad e inteligencia de la
protagonista es tan minuciosa que, a lo largo de la lectura, no dejamos de
preguntarnos ¿Dónde está el padre del niño? ¿Acaso madame Gervaisais es viuda? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En el capítulo 23 el narrador nos informa que
estuvo casada con el hombre elegido por su padre, quien orgulloso creía dejarla
en una inmejorable posición. De ese matrimonio ella recuerda los primeros años grises,
vacíos, monótonos, resultado de una unión sin amor con un hombre que no era ni
bueno ni malo, ni amante ni egoísta, ni viejo ni joven, ni feo ni apuesto. El
marido solo era un alto funcionario del Estado que se ocupaba de asuntos
oficiales de gran relevancia, y que hería su inteligencia, pues<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estaba celoso y envidioso de su talento.
Finalmente, el hombre se convierte en el mayor enemigo de su tranquilidad, de
sus amistades, de sus gustos e ideas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
aleja de los salones en los que ella brillaba, todo esto durante diez años en
los que ni siquiera <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tuvo el consuelo de
la maternidad, ya que Pierre Charles es un hijo tardío. El esquema se repite cuando ella cae en manos del consejero espiritual que la domina.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Esta transformación feroz de madame Gervaisais espanta a su criada Honorine, que
discute y se enfrenta a ella porque no comprende, cómo puede abandonarse,
incluso, complacerse con su enfermedad y mostrar una malignidad e impiedad
impropias de su carácter. Clínicamente, los autores influidos por las teorías
del momento, explicarían que este proceso se debe a tisis, a la
falta de oxígeno en el cerebro que produce alteraciones nerviosas. </p><p class="MsoNormal">Ni <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esposa, ni madre ni amante, ni filósofa,
madame Gervaisais es una inteligencia errática que va matando en ella lo bueno,
lo bello y lo verdadero, que más reverenciaba, por adentrase las oscuridades del
alma, en el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>misterio de la muerte. La crítica despiadada es contra este misticismo histérico con el que la Iglesia católica le arrebata a
las gentes la voluntad y el libre albedrío y los placeres estéticos.<o:p></o:p></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-57983549865393156422021-03-28T12:02:00.240-07:002021-04-17T09:23:05.672-07:00Manuela, de Eugenio Díaz Castro <p><i>Manuela</i>, novela del
colombiano Eugenio Díaz Castro (1803-1865), se publica en 1858 e igual que <i>Amalia</i> aparece primero por entregas. Escrita en 1856, los hechos transcurren entre
el 5 de mayo y el 20 de julio de 1856, por
la misma época de la novela
de José Mármol. A pesar de la exaltación romántica, que por entonces inspiró en Hispanoamérica notables relatos, no
se puede decir que <i>Manuela</i> sea hija del Romanticismo, como <i>Amalia</i>. Díaz Castro se presenta como un
observador de las costumbres y las tradiciones populares, un costumbrista que
no decae en el pintoresquismo de muchos de ellos. Su protagonista es una campesina representante del “pueblo descalzo”, cómo se la define en el relato,
frente a la minoría dominante, “la aristocracia de los zapatos”, es decir, los
señoritos de la ciudad.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-tfxhSXddgLQ/YGDOcEbs_xI/AAAAAAAAA0I/hf0mRidN3pILOwomr6r8XA7AKF5haOS1QCLcBGAsYHQ/s370/Manuela_E_D_C.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="370" data-original-width="250" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-tfxhSXddgLQ/YGDOcEbs_xI/AAAAAAAAA0I/hf0mRidN3pILOwomr6r8XA7AKF5haOS1QCLcBGAsYHQ/s320/Manuela_E_D_C.jpg" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Es <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>interesante establecer
paralelismos entre estos dos relatos fundacionales, que con nombre de mujer
expresan las preocupaciones históricas del momento. La protagonista en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Manuela</i> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no es la refinada y culta joven de ciudad que
lee a Lamartine, sino una ruda campesina de diecisiete años de vivaz
inteligencia y natural encanto. Por su carácter desata una revolución al no
ceder a las pretensiones del tinterillo que domina sobre su región.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Este se vale de artimañas y maneja turbios
negocios, como la expropiación, el despojo y la venta de ganado robado. Díaz
Castro no sitúa los hechos en la capital de la entonces Nueva Granada, sino en
sus cercanías, en una población de tierra caliente, en las estribaciones
de la cordillera oriental. Hasta allí llega el joven bogotano Demóstenes
Bermúdez propagandista de un ideario liberal romántico. Pertenece a un ala del
partido liberal, llamada los gólgotas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por
defender a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Manuela se enfrenta a Tadeo
Forero, que pertenece al ala opuesta de los liberales, los draconianos, o
radicales. En medio de esas dos tendencias se encuentra el cura del pueblo,
defensor de las ideas conservadoras, nostálgico del orden colonial, pero que
intenta conciliar con unos y otros. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En la novela se hace referencia a los hechos históricos,
como la revolución de 1854, guerra civil en la que tanto liberales como
conservadores se oponían al golpe de estado liderado por el general draconiano José María Melo, quien,
entre otras medidas, pondría barreras al libre comercio defendiendo a los
artesanos. El resultado de esta guerra civil fue una nueva constitución a la que se hace referencia en la novela. También los unitarios argentinos se oponían a Rosas, luchando por
medidas librecambistas, que favorecían el comercio con las potencias europeas,
en contra de los intereses nacionalistas. Curiosamente, el liberal don
Tadeo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que domina en la comarca donde
vive Manuela, utiliza tretas legales para expropiar y someter a los campesinos
en nombre de su partido. Mediante maquinaciones, como falsedad de documentos y
de testigos, condena a la cárcel a Manuela y a su prometido, a la vez que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>presenta como enemigos a
los señoritos de ciudad, los gólgotas, que a su juicio engañan a los pobres con falsas promesas. Así se
gana la confianza de los hacendados. Cargada de paradojas y de trágica ironía los idealistas como Demóstenes no llegan a comprender cómo es posible que con tanta riqueza no se pueda salir de la pobreza, ni hasta dónde quienes pretenden dirigir la república, desde las ideologías y las leyes, desconocen su país.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Díaz Castro despliega un universo femenino popular rico en
historias de vida y en conocimiento del mundo, que sufre la injusticia y los
abusos resistiendo con valor, hasta desfallecer. Al lado de Manuela, se encuentran Rosa, Pía,
Matea, Patrocinio, Clotilde y Remigia, mujeres que se entregan a las labores
domésticas, al cuidado de la huerta, o a las duras faenas que exigen los
trapiches. Igualmente se hace referencia a las señoritas de la capital, como Celia, que se rigen principalmente por la moral burguesa, al ampro de la religión, cuyo poder pretende combatir Demóstenes.</p><p class="MsoNormal">La economía de la región a la que pertenece Manuela es la que genera el cultivo de la caña de
azúcar y los gamonales son los dueños de los trapiches. Estos consumen las
fuerzas de los pobres en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>régimen de
esclavitud. Las mujeres no sólo son
explotadas, sino abusadas por los patrones y por <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los trabajadores con quienes se ven
forzadas a convivir como animales, sin las mínimas condiciones de higiene y de
dignidad. Al lado de los trabajadores están los arrendatarios de los hacendados también sometidos a condiciones de explotación abusivas. Por eso, la rebeldía de Manuela desata un incendio.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-gGpD7NKLGQw/YGDSzPRHXyI/AAAAAAAAA0Q/iKR1qd5YlLcaXkbRRdNW8VgSFU0U9lHRgCLcBGAsYHQ/s259/Eugenio_D_C.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" src="https://1.bp.blogspot.com/-gGpD7NKLGQw/YGDSzPRHXyI/AAAAAAAAA0Q/iKR1qd5YlLcaXkbRRdNW8VgSFU0U9lHRgCLcBGAsYHQ/s0/Eugenio_D_C.jpg" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal">Demóstenes, el señorito de ciudad, llega a la región sin un
propósito definido,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pues parece tener un
interés antropológico y pseudocientífico, ya que se dedica a observar y hacer
anotaciones sobre las costumbres de los lugareños, y a recoger muestras de la
flora o disecar aves que llaman su atención.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Más tarde se comprenderá que pretende conseguir votos para dedicarse a
la política. Demóstenes se aloja en la casa de Manuela, cuya familia lleva una
tienda de velas de cera y además regenta la pensión. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Llama la atención de las campesinas el trato que les ofrece
el joven, su afectada cortesía y sus románticas ideas de igualdad, de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>justicia y progreso, que despiertan su risa.
Este tiene como modelo de civismo a los Estados Unidos e Inglaterra, países por
los que ha viajado. Pero Manuela enfrenta a sus razonamientos una sabiduría
popular que nos recuerda los diálogos entre don Quijote y Sancho. La muchacha
se ríe de su defensa de la tolerancia, que ella entiende como “aguantar” y le
hace pasar por situaciones incómodas recordándole este principio que pregona. Es como si los dos hablasen una misma lengua, pero no el mismo idioma. Por un lado están los ideales y, por otro, las realidades prácticas de la vida de las que más sabe Manuela que Demóstenes.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Precisamente, el encanto de la novela está en estos diálogos
a través de los cuales conocemos el mundo campesino, sus costumbres. Asimismo,
las ricas y vivas descripciones nos informan del sincretismo cultural que se
expresa en las fiestas, tradiciones, celebraciones y ceremonias, como el baile
para celebrar la muerte de un niño, o el sacrificio de los gallos, que entierran
con la cabeza fuera para degollarlos y luego bañarse con su sangre, ritual, sin
duda, heredado de las culturas africanas trasplantadas a Hispanoamérica. Los festejos religiosos tienen un lado pagano en el que el exceso y la brutalidad cumplen una función reguladora ante las tensiones a causa de la opresión. Estas
costumbres son consideradas bárbaras por Demóstenes, que tiene como ideal de vida la cultura europea imitada por la oligarquía de la ciudad. Por otro lado, se aprecia la variada composición racial del país, desde los indios que se integran como siervos, los negros, antiguos esclavos
liberados desde 1851, pero que trabajan en la mayor desprotección; así como los
mestizos y los blancos de la ciudad. Díaz Castro plantea la complejidad del mestizaje cuando el narrador comenta "hay gentes que llaman indios a los de estos sitio, sin detenerse a contemplar las facciones y el pelo, y en los hombres de barba; pero nosotros sí nos detendremos a considerar por algunos momentos que algunas de las personas que así clasifican, tienen mucho más determinadas señales de ser indios o mulatos..."<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Concebida por entregas, cada uno de los capítulos de la novela encierra un episodio que va añadiendo elementos a la trama donde no faltan los hechos dramáticos. Estos son transmitidos en su crudeza, sin
el recurso del melodrama, como por ejemplo el abuso que sufre el personaje Pía, que debe
refugiarse en una choza con su hijo y dedicarse al cultivo maíz en un terreno
agreste amenazado por la naturaleza. Aparte de su trabajo, se bate contra los
pájaros y pericos, que espanta con piedras, contra los micos que saltan de los árboles y roban los frutos de la huerta, y contra los cafuches, especie de jabalí americano, que
en las noches destroza las cementeras. Dentro de la precaria choza de guadua y
palmiche donde vive asedian los ratones, los chiribicos, las moscas y los zancudos. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pese a la belleza de la naturaleza, las mujeres deben combatirla y dominarla para sacar algún provecho de ella y cumplir con el pago debido a los hacendados. Demóstenes se
sorprende del atraso, la miseria y la falta de las mínimas condiciones de higiene
en que viven los pobres. Rosa le dice a su madre que el
destino de los pobres es “Andar rodando como basura, de hacienda en hacienda” y
termina su triste reflexión con estas palabras “La libertad de llorar es la que
tenemos, y es la que yo he tenido.” Ni siquiera el joven Demóstenes, que se siente atraído por
Manuela, llega hasta el final para protegerla de la red
de intrigas que intenta impedir su matrimonio con Dimas. Finalmente, Tadeo prende fuego a
la casa de don Blas, amigo de Manuela, y a la iglesia donde se encuentra ésta, asegurándose atrancar la puerta para impedirle salir. De una vida tan azarosa e injusta, el único bien que recibe la protagonista
es la bendición del cura que la casa con su prometido antes de morir. </p><p class="MsoNormal">No es gratuito que estos
funestos hechos ocurran un 20 de julio, fecha en que se conmemora el grito de
independencia de España en la capital de la Nueva Granada. La fecha recuerda lo poco que el pueblo descalzo ha ganado con la libertad y las dificultades que encuentran los grupos hegemónicos para dirigir los destinos de las nuevas repúblicas poniendo en práctica los principios de justicia e igualdad, que pregonan en sus discursos políticos. Manuela, no encarna el ideal romántico asesinado, sino la patria perseguida, explotada e inmolada, metáfora del fracaso de un proyecto de país, tras los 46 años del estallido que desató un florero, según la mitología patriótica.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Eugenio Díaz Castro estuvo muy vinculado a su tierra en la sabana, pero realizó estudios en el colegio de San
Bartolome de La Merced en Bogotá donde conoció a los escritores con quienes
fundaría el grupo El Mosaico, desde el que se cultivó una literatura costumbrista, y se promocionaron obras y autores, como Jorge Isaacs, autor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">María</i>, novela canónica del Romanticismo
hispanoamericano. Aunque el reconocimiento de <i>Manuela</i> fue postergado por el
peso de <i>María</i>, la obra no solo tuvo una edición francesa en Garnier, sino además cierta difusión tardía, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=DX8LvkZbku4" target="_blank">a través de la radio</a> y la televisión. En el ámbito internacional, críticos como Cedomil Goic, en su <i>Historia de la novela hispanoamericana</i> (1972), la consideraron una de las obras más representativas del continente, y el crítico colombiano Álvaro Pineda Botero le dedicaría uno de los más rigurosos trabajos: <a href="https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_3_044.pdf" target="_blank">Albores y poscolonialismo en la novela colombiana: Manuela (1858)</a>.</p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-70652806780429744062021-03-14T10:41:00.134-07:002021-03-17T11:04:48.202-07:00 Amalia, de José Mármol, novela por entregas<p><span style="font-family: georgia;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></i></span></p><br /><span style="font-family: georgia;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />Amalia</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> es una de los relatos fundacionales de la nación argentina. Fue escrita durante dictadura y la caída del caudillo Juan Manuel Rosas, quien gobernó Buenos Aires entre 1828 y 1852. Su autor, José Mármol
(1817-1871), empezó a publicar esta novela por entregas en el suplemento literario de <i>La Semana</i>, en 1851 y la editó en su
totalidad en 1855, cuando había sido depuesto Rosas. Líder del partido
de los federales, este defendía la autonomía de las provincias frente a la
capital. El grupo contrario, los unitarios, defendían el centralismo, el
liberalismo y el libre comercio.</span></span><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La pregunta que surge es por qué elegir un personaje femenino para ejemplificar el ideal civilizador de una generación que veía amenazado su mundo bajo la dictadura de Juan Manuel Rosas. ¿Por qué llamarla Amalia, un nombre de origen griego que significa labor y que en la Biblia adorna a la mujer con los atributos de tierna y débil? La mujer de este relato es delicada, pero valiente y leal, culta y, a la vez, devota. </span></span><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt;">Los hechos narrados en </span><i style="font-family: georgia; font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal;">Amalia</i><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt;"> se desarrollan en medio enfrentamientos partidistas entre los que surge una historia de amor trágico, dentro de los ideales políticos y
estéticos del Romanticismo. El autor nos instala en la fecha del 4 de mayo de
1840 cuando comienza la narración. </span></div><div><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt;"><br /></span></div><div><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt;">En torno a las diez y media de la noche, van
por la calle de Belgrano unos fugitivos. Los personajes avanzan a oscuras por
el bajo Buenos Aires hacia el exilio en Montevideo, huyen del temido puñal de
la Mazorca, la policía del dictador, que tortura y elimina a sus oponentes. Entre
</span><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt; mso-spacerun: yes;"></span><span style="font-family: georgia; font-size: 12pt;">los prófugos va el joven Eduardo
Belgrano, pariente del personaje histórico Manuel Belgrano, héroe de la
independencia. El guía los traiciona y antes de alcanzar la ballenera, que
tendría que recogerlos en la orilla, son atacados por una carga de caballería. Todos
mueren menos Eduardo quien, tras enfrentarse a sus atacantes, logra escapar de ellos.
Malherido, es rescatado por un amigo, Daniel Bello, que lo lleva a la casa de
su prima, Amalia Sáenz de Olavarrieta, para curarlo y protegerlo.</span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;"></span></span></p></blockquote>
</div><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La descripción del entorno que envuelve a Amalia,
quien procede de una aristocrática familia de patriotas de la provincia de
Tucumán, subraya la delicadeza y exquisitos gustos de una clase social que se
identifica con los ideales civilizadores defendidos por los unitarios.
Vestida de negro, ya que como se sabrá es viuda, la joven de veinte años es
sorprendida leyendo las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Meditaciones</i>
de Lamartine. Hermosa, culta y sensible representa el pasado
ilustrado que se defiende. El narrador la sitúa envuelta en un peinador de batista, ante unos magníficos espejos, sentada sobre un sillón de damasco. A través de ella se vislumbra la cultura clásica que reverencian, igual que a las deidades de la antigüedad. Amalia demuestra en distintas circunstancias lealtad, valor, fervor religioso y nobleza, también hacia quienes le sirven, como la pequeña Luisa, que siempre la acompaña, y Pedro que
combatió al lado de su padre en las gestas independentistas. Naturalmente, la perspectiva de este romance culmina en una boda, que se realiza al final de la novela.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-SaaKSnXoYqY/YE5iOmP1Y_I/AAAAAAAAAzc/uM1G02bytYQymtLZzR0U6iJOFgs1qOCxQCLcBGAsYHQ/s229/jose-marmol-a.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="220" data-original-width="229" height="192" src="https://1.bp.blogspot.com/-SaaKSnXoYqY/YE5iOmP1Y_I/AAAAAAAAAzc/uM1G02bytYQymtLZzR0U6iJOFgs1qOCxQCLcBGAsYHQ/w200-h192/jose-marmol-a.jpg" width="200" /></a></div><br /></span><div><span style="font-family: georgia;">Si el fruto de la civilización encarna los ideales femeninos con los que se construye el personaje de Amalia, el caudillo Juan Manuel Rosas representa lo opuesto, la brutalidad, la rudeza masculinas, el abuso de poder y la crueldad para con el débil y el vencido. </span><span style="font-family: georgia;">En el último capítulo, los hombres de Rosas se toman la casa de los recién casados. <span style="font-family: georgia;">Los espejos del tocador de Amalia saltan hechos pedazos. Hombres endemoniados protagonizan una escena de terror y de muerte, rompen los muebles y dan muerte a los recién casados, junto con el primo Daniel y los leales criados que los acompañaban.</span></span></div><div><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;"><br /></span></span></span></div><div><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">En esta novela es fundamental el papel de las mujeres
en las intrigas políticas; en primer lugar, está Amalia, que vela
por los intereses de los unitarios representados en su primo Daniel Bello y en Eduardo Belgrano; en segundo lugar, la esposa del caudillo, Encarnación Ezcurra
y su cuñada, María Josefa, quien defiende férreamente los intereses de los
federales, y, en tercer lugar, Manuela
Rosas, la hija del caudillo. Las tres representan valores distintos y opuestos.
La primera, adornada de nobles ideales y de virtudes cristianas, arriesga su
vida y su fortuna por un unitario. La segunda, fanática, sagaz y ambiciosa, utiliza su talento para sorprender a los
enemigos del caudillo. La tercera se encuentra atrapada entre la rudeza y salvajismo del padre y una inteligencia que le permite actuar con relativa autonomía. Es ella quien interviene para que los guardias no investiguen la casa de Amalia buscando pruebas de una traición. Por su parte</span></span></span><span style="font-family: georgia;">, Encarnación Ezcurra cuenta con el apoyo de los criados, con quienes teje una red de inteligencia en defensa de los intereses de los federales. Finalmente acabará descubriendo el secreto de la casa de Amalia y denunciándola ante las autoridades.</span></div><div><span style="font-family: georgia;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-23CTUW7_dss/YE5NjC3bvaI/AAAAAAAAAzI/PLOvXpkozQgFfUdiQuqNxch45jQIPYpqQCLcBGAsYHQ/s234/amalia-garnier-a.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="181" data-original-width="234" src="https://1.bp.blogspot.com/-23CTUW7_dss/YE5NjC3bvaI/AAAAAAAAAzI/PLOvXpkozQgFfUdiQuqNxch45jQIPYpqQCLcBGAsYHQ/s0/amalia-garnier-a.jpg" /></a></div><br /></span></div></span><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">Entre una serie de mujeres, Rosas es el varón que ocupa un territorio adueñándose de sus riquezas con la fuerza de la espada
y el látigo. Es el artífice del pacto federal, al que se adhieren las distintas
provincias, cual mujeres sometidas. La intención del caudillo es controlar el
puerto de Buenos Aires, por donde entran y salen las riquezas del país y frenar así la expansión de los unitarios fortaleciendo a las provincias. Pero Buenos Aires es más que el puerto por donde entran y salen mercancías, es el centro de
poder y de las intrigas de la potencias europeas que conspiran en uno y otro bando, según sus intereses. Los jóvenes unitarios, como diría Domingo Faustino
Sarmiento, se echaron en brazos de Francia creyendo así salvar la
civilización, que se concentraba en las ciudades, no en la Pampa ni en el desierto donde debían enfrentarse a los indígenas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">Tirano y dictador, para unos, defensor de la soberanía nacional,
para otros, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Rosas gobernaría Buenos
Aires entre 1835 y 1840. Su mandato desencadenó guerras civiles e implicó
también la exploración del territorio argentino, y el enfrentamiento contra los
indígenas, en la tristemente célebre campaña del desierto, de la que no se hace referencia en esta novela. Darwin deja constancia en un desgarrador testimonio en su diario, de la
persecución y exterminio de los indígenas por parte de las autoridades. Será Esteban Echeverría, quien nos introduzca en aquellos parajes en su poema épico <i>La cautiva</i>, en el que María, una mujer blanca cae en manos de los indios, considerados salvajes y a los que ella se enfrenta valerosamente.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i>Amalia</i> juega con los paralelismos entre las mujeres. Manuela Rosas, joven de la misma edad de Amalia, es
de fina de facciones, bella e inteligente, pero de un tipo de belleza distinta, según advierte el narrador. Al parecer, despierta con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mayor facilidad que Amalia los apetitos de los
hombres, debido <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a “cierto secreto de
voluptuosidad instintiva”. En cambio, Amalia dejaría en los hombres una
“impresión puramente espiritual”.<span style="mso-spacerun: yes;"> El relato insiste en este aspecto cuando l</span>os
amantes disfrutan juntos sin dejar de invocar a Dios y expresar sus deseos amorosos. Fiel a los cánones del Romanticismo, un
pensamiento trágico perturba su dicha, como ocurre en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">María</i>, de Jorge Isaacs. Pero, en este caso, no es la enfermedad la que amenaza a los amantes, sino los enfrentamientos políticos.</span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-xLoJrWs6Go4/YE5KvelPTMI/AAAAAAAAAyw/t3OwO2xIMcEIZ0o6NkGR46d54DPKme9XwCLcBGAsYHQ/s273/amalia_color.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="184" src="https://1.bp.blogspot.com/-xLoJrWs6Go4/YE5KvelPTMI/AAAAAAAAAyw/t3OwO2xIMcEIZ0o6NkGR46d54DPKme9XwCLcBGAsYHQ/s0/amalia_color.jpg" /></a></span></div><p class="MsoNormal"><span style="font-family: georgia;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Rosas se muestra rudo en el
trato y en los hábitos. Habla de temas inapropiados con la hija, no respeta
ninguna jerarquía y se dirige a sus subalternos con desprecio.</span><span style="font-size: 12pt;"> Para él, su hija Manuela es una moneda de cambio en el juego del poder, dentro del cual la moral y el pudor no cuentan, solo exterminar al contrario y someter también a los adeptos.</span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">José Mármol, </span></span><span style="font-size: 16px;">que sufrió la cárcel durante la dictadura, en 1839, y se vio forzado, como sus personajes, a huir en 1840 a Montevideo, </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">proyecta en esta novela sus sentimientos hacia el caudillo. </span></span><span style="font-family: georgia; font-size: 16px;">Mármol se extiende en los hechos políticos y la intriga amorosa es el gancho propio del folletín para captar la atención del lector. El personaje Amalia aparece muy pocas veces en el relato y únicamente en relación con el incidente relacionado con Eduardo del que depende su intensidad dramática.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: georgia;">Relato canónico de este periodo de la la historia argentina es, como se sabe, <i>Facundo, o civilización y barbarie</i> de Domingo Faustino Sarmiento, publicado en 1845. Junto a Esteban Echeverría (1805-1851), Mármol introduce el Romanticismo
en Argentina, bajo la forma de la denuncia. La
barbarie y rudeza de la Mazorca, la policía a su servicio también se pone en evidencia en el relato <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El matadero</i>, de Echeverría, escrito por la misma fecha pero publicado en 1871. La belleza, la civilización y el sentimiento religioso son atacados cuando los hombres de Rosas violan la</span></span><span style="font-family: georgia;"> casa de Amalia y dan muerte a los jóvenes protagonistas. </span></p></div></div></span></div>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-44039585231210394642020-07-02T10:44:00.001-07:002020-07-08T10:27:54.883-07:00El cemento, de Fedor Gladkov, el lugar de la mujer en la revolución rusa<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i>Un fantasma recorre Europa,<o:p></o:p></i></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i>El mundo.<o:p></o:p></i></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><i>Nosotros le llamamos camarada</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 3;"> </span>Rafael
Alberti, “Al volver a empezar” (1932)<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
1911, la revolucionaria Alejandra Kollontai (1872-1952), aristócrata rusa de
origen ucraniano, arremetía contra la moral burguesa en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las relaciones sexuales y la lucha de clases</i>, un escrito donde
cuestionaba el modelo de familia y la pareja. La autora señalaba cómo la
mentalidad pequeñoburguesa reducía las relaciones sexuales a una cuestión personal.
También advertía que el socialismo, si bien concebía cambios en las relaciones
entre hombres y mujeres, los postergaban hasta el establecimiento de ese nuevo orden
social y económico.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-sfPqEB5N0kk/Xv4awBRC58I/AAAAAAAAAq8/psKaJBYSpEQBctESL5DkVuXbi7glEtlqQCLcBGAsYHQ/s1600/Aleksandra_Kollontai-a.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="466" data-original-width="400" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-sfPqEB5N0kk/Xv4awBRC58I/AAAAAAAAAq8/psKaJBYSpEQBctESL5DkVuXbi7glEtlqQCLcBGAsYHQ/s200/Aleksandra_Kollontai-a.jpg" width="171" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
el fragor revolucionario de las primeras décadas del siglo XX, Kollontai veía
la necesidad reforzar la lucha de clases refundado las relaciones entre ambos sexos.
Consideraba necesario romper de manera radical con el dominio impuesto sobre la
mujer por el poder masculino, pues sólo así se podrían establecer relaciones
más perfectas y felices entre ambos sexos. Esto significaba atacar al corazón
del sistema colocando a las mujeres al mismo nivel de los hombres. Su
planteamiento iba más lejos de lo que se habían propuesto los revolucionarios. La
lucha de clases no se limitaba a la construcción de una sociedad basada en el
reparto más justo y equitativo del fruto del trabajo humano. Debía también
buscarse la justicia y la igualdad entre los sexos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cemento</i>, del escritor
también ruso Fedor Gladkov (1883-1958), publicada en 1925, se hace eco de esta
cuestión: la mujer dentro de la revolución. El tema se presenta para el lector como
un enigma, que se irá resolviendo de manera escalonada. En el primer capítulo,
el protagonista regresa de la guerra a su pequeña ciudad obrera después de tres
años de combatir. Lo primero que le choca al joven Glieb Chumalov es la
destrucción de la fábrica de cemento donde trabajaba. De lo que no podrá recuperarse
tan fácilmente es de la destrucción de su matrimonio. La esposa, Dacha, se
comporta como una extraña rechazando sus manifestaciones de afecto y devolviéndole
una mirada oblicua cuando la interpela. Glieb no comprende que ya no lo ve como
al esposo, sino como a un camarada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dentro
de la línea del realismo socialista, que se impone como la estética más
ajustada al proceso revolucionario, se rebelarán detalles que nos llevan a
comprender la evolución de Dacha. Se destaca su resistencia a las fuerzas del
régimen zarista, que detienen a los familiares y amigos de quienes luchan en el
frente. Su implicación en los comités<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>revolucionarios, donde se ha ganado un cargo de confianza. Quedan
profundas heridas que se entierran para atender a los problemas inmediatos: los
alimentos y el combustible para una población hambrienta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entre
el nuevo orden y el antiguo, el protagonista es un obrero para quien la fábrica
es su vida, por lo que se propone como tarea ponerla en marcha. Esto implica
enfrentarse a burócratas del régimen como Badyn. Dacha, en cambio, representa
la ruptura radical con el pasado. Como militante renuncia a ser esposa y madre,
sacrifica su vida y la de su hija en el proceso de reconstrucción del país.
Como mujer, reconstruye también su ser, se reinventa en la emergencia de los
acontecimientos y debe templar su carácter para no derrumbarse cuando le
notifican la muerte de la hija. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
rol de la mujer en el nuevo sistema se aclara en tensas e hirientes
discusiones. Dacha le explicará al marido que se considera una “libre ciudadana
de los soviets”. Ha dejado de ser esclava y tiene otro papel que cumplir. Toma
conciencia de que antes era un ser sin voluntad, un accesorio. Hay un cambio de
sensibilidad, del concepto del amor y las relaciones entre los sexos. Consumido
por los celos, Glieb cree que su mujer se aleja por que se ha entregado a otros
hombres. Ésta le recuerda que ya no podrá tomarla ni dominarla por la fuerza,
que no basta con ganar una guerra si no se tiene suficiente cerebro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El Cemento</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">
afirmaba la ideología comunista y la moral bolchevique respecto al trabajo y a
la relación con el partido y el Estado. Debido a sus planteamientos alcanzó un
clamoroso éxito por tratarse de la primera novela sobre la clase trabajadora. Como
individuo, Dacha es un ejemplo, pues se reconstruye a sí misma en el trabajo
diario, en el estudio y la lectura. A la vez, Glieb encarna al héroe con una
nueva ética, pero aún arraigado en viejos valores, aunque entiende que el obrero
deberá entregar su energía pensando en el beneficio de todos, no únicamente en
el propio ni en el de su familia.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-UXn_lYu90vk/Xv4c-mpfVTI/AAAAAAAAAsE/Xb8ZYG5rwL410omWxI8XfRr-Y7iYM0scACLcBGAsYHQ/s1600/cemento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="234" data-original-width="150" src="https://1.bp.blogspot.com/-UXn_lYu90vk/Xv4c-mpfVTI/AAAAAAAAAsE/Xb8ZYG5rwL410omWxI8XfRr-Y7iYM0scACLcBGAsYHQ/s1600/cemento.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
novela también aborda los retos a los que se enfrentan quienes llevan las
riendas de la nueva sociedad. Estos deben vencer al enemigo que llevan dentro, el
pequeñoburgués con sus vicios. Los sobrevivientes pretenden llevar a la
práctica el modelo que anticiparon los teóricos de la revolución. Pero estorba el
romanticismo de los intelectuales que concibieron estos cambios. Se requiere fuerza
de trabajo para abrir cooperativas, almacenes y tiendas para el consumo, fábricas
de artículos manufacturados. Ni siquiera se necesitan profesores que se entreguen
a la tarea educativa esperando el salario. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al
interior de la conciencia individual se intenta vencer el sentimentalismo de
las parejas. Se imponen el pragmatismo y la fortaleza. La revolución sacrifica
a sus niños, mientras los comités se organizan para proveer de pan y abrigo a
los ciudadanos. El hombre ya no someterá a la mujer, pero ambos serán dominados
por la omnipresencia de un Estado que limita la libre manifestación de sus
emociones. Naturaleza e instinto, serán doblegados por una nueva civilización y
una nueva moral, para la que el libre albedrío es una manifestación
pequeñoburguesa del individualismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
el pasado no se puede derruir por completo. Se rescatan bienes, patrimonio
artístico y conocimientos. Glieb comprende que sin los profesionales de la
fábrica, como el ingeniero puesto por el anterior régimen, no se podrá poner en
marcha la maquinaria productiva. Por tanto, al fervor revolucionario han de
añadirse los conocimientos y la experiencia. Cada movimiento hacia adelante
genera tensiones: entre el pragmatismo, el sentido común y los sentimientos. Glieb
se enfrenta a la fuerte personalidad de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Badyn, hombre implacable con los inseguros y débiles.
Éste llega a las muchedumbres hablándoles de los impuestos sobre los productos
de la naturaleza, de la cooperación y de la desmovilización, recordándoles que
Lenin consagró su vida a la causa del mujik y del obrero. Badyn es el rival que
pretende a Dacha y desata los celos. Ésta resuelve el conflicto entre ambos aclarando
su postura: “Mi marido vive su vida y yo la mía, camarada Badyn. Somos
comunistas antes que nada”. Los comunistas deben abandonar las disputas de esta
índole para entregarse a la acción común. La pareja, tal como es concebida por
la moral burguesa, queda destruida. El proletariado triunfa y sus líderes imponen
la nueva moral respecto a las relaciones personales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Gladkov
aborda estas cuestiones dentro de la estética del realismo socialista en
diálogos y momentos de tenso silencio. El ritmo interior está determinado por la
firmeza, la frialdad, la dureza de las relaciones, incluso del encuentro
amoroso. La verdad desgarrada surge a trozos, a medias, entre los murmullos de
vecinos y amigos. Dacha se defiende con frases contundentes: “Eres comunista…,
pero también eres un bruto que necesita una mujer sometida a ti como una
hembra… Eres un buen soldado; pero en la vida, eres un mal comunista”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las
fisuras del sistema se asoman precisamente en el nivel más primario del ser
humano, el de las emociones y los sentimientos. Dacha y su amiga Polia
conversan con Glieb y reflexionan sobre lo que sienten cumpliendo con sus
nuevas tareas. No somos más que militantes, le dice Polia a Glieb: “A nada temo
tanto como a nuestros sentimientos”, añade. Éste tiene claro que “las cosas del
alma” pueden esperar, pero el trabajo no. Es quizás el único momento de dulzura
en el que los tres amigos se permiten expresar sentimientos, sin temor a que se
les acuse de falta de firmeza en sus convicciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El Cemento</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">
es, sin duda, una novela de iniciación en la práctica revolucionaria tras el
triunfo de los bolcheviques. Considerado uno de los exponentes del realismo
socialista, Gladkov traslada a la novela las preocupaciones de la ideología
comunista, la principal, asignarle un papel decisivo al proletariado en la
historia. Hijo de humildes campesinos, hasta los doce años el autor recorrió
distintas regiones del Caspio y del Volga en busca de trabajo. Su ardiente
deseo de estudiar se vio frustrado por el injusto sistema zarista. Pero en su
recorrido no le faltaron maestros, como algunos obreros de Kuban a los que se
vincula el padre, y quienes orientaron su pensamiento. Por ellos aprendió a
tener fe en el advenimiento de tiempos mejores para la humanidad. Sin embargo,
es Gorki quien jugará un papel decisivo en su destino de escritor animándolo a
seguir después de haber leído el cuento que le envió. Junto con Mijail
Shólojov, Premio Nobel de Literatura en 1966, quien en 1925 publica los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos del Don</i>, y Nicolai Ostrosvki,
autor de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Así se templó el acero</i>, Gladkov
forma parte de un grupo de escritores premiados por el régimen comunista, que
vio en ellos a los más dignos representantes de la cultura soviética. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Por la misma época Mijail Bulgákov haría una burla despiadada de la doble moral bolchevique impuesta a la clase obrera, en una breve narración, </span><i style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Corazón de perro</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"> (1925), donde ponía en evidencia la corrupción del poder y el oportunismo de algunos de sus dirigentes, quienes accedían a las mujeres con los procedimientos que habían pretendido demoler. La dictadura del proletariado era, a las claras, una dictadura sobre el proletariado, que imponía una moral, que sus dirigentes eran incapaces de concretar en la práctica. Censurado por el régimen, sus novelas, como </span><i style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">El maestro y Margarita</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">, se publicarían décadas después de su fallecimiento.</span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-41186400676708527132020-02-29T08:06:00.005-08:002021-04-17T09:23:40.114-07:00Germinie Lacerteux (1865), Edmond y Jules Goncourt<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Por
casualidad he tropezado con la versión española de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Germinia Lacertaux</i> de 1920 de los célebres Edmond y Jules <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Goncourt, una bella edición del histórico sello
español Calpe fundado en 1918, y que en 1925 se uniría con Espasa, antecedente
de la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>extraordinaria colección Austral. Encontré
el volumen en una librería de viejo de la calle Fernando el Católico de Madrid,
a la que solemos ir a menudo en nuestros paseos por los alrededores del barrio
después de tomar un café.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-wv8d2LptZiU/XlqEnCYUr0I/AAAAAAAAAhU/zG9dmXsz6UoOsDNKjjuwgX5A3-QZHnzEwCLcBGAsYHQ/s1600/Germinie-Lacerteux-1920%2B%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1179" data-original-width="867" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-wv8d2LptZiU/XlqEnCYUr0I/AAAAAAAAAhU/zG9dmXsz6UoOsDNKjjuwgX5A3-QZHnzEwCLcBGAsYHQ/s320/Germinie-Lacerteux-1920%2B%25282%2529.jpg" width="235" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Arrumados,
a la espera de algún curioso que los quiera adquirir, los libros evidencian el
paso del tiempo, lo perecedero y lo imperecedero de una obra de arte. Hay que
amarlos con fervor para comprarlos aunque estén deshaciéndose y aún después de
habernos desprendido de unos cuantos no sin pesar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Adquirí
el librito en perfecto estado por menos de dos euros, ¿cómo no llevármelo a
casa? No conozco suficiente a estos célebres autores, que tantas polémicas
desataron por la crudeza de sus planteamientos naturalistas, especialmente en
esta novela en la que fijan su atención en el pueblo desdeñado, ajeno a los
salones de la aristocracia y la burguesía, de los que tan asiduos fueron. Tanto
peso adquirían esas clases sociales que escenificaban, como en una
representación teatral, la sociedad en su conjunto, que la mayoría de los
escritores realistas franceses extrajeron de allí a los protagonistas de sus
ficciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Publicada
en 1865, en el prólogo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Germinie
Lacerteux</i>, los autores se justifican por concederle a las “clases bajas” el
derecho a protagonizar la novela, como ya lo habían hecho en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sor Filomena</i> (publicada en 1861). Lo
hacen preguntándose “si en estos años de igualdad en que vivimos existían aún
para el escritor y para el lector clases indignas, desdichas demasiado bajas,
dramas demasiado groseros y catástrofes de un terror poco noble”.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-WJvjBMfqghY/XlqE7JrEePI/AAAAAAAAAhc/VIaH7M646-IgFi0v6Q-SrENf3P_RaRA4QCLcBGAsYHQ/s1600/germinielacerte00gonc%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="284" data-original-width="179" src="https://1.bp.blogspot.com/-WJvjBMfqghY/XlqE7JrEePI/AAAAAAAAAhc/VIaH7M646-IgFi0v6Q-SrENf3P_RaRA4QCLcBGAsYHQ/s1600/germinielacerte00gonc%2B%25281%2529.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Jorge
Urrutia, ya había señalado en un ensayo recogido en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Juguetes de un Dios Frío</i>, la importancia de esta novela y el valor
de su prólogo, que señalaba cómo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tras la
igualdad entre los ciudadanos, decretada <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por la Revolución de 1789, la aristocracia y
la burguesía francesa seguían protagonizando las narraciones. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Desde que leí ese
ensayo asumí como asignatura pendiente la lectura de esta novela que se ocupa
de los pobres. El tema me resulta apasionante pues, muchas veces, este tipo de
ficciones delata la ambigua ideología de la persona que se oculta tras el narrador.
Más de una vez he detectado prejuicios respecto a las manifestaciones de la
miseria que incomodan a la sociedad. Pensemos en las declaraciones del
personaje Iturrioz, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">alter ego</i> de
Baroja en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El árbol de la ciencia</i>,
quien se sitúa por encima de su medio y así le dice al sobrino: “Yo te
confieso, para mí nada tan repugnante como esa bestia prolífica, que entre
vapores de alcohol va engendrando hijos que hay que llevar al cementerio o que,
si no, van a engrosar los ejércitos del presidio y de la prostitución. Yo tengo
verdadero odio a esa gente sin conciencia, que llena de carne enferma y podrida
la tierra”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Gracias
a un maravilloso hallazgo cayó en mis manos esta edición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Germinie Lacerteux</i> de 1920 que leí de un
tirón. La novela es, sin duda, una joya de la literatura universal. Fue escrita
durante el Segundo Imperio francés, periodo comprendido entre 1852 y 1870, y
que se caracteriza por sus fastuosas celebraciones y exposiciones universales. En
el momento de su aparición tuvo feroces detractores y apasionados defensores,
como Emile Zola, quien celebraría la audacia de los Goncourt.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-roTqmmWNzsY/XlqHvfyWSxI/AAAAAAAAAho/vAGf-r4Rxoc71KHl6fZZNF8mwE6b_EvBACLcBGAsYHQ/s1600/emile-zola-mes-haines.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="281" data-original-width="159" src="https://1.bp.blogspot.com/-roTqmmWNzsY/XlqHvfyWSxI/AAAAAAAAAho/vAGf-r4Rxoc71KHl6fZZNF8mwE6b_EvBACLcBGAsYHQ/s1600/emile-zola-mes-haines.jpeg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Consciente
de pertenecer a su tiempo, de la distancia entre la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“santidad quejumbrosa” de las épocas clásicas,
y su gusto por las obras de decadencia, “fuertemente” condimentadas, “de cierta
sensibilidad malsana”, Emile Zola celebraba efusivamente esta obra, que no sólo introducía al lector por los sórdidos laberintos de las pasiones de las gentes del pueblo, sino que abordaba la psicología
de quien desarrollaba la extraña habilidad para llevar una doble vida, como le ocurre
a Germinie. Sirvienta fiel, leal, entregada a su ama, y en los ratos libres
amante degradada, ferozmente celosa, servilmente propicia, masoquista, alcohólica
y ladrona, que se arrastra por los lupanares mendigando el favor de su amante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Como
en toda novela naturalista, hay una tesis tras el planteamiento y un estudio
previo del medio de donde procede el personaje. Pobreza, abandono, injusticia,
abusos, en el caso de la joven Germinie. Ésta procede de un mundo campesino que
debe emigrar a los suburbios de la ciudad. Su psicología, a la vez, está
marcada por las experiencias sufridas: violación, muerte de su sobrina, muerte
de su adorada hija, traición de su amante. La crueldad humana la golpea con sevicia
y transforma sus sentimientos, la dulzura y la nobleza de su corazón, en odio y deseos de venganza. Pese a la bajeza de quienes la rodean, la lechera y el
rufián de su hijo, que explotan sus sentimientos, Germinie se levanta y se
aferra a la lealtad debida a su ama, la señorita Varandeuil. Ésta es una vieja
solterona procedente de una familia noble que ha sobrevivido a la sangrienta
venganza de la Revolución. A cambio, ha sido sometida tiranamente por el padre,
un vividor que hasta su muerte la condena a ser su sirvienta. Austera, generosa
de espíritu y espléndida con quienes ama, la señorita Varandeuil confía en su
criada, hasta el punto de no cuestionarse sus cambios de humor, sus
enfermedades ni sus extrañas salidas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Zola
defiende esta novela que responde al espíritu de una época en la que las
personas están “enfermas de progreso, de industria y de ciencia” y se complacen
en descender cada vez más bajo, “ávidas de conocer el cadáver del corazón
humano”. Germinie es para él hija de su tiempo, mezcla de crueldades y
delicadezas. El "crimen" de los autores, a su juicio, consiste en haber dicho en voz alta lo
que otros dicen en voz baja. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Con
lujo de detalles, como corresponde al estilo de los Goncourt, se nos presenta
la personalidad de una mujer enferma, un “caso clínico de histerismo”, como
dictaminaría Charcot, el médico que tanto influyó en la construcción de tipos
femeninos en la narrativa decimonónica en Francia y en el mundo hispánico. La
sexualidad exaltada, la culpa, los remordimientos, el deseo de venganza y de
autoinmolación muestran la fuerte personalidad de esta mujer del pueblo. Lo
único que la aterroriza es la idea de que su patrona descubra alguna vez las
deudas que ha contraído y lo bajo que va descendiendo por complacer al hombre
que tanto la desprecia. Los Goncourt confesarían que el personaje estaba
inspirado en su criada, que también había llevado una doble vida sin que ellos
lo sospecharan. Este anecdotario, para quien este interesada, se recoge en el diario que escribieron y en
el que presentan un retrato de la vida parisina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Tras
la muerte de Germinie llegan los acreedores y se conoce la verdad. El repudio
de madame de Varandeuil, al descubrir la doble vida de su criada, es el mismo de
la sociedad, herida con la lectura de esta novela. Pero el perdón que se le
concede a la protagonista, cuando su ama se acerca al cementerio a visitar su
tumba, es el mismo que Zola reclama para el personaje. Allí, entre cruces amontonadas,
la mujer descubre algo peor: que en las fosas comunes los pobres se arruman en
la misma promiscuidad en que vivieron, y que algunas de las gentes del populacho, como la pobre Germinie, ni
siquiera conservan la dignidad del nombre por el que se les conoció. Ante esa
tumba sin nombre, el escritor Emile Zola sale en defensa de los pobres, reivindicando
la nobleza de un corazón, que en un medio propicio hubiera podido desplegar sus
virtudes y entregarse a los otros con amor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-j1e3S-E-bTU/XlqLOTDAECI/AAAAAAAAAh4/xs2m_k8NDD0PfV6pN1YWxlhEz-FQqviWACLcBGAsYHQ/s1600/51Ce1bE%252BcLL._SX301_BO1%252C204%252C203%252C200_.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="303" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-j1e3S-E-bTU/XlqLOTDAECI/AAAAAAAAAh4/xs2m_k8NDD0PfV6pN1YWxlhEz-FQqviWACLcBGAsYHQ/s320/51Ce1bE%252BcLL._SX301_BO1%252C204%252C203%252C200_.jpg" width="194" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Además de celebrar con Zola esta novela, me ha maravillado todavía más lo
imperecedero del arte y la misteriosa suerte del libro y de su lectora que espera
siglos, si es preciso, para que su mundo vuelva a palpitar y a vivir con
nuestra respiración. Lo extraordinario de mi hallazgo en la librería de viejo
de la calle Fernando El Católico es que hasta ahora nadie había leído jamás este
ejemplar. Nada más abrirlo descubrí que permanecía intonso y tuve que
recurrir al cortapapeles para romper el velo de sus secretos. ¡Cien años
después este ejemplar encontraba por fin a su lectora!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Editado
en Madrid en 1920, no me cabe duda de que este ejemplar de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Germinie Lacerteux </i>pasó por muchas manos. Quizás el primer dueño, o
la primera dueña, lo adquiriese por suscripción. En el catálogo se indica que corresponde
a los números 507 y 508, de modo que ya se podrán imaginar la cantidad de
libros que había que descartar para leer alguno de estos títulos. Todo no se
puede leer. Decía Menéndez Pelayo al final de sus días: “Qué pena morir cuando
me queda tanto por leer”, imagínense lo que podría ocurrirle a un lector
corriente. </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Pero
este es también un libro autografiado, firmado por un desconocido “A. Barrada”, que lo
adquirió en Córdoba en 1967 y que lo etiquetó en su biblioteca personal con la
signatura 840-6=6. Este dueño, por lo que se ve, tampoco tuvo tiempo de leerlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Sin embargo, el lunes 20 de febrero de 2020 alguien como yo se lo llevó a casa y lo
leyó con devoción. Este margen de cien años entre la edición y la lectura de un
libro me llena de esperanza y de ciega fe en la pasión de la lectura que da
vida a los libros. Vendidos como saldo por peso, en contenedores, enviados al
otro lado del mar, junto con </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">bestsellers</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> o</span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">recetarios</span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">y guías de viaje, </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">de efímera existencia, van los clásicos. Vaciadas las bibliotecas familiares
por herederos que no saben qué hacer con los libros, en sacos o en cajas, los
libros acaban en las librerías de viejo donde casi siempre ocupan un lugar
digno, a pesar de que parezcan los deshechos de una cultura despreciada por
quienes ignoran que en ellos, a menudo, </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">palpita la noción de la belleza, la heroicidad
de las causas perdidas, la grandeza y la bajeza humanas.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-PUAY-O9OEQU/XlqLrAx14dI/AAAAAAAAAiQ/3JLHSaDHx7gSBnMVjrFAd9zfIFaLgInCgCLcBGAsYHQ/s1600/51TYsL0ptZL._SX330_BO1%252C204%252C203%252C200_.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="465" data-original-width="304" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-PUAY-O9OEQU/XlqLrAx14dI/AAAAAAAAAiQ/3JLHSaDHx7gSBnMVjrFAd9zfIFaLgInCgCLcBGAsYHQ/s200/51TYsL0ptZL._SX330_BO1%252C204%252C203%252C200_.jpg" width="130" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;">Lo
importante para quienes amamos la literatura es que hay obras en las que duerme
una verdad profunda y esto es lo que encuentra Zola en la novelita de los
Goncourt. Zola concluye que desde el punto de vista de lo humano hay pocas diferencias entre las clases populares,
la burguesía y la aristocracia, ya que sus vicios son los mismos. Lo que molestó de Germinie Lacerteux a algunos lectores de su época, fue la verdad de los
miserables que les quitaba el sueño, que estropeaba la digestión de las buenas
familias. Ahora esta verdad vive en mí. </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 21.3pt;"> </span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-48917021872394218582019-12-06T07:47:00.000-08:002019-12-11T07:53:33.571-08:00Escritoras y escrituras X. Mercedes Pinto y su novela 'Él'<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">,
novela de la poeta, narradora y dramaturga canaria exiliada primero en Uruguay
y posteriormente en México, Mercedes Pinto (1883-1976), debería ser una lectura
obligada para comprender la violencia contra la mujer dentro de la pareja, las dinámicas íntimas que se instalan en el hogar con penetrante sutileza. Como herida
por una afilada hoja, la víctima de esta novela sangra sin comprender cómo ha
llegado a ese punto de sometimiento. En el relato se evidencia que en cada
agresión queda paralizada, sin capacidad de respuesta. Lo paradójico es que, al intentar comprender lo ocurrido, la
persona sometida se engaña con razonamientos que anulan ese instinto de supervivencia
que podría salvarla.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WEwyRjBiUH4/Xep0MG95mnI/AAAAAAAAAgc/EpVNId31nOEWM73VY05FtstegGNuVR-vACLcBGAsYHQ/s1600/mercedes-pinto.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="229" data-original-width="150" src="https://1.bp.blogspot.com/-WEwyRjBiUH4/Xep0MG95mnI/AAAAAAAAAgc/EpVNId31nOEWM73VY05FtstegGNuVR-vACLcBGAsYHQ/s1600/mercedes-pinto.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero no hay que perder el norte ni confundir la
realidad con la literatura, aunque la verosimilitud de la trama de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Él</i> nos ofrezca una ilusión de realidad.
No olvidemos que el relato es una metáfora construida a partir de la
experiencia personal de Mercedes Pinto. El hecho es
que este texto nos interroga como lectoras sobre lo que podríamos tolerar, o lo
que no soportaríamos bajo ninguna circunstancia. Se trata de saber hasta dónde
llegamos como género en capacidad de sufrimiento, lastradas por la cultura
judeocristiana que condena a la mujer a parir con dolor y a cargar con la culpa
del pecado original. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Romper ciertas dinámicas de pareja implicaría, no
solo cuestionar una cultura, sino también los modelos masculinos que
elegimos: hombres fríos, distantes, dominadores, egocéntricos, difíciles, a los
que seguimos o perseguimos, quizás con el secreto deseo de doblegar ¿con nuestras
armas de seducción?, ¿con patrones impuestos por la sociedad de consumo? Pensemos
en la publicidad, en las modas que nos convierten en objetos
sexuales, o de deseo, tras los escaparates de las marcas. También es verdad
que, ajenas a las manipulaciones del poder, muchas veces equivocamos nuestro destino. ¿Acaso un
oscuro mandato cultural nos empujó a inmolarnos, convencidas de que amar intensa
y apasionadamente equivaldría a sufrir? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Volvamos a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Él</i>
para intentar entender esta violencia que para muchas de nuestras antepasadas
empezaba la noche de boda. No es gratuito que la autora recurra al conocido
procedimiento de un manuscrito hallado, el testimonio escrito de la narradora
acerca de la traumática experiencia de su matrimonio desde la primera noche, a
la que se alude sin facilitar detalles. Sin embargo, se dan
a conocer las reacciones de quienes, leyendo ese manuscrito, se levantan como
defensores de las instituciones: el magistrado y el confesor que desaconsejan la denuncia. No es esta la respuesta del médico, quien recomienda su publicación: “…porque
las aberraciones de la ciencia pueden evitar en su día males mayores”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;">En un estilo directo, de frases contundentes y breves fragmentos, la autora nos presenta el proceso de degradación de un ser humano débil y enfermo, pero con un poder que se impone primero sobre la mujer y después sobre el entorno. Se trata de un relato que da cuenta de una situación íntima y personal que trasciende los muros del hogar y pone en el centro el debate de la situación de la mujer. No faltan la compasión ante el sufrimiento del opresor ni las críticas a una sociedad desprovista de conocimientos científicos y clínicos para asumir ciertas enfermedades mentales. Asimismo se evidencian los prejuicios contra quienes tienen el valor de rebelarse y defender sus derechos.</span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-hyZPK3BdHPY/Xep2AbghfbI/AAAAAAAAAgo/Ta_AR8GvGEcgAIWgsqYsOCrRb6KDPNLxACLcBGAsYHQ/s1600/img087.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1021" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-hyZPK3BdHPY/Xep2AbghfbI/AAAAAAAAAgo/Ta_AR8GvGEcgAIWgsqYsOCrRb6KDPNLxACLcBGAsYHQ/s320/img087.jpg" width="204" /></a></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esta es la clave del libro y el acierto de
Mercedes Pinto: presentar la extrema manifestación del machismo como una
enfermedad psicológica, no como un asunto de hombres malvados contra las
mujeres. Desde la luna de miel el hombre de este relato manifiesta unos celos
que martirizan a la pareja, a la que atormenta con sospechas infundadas. Como
una fiera acorralada, éste busca indicios del engaño del que pretende parecer
víctima. Asimismo provoca situaciones, como el intentar suicidarse y golpear a su
mujer, para luego pretender ante los otros que es ella quien intenta quitarse la
vida. Esta proyección propia de una mente disociada demuestra cómo el agresor
desarrolla, con una sagacidad animal, estrategias que desvían la mirada hacia
su víctima para presentarla ante los demás como mentirosa. El cuadro
psicológico se complica porque se añade a esta patología, común a muchos
maltratadores, una crueldad hacia los demás, lo que podría alertar a la pareja sobre el trágico final que le espera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer de este relato, paciente
y compresiva con el marido enfermo le da su voto de confianza, convencida de
que el embarazo dulcificará su carácter. Se equivoca, ya que este personaje se
muestra despectivo con el hijo, por ser fruto de las entrañas de la mujer
(¿envidia ancestral de la maternidad?) y pone en ridículo a la madre por los
cuidados que le prodiga, pero ante los extraños se muestra afectuoso y
orgulloso del hijo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A las falencias de este sujeto masculino hemos de
añadir una habilidad para manipular y distorsionar los hechos de modo que la
víctima aparezca siempre como culpable, mentirosa, débil y enferma, lo que la
deja sin aliados y le impide pedir auxilio. Sin duda, tal distorsión es el
propio reflejo de un psicópata, de un ego herido que desprecia al género
humano, pero busca la aprobación de los desconocidos. Torturador masoquista, le
reprocha a la víctima su comprensión para con él: “Si no quieres que me «vuelva
loco», insúltame, grítame, rabia, y verás cómo al castigarte con «razón para
ello», me quedo luego descansado y tranquilo”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desmontar los mecanismos de manipulación de una
personalidad semejante, al margen del género, es una labor de profesionales
especializados para la que no están preparadas ni las víctimas ni las instituciones (los llamados
en el pasado manicomios). Atada a la cama y a punto de morir asfixiada por su victimario, los
criados acuden a la habitación para auxiliar a la protagonista, pero el hombre,
que actúa con rapidez, sale airoso con las tretas a las que siempre recurre con
precisión matemática, como esconder las ataduras y arrojarlas por la ventana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El segundo aporte de esta novela, publicada por primera vez en Uruguay en 1926, es situar la
anécdota familiar en el contexto social y desmontar los discursos del poder
respecto al papel subordinado de la mujer dentro del matrimonio. No debemos
olvidar que Mercedes Pinto fue una férrea defensora de los derechos de la clase
obrera y de las mujeres y que tenía clara la importancia de modernizar la
educación para liberarla de la esclavitud en el hogar. Ya en 1923 defendía el
divorcio como medida higiénica. Casada<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>con un capitán enfermo, con quien tuvo tres hijos, Mercedes Pinto debió luchar, como la protagonista de su novela, contra las instituciones médicas
por el reconocimiento de la enfermedad del marido. En su otra novela <i>Ella</i>, evoca la infancia de una niña de provincia, dentro de una familia burguesa que la somete imponiéndole una religiosidad severa. Esta educación choca con su sensibilidad e inteligencia y la condena a una adolescencia trágica, convirtiéndola en víctima propiciatoria del machismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desenmascarar esta soterrada violencia contra la
mujer no siempre es fácil, sobre todo cuando se requiere levantar los velos que
dan apariencia de verdad a la mentira, como sugiere la narradora de <i>Él</i>:
“El miedo sólo se adueña de esas almas cuando los absurdos toman envolturas
razonables, cuando la mentira pone en el manto remiendos de verdad, cuando la
locura esconde cascabeles y le roba la balanza a la Justicia”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por tanto, ha de añadirse a la complejidad del cuadro
psicológico la censura de la sociedad que condena a toda mujer que se rebela contra quien pone en peligro su vida y la
de los hijos. Tampoco el médico, que conoce la patología del marido, confirma
ante las autoridades la enfermedad que aqueja al maltratador. Ni jueces ni abogados ni
amigos apoyan las medidas higiénicas que podrían liberar a la mujer del yugo de
un enfermo. Al contrario, censuran la libertad en la que queda y
la supuesta crueldad al recluirlo en un manicomio. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La única salida que
vislumbra la narradora es el exilio y la escritura, como la propia </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Mercedes Pinto, desterrada en 1923 durante la dictadura de Primo de Rivera, lo que la lleva a Uruguay donde se refugia con su
familia y su segundo marido, Rubén Rojo. De ella diría <a href="http://www.aliciallarena.com/00000098fc05fc709/index.html">Alicia Llarena</a>, </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">quien le ha dedicado importantes trabajos críticos: «En cualquiera de los casos, la palabra fue el instrumento con el que contribuyó a la elevación de la conciencia y desde el que se posicionó como ser individual y colectivo, luchando contra los prejuicios intransigentes de su época y dando testimonio de sus propias convulsiones existenciales». Tendría que completarse el abordaje de Mercedes Pinto con la lectura de su novela <i>Ella</i>, publicada en 1934, donde como ya he dicho se buscan las raíces de este drama en los modelos educativos impuestos desde la familia.</span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-79204660653456635322019-11-10T05:57:00.003-08:002019-12-07T11:51:58.273-08:00Salvador Aguilera, El vuelo de la piedra<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">Conozco a Juan Salvador Aguilera (Bogotá, 1973)
desde que tenía escasos once años y no me extraña que haya elegido el camino de
la escritura. Por todo lo que lo rodea, desde el nombre literario que le
estamparon los padres como un signo del </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">destino. Este año de 2019, Salvador, como
prefiere firmar, me</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"> </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">regaló su primera
novela, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">El vuelo de piedra</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;">, y he de
decir que su lectura me ha resultado tan grata como refrescante.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="font-size: 18.6667px;"><br /></span></span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14pt;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-qvnzy-ArI94/XcgUpTyLw1I/AAAAAAAAAf0/XMHtS7Dge3kccucApqqhLpydEeCWDL4SACLcBGAsYHQ/s1600/el-vuelo-de-la-piedra.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="294" data-original-width="172" src="https://1.bp.blogspot.com/-qvnzy-ArI94/XcgUpTyLw1I/AAAAAAAAAf0/XMHtS7Dge3kccucApqqhLpydEeCWDL4SACLcBGAsYHQ/s1600/el-vuelo-de-la-piedra.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todo empieza con una imagen, una fotografía con la
que se nos inicia en la narración, a manera de prefacio, y donde el narrador
anticipa lo que será un viaje en el tiempo en busca de lo que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>queda detrás de una fotografía: la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mujer retratada llamada Aída, que comanda un
grupo guerrillero. La explicación de los tonos y contrastes de la imagen, del efecto
de la luz tropical, evidencia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la complejidad
del escenario que se propone revelarnos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que condensa un instante de la vida, yo
diría de la historia de nuestras quimeras latinoamericanas, de la lucha armada
en el contexto global. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Damián, un joven en la frontera entre los años setenta y los ochenta,
confiesa verse envuelto en las polémicas del mundo intelectual en su entorno universitario. Llega
a la guerrilla por casualidad, pese al escepticismo que lo aleja de las consignas revolucionarias. Estereotipo del
militante de su tiempo, abandona los estudios en busca de una verdad que
palpita en su interior. También por azar acaba siguiendo un curso de fotografía en Nueva York que le abre los ojos a la belleza. El impacto de una imagen se convierte en
una obsesión: la foto de una niña entre el estallido de la guerra. Así, a finales de los ochenta se encuentra en El Salvador
participando en las acciones del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero la caída del muro de Berlín constituye un
momento clave de ese viaje, que marca un antes y un después de las utopía de su
generación. Las piedras del muro volando en pedazos remueven los firmes
principios revolucionarios de una generación que pretendía cambiar el orden
establecido y desata otras guerras a causa de los demonios que despierta ese estallido, como el
odio al diferente y el racismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-1BW9XfADiK4/XcgU4bCOmCI/AAAAAAAAAf4/kTdAVWBp984hqDCmnKEYOY1ptzwChKLIACLcBGAsYHQ/s1600/salvador-aguilera.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="146" data-original-width="186" src="https://1.bp.blogspot.com/-1BW9XfADiK4/XcgU4bCOmCI/AAAAAAAAAf4/kTdAVWBp984hqDCmnKEYOY1ptzwChKLIACLcBGAsYHQ/s1600/salvador-aguilera.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>novela
maneja tiempos y espacios distintos y distantes pero conectados por la
geopolítica. Pone a dialogar individuos y organizaciones. De Nueva York a
Madrid, pasando por Berlín, Fráncfort y Hamburgo hasta llegar al Salvador para
emprender de nuevo el viaje rumbo a Zagreb, la cámara abre el objetivo para
ofrecernos una panorámica que matiza las consideraciones locales. Damián, deja
constancia de los hechos fotografiando la vida en los campamentos, los seres
humanos ante la muerte, la impronta de quienes se sobreponen al odio.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta capacidad del autor para llevarnos por
diferentes espacios ofrece una perspectiva suficientemente amplia como para que
podamos percibir las paradojas de la historia. Pensamos en la mariposa cuyo
aleteo sacude el mundo y es capaz de derribar un muro volviendo del revés el
orden percibido como inamovible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La economía de recursos de la que hace gala el autor, su sobriedad, nos lleva por una delgada línea entre frases cortas y a veces cortantes, por
parajes desolados o selváticos, entre nubes de pedruscos y polvo, o entre disparos y espejismos. Allí vislumbramos a Aída, niña sobreviviente de las masacres convertida líder de su comando, cuya imagen cobra vida y se queda para siempre en la nostalgia de un pasado perdido. Su recuerdo palpita, aunque repose bajo el musgo
de una montaña olvidada, en las páginas de esta primera novela de Salvador, sobre El Salvador.</span></div>
Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-28247413462657026622019-10-10T10:37:00.000-07:002019-10-12T06:05:58.038-07:00Cómo y desde dónde en la narración (II)<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Entre la vida y la muerte: el acto
de contar<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La amortajada</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">
(1938), de María Luisa Bombal, constituye un reto para cualquier narrador. El
propio Borges previno a la autora, cuando ésta le comento la trama, sobre: “el
oscurecimiento de los hechos humanos de la novela por el gran hecho sobrehumano
de la muerta sensible y meditabunda”. Esto no deja de recordarme el primer
cuento de García Márquez escrito en 1947, “<a href="http://consuelotrivinoanzola.blogspot.com/2017/11/el-primer-cuento-de-garcia-marquez.html">La tercera resignación</a>”, en el que
el narrador se introduce en la conciencia del personaje, en su carne, sus
arterias, sus vértebras, su médula y cerebro, transmitiéndonos la angustia
que le provoca un ruido permanente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Entre
la vida y la muerte se debate el hecho literario que evoca a Sherezade cuya
vida depende del acto de contar. También en “<a href="https://www.literatura.us/augusto/encia.html">Moriencia”</a>, aquel cuento de Roa
Bastos, cuyo título viene a significar: ser consciente del proceso por el cual
se llega a la muerte desde el nacimiento. El cuento recoge distintas versiones
de la muerte del personaje Chepé Bolívar que resucita al ser nombrado por el
poder de la invocación, en una cultura en la que la palabra da vida. Cierta crítica considera que este cuento rompe las
jerarquías desconcertando al lector respecto al narrador, que es refutado por
otros personajes y por ello debe modificar la versión de la historia que cuenta.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Bapj_qomMxU/XZ9rE0AU_0I/AAAAAAAAAfU/Gaf3YUHblCsxqctU-uDYA-H7sHzEU2EygCLcBGAsYHQ/s1600/memorias-postumas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="900" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-Bapj_qomMxU/XZ9rE0AU_0I/AAAAAAAAAfU/Gaf3YUHblCsxqctU-uDYA-H7sHzEU2EygCLcBGAsYHQ/s320/memorias-postumas.jpg" width="240" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Memorias póstumas de Blas Cubas</i> 1880,
del brasileño Machado de Assis, cuya dedicatoria es ya inquietante, se anuncia un hecho insólito: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al gusano que royó primero las frías carnes
de mi cadáver dedico con recuerdo añorante estas memorias póstumas</i>. El
libro es, por tanto, obra de difunto, según el paratexto firmado por el
personaje Blas Cubas, escrito con la tinta de la melancolía y cuyo comienzo
asombra: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Algún tiempo he titubeado acerca
de si debía abrir estas memorias por el principio o por el fin, esto es, si
pondría en primer lugar mi nacimiento o mi muerte</i>. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Este insólito
experimentalismo en fecha tan temprana evidencia de qué manera el arte
de la narración es una cuestión de vida y muerte: muerte del autor, vida del
narrador y de los personajes, muerte en vida del autor que adquiere conciencia
de su muerte mientras va dando vida en la ficción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><i>El narrador cómplice del lector</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; text-indent: 37.7953px;">Superando las fronteras entre la vida y la muerte, ta</span>mbién es muy llamativo el procedimiento de <i>Rayuela</i> (1963), de Julio Cortázar, donde el narrador se atreve a aconsejar al lector sobre cómo podría leer la novela, qué capítulos debería saltarse y qué orden seguir. En su momento, esta intervención del narrador sorprendió, pero no era ninguna novedad, ya que Alejandro Manzoni, en <i>Los novios</i> (1827) proponía al lector avanzar en el relato saltándose los renglones que tienen que ver con un personaje secundario: </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 1cm;"><i>El que no quisiese leerlos y prefiriese oír la continuación de la historia, pásese en derechura al capítulo siguiente</i>. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-zGu09NSNqJw/XZ9rrsCs-II/AAAAAAAAAfc/sSsW7auOOVcV8rjsFPDyBwQsoLMqTAb0ACLcBGAsYHQ/s1600/los-novios.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="283" data-original-width="178" src="https://1.bp.blogspot.com/-zGu09NSNqJw/XZ9rrsCs-II/AAAAAAAAAfc/sSsW7auOOVcV8rjsFPDyBwQsoLMqTAb0ACLcBGAsYHQ/s1600/los-novios.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La verdad es que <i>Los novios</i> merece un comentario sobre la figura del narrador que tanta consideración tiene para con los lectores y prometo firmemente dedicarle una entrada. Por ahora, cierro estas reflexiones respecto al narrador y el escritor que Manzoni llama "remendón", y a quien solo</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 1cm;"> le cabe la pequeña alegría de dejar algo tras de sí, de saberse
(incluso si sus libros no se leyeran) de alguna forma vivo después de su
muerte. Vivirán sus criaturas, expuestas u ocultas, sometidas a las humedades
de las cuevas, a la guerra o la peste, o padeciendo las idas y venidas de los vientos, más que de su
creador. No tendrá nunca que decirse, como concluye su tremendo relato Blas
Cubas: No tuve hijos, no transmití a ninguna criatura el legado de nuestra
miseria. Porque esa miseria es siempre el feliz legado de la literatura.</span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-35779595760032450642019-10-09T08:34:00.001-07:002019-10-12T11:12:02.251-07:00Cómo y desde dónde en la narración (I)<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: right; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">"Si algunos ratos ha logrado entreteneros, dad gracias al anónimo, sin olvidar de todo punto a su remendón". </span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: right; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Alenadro Manzoni, <i>Los novios</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: right; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
muchas intervenciones me han preguntado por la creación de los
personajes de mis novelas, cuando no dan por hecho la equivalencia del yo
narrativo con la autora, que es lo que normalmente entienden que sucede en mi
primera novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://www.miradamalva.com/biblioteca/prohibido.html">Prohibido salir a la calle</a></i>.
Claro que esto no ocurre en mi novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://editorialverbum.es/resena-sobre-la-semilla-de-la-ira-mascaras-de-vargas-vila">La semilla de la ira</a></i> donde quien narra es un individuo de finales del siglo
XIX, homosexual y misógino, llamado José María Vargas Vila, ya que sería difícil
confundirme con un sujeto homosexual y misógino. Creo que no siempre se
reflexiona con suficiente rigor sobre la elección del sujeto narrador,
cualquiera que sea la concepción del personaje y de su papel en la novela, que
relegamos al taller de escritura y, por ende, tratamos poco de teoría
literaria, incluso la desdeñamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Reflexionar
sobre los personajes de la novela obliga a pensar primero en el narrador. No
voy a detenerme en las conocidas diferencias entre el narrador omnisciente y el narrador
objetivo. Pero es un hecho que si el relato está escrito
en primera persona, por lo general, se tiende a relacionar al narrador con el
escritor. Parece mentira que, con la larga tradición literaria que nos precede,
aún puedan algunos lectores confundir el yo narrativo con el nombre impreso en
la cubierta del volumen. En español, esto lo solucionó la novela picaresca que,
a partir del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guzmán de Alfarache</i>, de
Mateo Alemán, ya separó con claridad el uno del otro, gracias al prólogo. Sin
embargo, aún existe esta confusión. Muchas veces, incluso, cuando la novela no
se escribe en primera persona, los lectores se empeñan en buscar cuál de los
personajes representa al autor. Eso es como si, en todo cuadro, nos empeñásemos
en localizar al pintor por la superficie del lienzo. El pintor está en todas
partes y en ninguna, incluso en un autorretrato.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-qBu5msF-gAs/XZ37A6X0neI/AAAAAAAAAes/rnywlyV7OcwRAGjByPADWL0DAOE7csPTACLcBGAsYHQ/s1600/guzman-de-alfarache.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="293" data-original-width="172" src="https://1.bp.blogspot.com/-qBu5msF-gAs/XZ37A6X0neI/AAAAAAAAAes/rnywlyV7OcwRAGjByPADWL0DAOE7csPTACLcBGAsYHQ/s1600/guzman-de-alfarache.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
el prefacio de una novela de Daniel Defoe, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Moll
Flander</i> (1722), una versión femenina inglesa de la picaresca española (escrita
naturalmente en primera persona, lo que ha requerido la construcción de un
personaje femenino e impedirá que se crea que el autor es la mujer que cuenta),
Defoe siente la necesidad de aclarar que detrás de ese relato autobiográfico
hay un autor y lo hace no solo por una cuestión de moralidad, ya que los actos
de la señora podrían sonrojar a algunos lectores, sino por definir su papel
como autor: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 1.0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Es muy cierto
que las palabras originales de la historia han sido cambiadas, como también ha
sido ligeramente alterado el estilo propio de la famosa señora de quien se
habla aquí.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-EJZ3QzEG2Ms/XZ375d0EY0I/AAAAAAAAAe8/_lu7qf8S6fcg3fPQaP0a7zK6ouvXwfLcACLcBGAsYHQ/s1600/moll-flanders.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="271" data-original-width="186" src="https://1.bp.blogspot.com/-EJZ3QzEG2Ms/XZ375d0EY0I/AAAAAAAAAe8/_lu7qf8S6fcg3fPQaP0a7zK6ouvXwfLcACLcBGAsYHQ/s1600/moll-flanders.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">De
igual modo, el novelista, incluso escribiendo en primera persona,
recurrirá<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la experiencia personal para
describir los actos cotidianos, pero no necesariamente proyectará su vida en el
argumento de la obra. Una novela no es un confesionario, y tampoco tiene por
qué ser un testimonio. Se debe tener claro que el narrador,
quien cuenta, ya es una construcción, un foco elegido por el autor, desde el
cual puede presentar los hechos, las situaciones y los personajes, tal como se
supone que los ve. Tampoco, pues, el narrador es el autor, aunque puedan, como
he dicho, imprimírsele rasgos y experiencias del autor, ya que es creación suya
y cuanto haga está controlado por él. El esquema de la novela es algo semejante
a esto: Yo, fulanita de tal, en este momento y en este lugar, construyo un
personaje que va a contar una historia y, a través suyo digo que: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde
remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo</i>. Si este esquema no se
cumple, estaremos en el mejor de los casos ante un libro importante y
atrayente, pero no ante una novela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El comienzo de la narración<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Toda
novela empieza, por lo tanto, con una frase secreta. Una frase que el autor
nunca dice a nadie, que oculta celosamente, que nunca confiesa. El secreto del
novelista. Así, abro un libro y leo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://www.miradamalva.com/biblioteca/noerafacil/noerafacil.html">No era fácil callar a los niños</a></i>. Es el inicio de mi novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prohibido salir a la calle</i>, pero escondí
toda la primera parte del esquema: Yo, Consuelo Triviño Anzola, en este momento
y en este lugar, invento una niña de más o menos 11 años, que vive en Bogotá en
una casa modesta, dentro de una familia tradicional pero más o menos rota, que
va a contar una historia y, a través suyo digo que: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No era fácil callar a los niños</i>. Aquellas palabras ocultas que
callé son, sin embargo, importantísimas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sucede
que el novelista es dueño de su texto, propietario de lo que escribe y, por lo
tanto, es libre de escribirlo todo o no. Y, como cualquier novelista, ejercí
este derecho. Tampoco Miguel de Cervantes escribió: “Yo, escritor español de
este tiempo del imperio, fascinado por los libros de caballería, desengañado de
la sociedad que conozco, deseoso de un mundo mejor, fracasado en mis intentos
de viajar a América con un cargo oficial, conocedor de hambre y de cárceles,
enamorado de Italia, invento a una persona de quien digo que: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no
quiero acordarme vivía un hidalgo</i>…”. Cervantes calló lo que no le parecía
oportuno contar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Del
mismo modo (que en esto puedo compararme con Cervantes, porque ambos novelamos)
yo, y sólo yo, inventé una niña de 11 años que dijo una historia. ¿Dónde está
Consuelo Triviño Anzola en el relato? ¿Es acaso la niña que dice, la niña
inventada? No, Consuelo es aquel yo que, silenciosa y ocultamente, confesó
haberla inventado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¿Y
para qué se silencia, se oculta, se tapa, se protege la frase inicial? Por la
misma razón que en los manuales de cine clásicos se explica que la cámara debe
ponerse en el mejor sitio posible para mostrar todo lo que deba verse. Lo
primero que tiene que hacer un escritor es, permítanme la broma, poner la
cámara, situar al que mira para que pueda ver lo mejor posible y luego
contarlo. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La amortajada</i>, la
chilena María Luisa Bombal recurre a un narrador omnisciente que nos sitúa en
la perspectiva de la amortajada: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ahora
que la saben muerta, allí están rodeándola todos:</i> familiares sobre quienes
nos ofrece sus opiniones…Hasta que la atención se centra en el hombre que se
acerca y que la muerta ama y teme y se le da voz a la amortajada: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Eras un espantoso verdugo. Y, sin embargo,
ejercías sobre nosotras una especie de fascinación…</i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-O8KK97iureE/XZ37N_6h7xI/AAAAAAAAAew/a0Arm-wkK2Ah5zIREG0acw8SapfTgUHkwCLcBGAsYHQ/s1600/la-amortajada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="268" data-original-width="188" src="https://1.bp.blogspot.com/-O8KK97iureE/XZ37N_6h7xI/AAAAAAAAAew/a0Arm-wkK2Ah5zIREG0acw8SapfTgUHkwCLcBGAsYHQ/s1600/la-amortajada.jpg" /></a></i></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Muchas
veces, ese personaje que mira y cuenta, ese personaje que es el más importante
de todo el libro, puede no aparecer nunca en la novela, por ser el que mira, pero
no quien es mirado. En resumen: el narrador cuenta la historia, no la escribe. Y
esto es así incluso en las autobiografías; explicarlo nos llevaría muy lejos,
pero es así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
la novela de la colombiana Marvel Moreno, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En diciembre
llegaban las brisas</i>, la narradora nos sitúa en el punto de vista de Lina,
quien a su vez pone el foco en el punto de vista de su abuela Jimena y de sus
tías, Eloísa e Irene, mujeres que encarnan la sabiduría ancestral, el
conocimiento ilustrado de la cultura y la filosofía vitalista, más allá de los
prejuicios de la sociedad cuyos mandatos cuestionan. Lo que queda claro es que
la autora no es Lina, aunque mantenga coincidencias temporales con esta y con
las amigas que protagonizan las tres historias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La
novelista hace un recorrido, dibuja una hoja de ruta que va dando forma al
mundo que parece construirse a medida que avanza el relato. Pero, curiosamente,
lo que se escribe no es lo que la novelista ve, sino lo que hace ver al
narrador que ha inventado, un narrador objetivo, naturalmente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El novelista es como un viajero en el tiempo
y en el espacio, que da cuenta de lo que sucede en el presente descrito pero
también, va troceando a veces lo que el mirón había visto, puede dar saltos
temporales y rescatar del pasado elementos necesarios para la comprensión del
relato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Claro
que no siempre el autor sabe lo que quiere ni lo que busca, solo siente la
necesidad de escribir, como confiesa el escritor Premio Nobel Vidiadhar
Surajprasad Naipul, nacido en la isla de Trinidad en el seno de una familia de
emigrantes hindú. Como escritor transterrado, Naipul refiere su proceso de
escritura entre las tradiciones mutiladas de una India que se remontaban al
siglo XIX y el ambiente de las plantaciones de caña de azúcar de una pequeña
aldea de la isla de Trinidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Volvamos
a la narradora de mi novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prohibido
salir a la calle</i>, una niña de once años que da cuenta del mundo que la
rodea: la familia, la escuela, el barrio y la calle. La autora está oculta, no
existe una voz que dé explicaciones o haga comentarios al margen, solo la narradora,
a través de la cual se expresan los personajes de la novela. Ella dice, ella
acierta, ella yerra. Sólo ella. Tal vez lo que dice se deba a que no comprendía
bien el mundo que la rodeaba. El punto de vista de la narración está limitado a
la capacidad de comprensión que le permiten sus escasos años. Se trata de una
niña de gran agudeza e inteligencia, que capta las asimetrías respecto al
género y a los roles de los miembros de su familia, que percibe las
contradicciones entre el discurso oficial de la escuela y la realidad de su
hogar, que da cuenta de los cambios que se suceden en su mundo y del asombro
que despiertan en los mayores. La voz narrativa se podría definir como el
dispositivo retórico de que se vale un autor para “arrancar” con su relato. Es
la proyección ficcional del autor. La pregunta es quién mira, quién habla y
desde dónde habla, cuál es su perspectiva, pues la voz narrativa puede contar
la vida de los personajes y su propia vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Naturalmente,
este personaje de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prohibido salir a la
calle</i> tiene muchos rasgos comunes con la autora. En primer lugar, el
periodo de la infancia coincide con su biografía, así como las huellas de los
sentimientos que deja la experiencia de vida: el paso de la provincia a la
ciudad, la ausencia del padre, el asombro y la fascinación ante el
descubrimiento de la ciudad y el lenguaje de las emociones de ese mundo íntimo
y personal en el que transcurre la infancia. Pero no es una autobiografía, ya
que los hechos seleccionados de la propia experiencia sólo son la materia prima
de un universo que se construye y que cobra vida gracias al peso de los
personajes y los hechos creados y a las situaciones que los sostienen. Y, en
virtud de las circunstancias, de lo que va ocurriendo, de las relaciones que
gentes, cosas y hechos engarzan entre sí, la vida de los personajes tiene su
propia evolución, aparecen obligaciones, necesidades, dependencias que no
existieron nunca fuera de la novela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-kGe_f2HcKK8/XZ3_Z7zQ2zI/AAAAAAAAAfI/H_nGZJdxbR8rpI3qqwwfeKVC1CYm2VuvACLcBGAsYHQ/s1600/mozart-for-ever.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="261" data-original-width="193" src="https://1.bp.blogspot.com/-kGe_f2HcKK8/XZ3_Z7zQ2zI/AAAAAAAAAfI/H_nGZJdxbR8rpI3qqwwfeKVC1CYm2VuvACLcBGAsYHQ/s1600/mozart-for-ever.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Un
precioso ejemplo de la vida independiente y propia de los personajes lo
encontramos en una película del director francés Jean Luc-Godard. Me refiero a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mozart, for ever</i> (1966), que me proporcionó
el profesor, escritor y poeta <a href="http://www.jorgeurrutiagomez.com/">Jorge Urrutia</a>. En la secuencia inicial se
encuentran dos viejos amigos; uno regresa de España y trae una obra teatral de
quien fuera presidente de la Segunda República española, Manuel Azaña, se lo
enseña al otro y pregunta: ¿Te acuerdas de quién es Manuel Azaña? A lo que el
otro responde: Sí, quien dijo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Con los
comunistas hasta la muerte, pero ni un paso más</i>. Quien conozca bien la
historia cultural de la España de los años treinta del pasado siglo no podrá
sino extrañarse, ya que esta frase no la dijo Azaña, sino el escritor José
Bergamín. Lo interesante es que al final de la película se lee el siguiente
rótulo: “En esta película se ha hecho uso de frases de las siguientes
personas”, y en la lista no aparece el nombre de Azaña, pero sí el de Bergamín.
Significa que el director sabe muy bien de quién es esa frase, el que se
equivoca es el personaje de la película. Esta anécdota muestra claramente que
el autor construye las condiciones para que los personajes actúen, pero estos
poseen cierta independencia que, paradójicamente, obliga al autor a obedecer.<o:p></o:p></span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-75970271984485395552019-06-06T10:13:00.000-07:002019-06-06T23:55:08.367-07:00Un país niño que no renuncia a sus sueños: los alumnos del colegio Fernando Soto Aparicio, de Bogotá<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 6pt 0cm 12pt; text-align: justify; text-indent: 1cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
pasado mes de mayo me encontraba en Bogotá a donde viajé, como todos los años, a
visitar a la familia y lo hice con el poeta español <a href="http://www.jorgeurrutiagomez.com/">Jorge Urrutia</a>, con quien comparto
mi vida y mis ilusiones. Nuestra estancia fue muy especial en esta oportunidad
porque pudimos conocer de cerca un país niño, pleno de vida, que se entrega sin
reservas a quienes captan su atención,
lo que implica poder ofrecer algo más atractivo que los juegos de los
dispositivos móviles, que actualmente ocupan buena parte del espacio mental de
los pequeños. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ante
ese reto nos encontramos al aceptar la invitación de mi hermana Aurora para
hablar de la lectura y de la literatura con los niños <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la institución donde trabaja desde hace más
de veinte años: el colegio Fernando Soto Aparicio del barrio Kennedy de Bogotá.
Gracias a esta invitación, tuvimos la oportunidad de conversar con los alumnos,
quienes nos tenían reservada una tanda de preguntas sobre el oficio de escribir,
al que muchos de ellos no eran de ningún modo ajenos.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-mO9ujefS4f4/XPlEnM8_SfI/AAAAAAAAAdI/XBCyWztwHgEJ6iV8wOmIkL_JIPtVMMByACEwYBhgL/s1600/colegio-fsa-estancias.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="780" data-original-width="1040" height="150" src="https://1.bp.blogspot.com/-mO9ujefS4f4/XPlEnM8_SfI/AAAAAAAAAdI/XBCyWztwHgEJ6iV8wOmIkL_JIPtVMMByACEwYBhgL/s200/colegio-fsa-estancias.jpg" width="200" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 16px; text-indent: 37.7953px;">Al llegar al colegio, lo primero que llamó nuestra atención fue la pulcritud de sus estancias, la dignidad y el decoro de sus salas, el cuidado barniz de la madera y el lustre de sus suelos. Todo esto contradice la opinión generalizada de que nuestra sociedad maltrata y destruye lo público. Además, a quienes dicen que no importa la apariencia, porque lo que se lleva dentro es lo que cuenta, les podríamos responder que la apariencia no pocas veces evidencia lo que se lleva dentro. En este caso, un sentido del orden y una disposición del espíritu para la armonía y la belleza, lo que se confirmó con la amabilidad y el cariño de su rectora, Gladys Castro, de los profesores de lengua y literatura, también de otras asignaturas, y de su bibliotecaria.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Hb6EU69qccU/XPlEWKAgxeI/AAAAAAAAAc8/wYWVYIFI0HYp6oLVkKeLZUmZnI9sXpibQCLcBGAs/s1600/colegio-fsaaurora-trivi%25C3%25B1o-jorge-urrutia-gladys-castro%2By%2Byo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="560" data-original-width="1152" height="193" src="https://1.bp.blogspot.com/-Hb6EU69qccU/XPlEWKAgxeI/AAAAAAAAAc8/wYWVYIFI0HYp6oLVkKeLZUmZnI9sXpibQCLcBGAs/s400/colegio-fsaaurora-trivi%25C3%25B1o-jorge-urrutia-gladys-castro%2By%2Byo.jpg" width="400" /></a></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">No
dudo, en ningún momento, que muchos de los niños de este colegio proceden de
hogares con dificultades, hogares muchas veces rotos y disfuncionales, motivo
de sinsabores y tempranas decepciones. Por eso quizás eligieron como actividad
literaria la lectura de un capítulo de mi novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prohibido salir a la calle</i>. Escogieron precisamente “Papa en casa”,
del que me ofrecieron su visión a través de unos dibujos que dan cuenta de su mundo
interior, de lo que los motiva o los hace reír. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Fh98WR91PC4/XPlGu6iuf0I/AAAAAAAAAd4/Crq8UsDLMGYfcRn1MolC2XX4yQs0-mB6gCLcBGAs/s1600/prohibido_salir_a_la_calle.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-Fh98WR91PC4/XPlGu6iuf0I/AAAAAAAAAd4/Crq8UsDLMGYfcRn1MolC2XX4yQs0-mB6gCLcBGAs/s1600/prohibido_salir_a_la_calle.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">Como autora, tengo que estar
agradecida por el trabajo que el colegio lleva a cabo a favor de la lectura. Me
imagino que este propósito tiene mucho que ver con el hecho de que la institución
lleve el nombre del escritor Fernando Soto Aparicio (1933-2016), a quien se le
rinde tributo leyéndolo y comentando su obra. </span><i style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt; text-indent: 1cm;">La rebelión de las ratas</i><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; text-indent: 1cm;"> (1962), novela que significó su
consagración, da cuenta de los esfuerzos de un hombre por sacar adelante a su
familia en medio de las dificultades económicas. Un concierto de circunstancias
sociales parece confabularse en contra de tan nobles propósito.
Las familias de los niños de este colegio no son ajenas en absoluto a los
esfuerzos del personaje de <i>La rebelión de las ratas</i>.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ow7RMnm2Qv8/XPlFEh3J_DI/AAAAAAAAAdQ/RC2hf6mZDGY_8u45IWIio1GbVC1KfD5LQCLcBGAs/s1600/colegio-fsa-2019-5.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="975" data-original-width="1600" height="120" src="https://1.bp.blogspot.com/-ow7RMnm2Qv8/XPlFEh3J_DI/AAAAAAAAAdQ/RC2hf6mZDGY_8u45IWIio1GbVC1KfD5LQCLcBGAs/s200/colegio-fsa-2019-5.jpg" width="200" /></a><a href="https://1.bp.blogspot.com/-e6ESer2AgJo/XPlFQBCtNGI/AAAAAAAAAdU/n2LnadJdDSAhgwnpyUXRtfCQGq75QXJAgCLcBGAs/s1600/colegio-fsa-2019-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="992" data-original-width="1600" height="122" src="https://1.bp.blogspot.com/-e6ESer2AgJo/XPlFQBCtNGI/AAAAAAAAAdU/n2LnadJdDSAhgwnpyUXRtfCQGq75QXJAgCLcBGAs/s200/colegio-fsa-2019-1.jpg" width="200" /></a></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-x-XSl9PBPjg/XPlFhxv9sTI/AAAAAAAAAdg/C1s5QPLzZ5gwQLTXM-QA0tIB26jQ4MK3wCLcBGAs/s1600/colegio-fsa-2019-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="998" data-original-width="1600" height="124" src="https://1.bp.blogspot.com/-x-XSl9PBPjg/XPlFhxv9sTI/AAAAAAAAAdg/C1s5QPLzZ5gwQLTXM-QA0tIB26jQ4MK3wCLcBGAs/s200/colegio-fsa-2019-2.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Pese
a las dificultades, a las que se enfrentan algunos de nuestros niños, estos
acuden <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la escuela donde un grupo
profesores se entregan a la tarea de educarlos y prepararlos para vida. Lo
hacen a veces salvando obstáculos, en un mundo demasiado complejo en el que su
magisterio se pone en cuestión. </span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-oC-jIrIzW98/XPlFlGY5GOI/AAAAAAAAAdo/7bYFQ4JZMZwTAZlFr7JxNClKR-8INLj1QCEwYBhgL/s1600/colegio-fsa-2019-4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="962" data-original-width="1600" height="120" src="https://1.bp.blogspot.com/-oC-jIrIzW98/XPlFlGY5GOI/AAAAAAAAAdo/7bYFQ4JZMZwTAZlFr7JxNClKR-8INLj1QCEwYBhgL/s200/colegio-fsa-2019-4.jpg" width="200" /></a></span></div>
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Al ver a las maestras y al escuchar las
preguntas de los niños, Jorge y yo no olvidamos la importancia
de ese momento irrepetible. Él intentó hacerles tomar conciencia del valor del
idioma que hablamos, de su riqueza y potencialidades, así como de la
extraordinaria tradición que porta. Con los niños tuvimos el privilegio de
hablar de poesía, de explicarles la función poética de la lengua, la
importancia de saber desde dónde hablamos y a quien nos dirigimos. A su vez,
los niños nos enseñaron sus escritos, nos plantearon dudas y nos obsequiaron
con su afecto. Cómo no conmoverse con su respuesta en un medio tan poco
propicio, como Kennedy, zona Sur de una ciudad en la que quizás se puede llegar a creer que
sólo las élites tienen el privilegio de la belleza.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-1f92bUiP1zw/XPlGYgOUAfI/AAAAAAAAAdw/Dg-dH8VDXZwJ0ge-7eol-hr3kDOB_gWdQCLcBGAs/s1600/jorge-urrutia-alumnos-colegio-fsa-2019.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="482" data-original-width="235" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-1f92bUiP1zw/XPlGYgOUAfI/AAAAAAAAAdw/Dg-dH8VDXZwJ0ge-7eol-hr3kDOB_gWdQCLcBGAs/s320/jorge-urrutia-alumnos-colegio-fsa-2019.jpg" width="156" /></a></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Claro que no, pues quienes conocimos las dificultades para salir adelante, como decían nuestros padres, sabemos que no es así. Por tanto, deberíamos
trabajar sobre la noción de belleza, sobre los momentos inolvidables de la
vida. Tal vez la luz que nos guía en medio de la oscuridad e incertidumbre, la
fortaleza que nos inyecta la capacidad de soñar, proceda con más intensidad de
la verdad de algunos libros. No olvidaré jamás a los personajes infantiles de
novelas, como la niña de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un árbol crece
en Brooklyn</i>, de la norteamericana Betty Smith, a quien la devoción por la
lectura salva de la miseria espiritual y la ayuda a superar la marginalidad y
la pobreza que se confabulan en contra de los suyos. Deberíamos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>recuperar la lectura, como una de las pocas
posibilidades de felicidad que tenemos, lo que implica reservarnos el derecho a
aislarnos del mundo y encontrarnos con nosotros mismos, en algún momento, a sumergirnos
en la ficción, alejados de los videojuegos y de toda herramienta que nos aliene
y mutile nuestra capacidad de discernimiento y nuestro irrenunciable derecho a elegir.</span></div>
Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-82019053365283038072019-05-19T08:44:00.002-07:002021-12-02T10:48:03.725-08:00Escritoras y escrituras IX. Virginia Woolf, La señora Dalloway<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entrar
en el mundo de Virginia Woolf no me ha resultado fácil, ha supuesto un esfuerzo
y una paciencia que apenas llegué a concederle, tras leer las dos novelas
líricas<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El faro</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las olas</i>. Pero en absoluto me ha
preocupado que un nombre del canon pueda resultarme incómodo. No todas las
propuestas estéticas se ajustan a los gustos de los lectores, no todas las
obras colman su horizonte de expectativas. También es cierto que nuestra
lectura podría estar cargada de prejuicios y es lo que me ha sucedido con esta autora
del célebre grupo de Bloomsbury quien, con su suicidio, se convirtió en un
mito, en un icono de la narrativa de mujeres, al margen de su originalidad y de
su habilidad técnica y formal. Es lugar común citar su ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una habitación propia</i>, símbolo de la
autonomía de la mujer escritora dentro de la vida social y familiar, cuyos
argumentos carecen por completo de simplicidad. Incluso hoy, podrían resultar
polémicas afirmaciones suyas como esta: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Es
funesto para una mujer subrayar en lo más mínimo una queja, abogar, aun con
justicia, por una causa; en fin, el hablar conscientemente como una mujer. Y
por funesto entiendo mortal; porque cuanto se escribe con esta parcialidad
consciente está condenado a morir. Deja de ser fertilizado. Por brillante y
eficaz, poderoso y magistral que parezca un día o dos, se marchitará al
anochecer; no puede crecer en la mente de los demás. Alguna clase de
colaboración debe operarse en la mente entre la mujer y el hombre para que el
arte de creación pueda realizarse.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-8Qb5xFlKVyU/XOF5G3WQXAI/AAAAAAAAAcM/fczbBlhZpck4xY02f1qAk8T5hLqG4S2lwCEwYBhgL/s1600/la-senora-dalloway.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="275" data-original-width="183" src="https://1.bp.blogspot.com/-8Qb5xFlKVyU/XOF5G3WQXAI/AAAAAAAAAcM/fczbBlhZpck4xY02f1qAk8T5hLqG4S2lwCEwYBhgL/s1600/la-senora-dalloway.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Estos
planteamientos suyos, de algún modo afloran en su relato <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La señora Dalloway</i> (1925), que hoy me abre las puertas del mundo de
Virginia con el esplendor de su luz. Aquí la autora nos introduce en la conciencia
de distintos personajes, mediante la técnica del monólogo interior, descomponiendo
en pequeñas piezas el orden social inglés en crisis, tras la primera guerra
mundial. Todo ocurre en un día, como en<i style="mso-bidi-font-style: normal;">
Ulises</i> (1922), de Joyce y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Han
cortado los claveles </i>de Edouard Dujardin (1887), extraordinaria pieza
literaria que revolucionó el arte de narrar a finales del siglo pasado y que no
fue aprovechada en sus posibilidades sino hasta los años veinte, cuando el
famoso escritor irlandés descubrió en ella el poder expresivo del monólogo
interior. Como en estas dos grandes novelas, en una jornada Virginia Woolf nos
hace transitar por el Londres de los años veinte siguiendo a la señora Dalloway
y a sus amistades, en meditaciones y ensoñaciones, lo que trae a la mente el
sentimiento de derrota de la sociedad a la que pertenecen.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-Yly9h4XVX6o/XOF5YA-KU3I/AAAAAAAAAcU/Ja-s5cSTH7cCavxbNm7w8i8rdeBnBWLYQCLcBGAs/s1600/dujardin-les-lauriers.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="456" data-original-width="277" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-Yly9h4XVX6o/XOF5YA-KU3I/AAAAAAAAAcU/Ja-s5cSTH7cCavxbNm7w8i8rdeBnBWLYQCLcBGAs/s320/dujardin-les-lauriers.jpg" width="194" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es
esta también una obra clave de enorme influencia en ciertos narradores
hispanoamericanos que, durante los años cincuenta y setenta, se entregaron a la
experimentación formal y encontraron en el monólogo interior una vía para
explorar la conciencia individual. De hecho, en una de sus declaraciones, García
Márquez confiesa que no hubiera llegado a ser el escritor que sería si a los
veinte años no hubiese leído esta novela que cambió para él su sentido del
tiempo, como les había ocurrido décadas atrás a muchos escritores norteamericanos absolutamente ignorantes de la obra de Dujardin. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La señora Dalloway</i> la
Historia con mayúsculas y la historia personal se condensan en instantes en los
que la mirada se pierde, bien sea en los detalles mínimos, bien divagando en
la inmensidad, permitiendo a las personas tomar conciencia de su infinita
pequeñez y de la fugacidad del tiempo. Entendemos que los recuerdos de la
guerra han dejado huellas imborrables en muchos personajes, como en la señorita
Kilman, corroída por una injusticia que lleva clavada en el alma, desde que fue
expulsada del colegio por su vínculo con los alemanes; o como Septimus Warren
Smith, que regresa derrotado de la guerra donde ha perdido su ser y acabará suicidándose
tras una depresión. Pero también entra en el escenario la aventura colonial,
que se lleva a muchos de los jóvenes y los devuelve a la patria convertidos en
fantasmas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Peter Walsh, antiguo pretendiente de la señora Dalloway, regresa de la India buscando
una segunda oportunidad, que parece depender de aquel mundo que él desprecia
por su artificiosidad. Mientras busca ser invitado a la fiesta, Walsh
cuestiona el sentimiento de las mujeres, la frialdad de la señora Dalloway con
su sufrimiento pasado. A su vez, la señora Dalloway piensa en lo distinta que
puede ser la pasión entre mujeres: “Lo extraño, al volver la vista atrás, era
la pureza, la honestidad de sus sentimientos hacia Sally”. Lo que define como
un sentimiento completamente desinteresado y protector que brotaba de la
conciencia de saberse aliada de otra mujer, algo que la propia Virginia echa de
menos en la historia de las mujeres que se han visto a sí misma como rivales y
no como aliadas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
medio de inesperadas meditaciones, e insólitas asociaciones, de un abandono por los recovecos del
pasado, los preparativos de la fiesta de la señora Dalloway van concentrando
tal cantidad de sentimientos contradictorios, de temores recónditos, e infantiles
expectativas, por parte de la anfitriona y sus invitados, como Ellie Henderson,
la pariente pobre e insegura que se convoca a última hora. Todo lo contrario de
lo que ocurre con el primer ministro, escoltado por Clarissa Daloway, quien se
desliza con él, se diría flotando sobre las olas, atravesada por la implacable
mirada de Peter Walsh. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No
hay duda de que Virginia Woolf está evocando el mundo al que pertenece, la alta
sociedad inglesa que se sostiene en símbolos en apariencia imperecederos, pero
que con el paso del tiempo amenazan con convertirse en ruinas de interés quizás solo para
anticuarios curiosos que caminarán sobre un césped bajo el cual descansarán las
glorias del pasado. Ese sentimiento reduce al absurdo la puesta en escena de
señora Dalloway, lo que en palabras del propio Leonard Woolf, esposo de
Virginia, podría resumir el sentimiento de gran parte de la sociedad inglesa de
entreguerras:</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-JPCiIjCmW0w/XOF5mbX_ogI/AAAAAAAAAcY/uKjTMPheHz4lUhx1EhKKSq584Ypc8uKUACLcBGAs/s1600/la-muerte-de-virginia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="997" data-original-width="650" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-JPCiIjCmW0w/XOF5mbX_ogI/AAAAAAAAAcY/uKjTMPheHz4lUhx1EhKKSq584Ypc8uKUACLcBGAs/s200/la-muerte-de-virginia.jpg" width="130" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“ […] la Gran Guerra de 1914 se había abatido
histórica y psicológicamente, sobre nosotros, sobre nuestra generación, y de
hecho sobre todas las generaciones europeas, como un rayo caído del cielo. Fue
como si nos golpearan con violencia en la cabeza y apenas nos diéramos cuenta
de que estábamos involucrados en una catástrofe como las de las pesadillas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Virginia
Woolf no elude esos sentimientos que explora en la novela introduciéndose en la
conciencia de sus personajes, manejando el tiempo, alargando o concentrando los
momentos, en las distintas subjetividades que vívidamente escenifican el clima
de desesperación e insatisfacción. Suponemos que esta certeza empujó a la autora
a abandonar este mundo, como su propio personaje Septimus, consumido por la depresión.
En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La muerte de Virginia</i>, su esposo nos
ofrece fragmentos del diario de la autora que, de manera inevitable, nos remiten a la atmósfera de
<i>La señora Dalloway</i>: “Pagamos el precio de nuestro reinado en sociedad con un
aburrimiento infernal”.<o:p></o:p></span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-86239578206122012282019-05-15T08:56:00.003-07:002019-05-16T08:48:58.284-07:00Escritoras y escrituras VIII. Silvia Galvis, Sabor a mí<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La violencia en
Colombia, lo sabemos, es uno de los periodos más prolíficos en la ficción
narrativa en el país. Desde <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El día del
odio</i>, de Osorio Lizarazo, hasta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
crimen del siglo</i>, de Miguel Torres, pasando por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón</i>, de Alba Lucía
Ángel, la novela ha dado cuenta de este episodio desde el punto de vista de las
masas amotinadas, del asesino del líder, o de la mujer, como en el
relato de Ángel, quizás el más experimental y audaz de esta saga. Faltaba,
quizás, introducir la voz femenina infantil en estas narraciones, como hace Silvia Galvis </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 16px;">(1945-2009) </span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">en </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Sabor a mí.</i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Periodista, politóloga,
investigadora, Silvia Galvis destacó por su compromiso con la verdad creando
una unidad de investigación en el periódico que dirigía. Indagando en los
archivos buscó acercarse a los hechos con argumentos, bebiendo en las fuentes
documentales. Así pudo revisar las versiones oficiales de la historia y ofrecernos
un relato de los momentos clave del país, como el dominado por Rafael Núñez,
padre fundador del moderno Estado Colombiano. Pero Galvis lo hizo desde la
óptica femenina recuperando en su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Soledad,
conspiraciones y suspiros</i>, el papel protagónico de la mujer en el siglo XIX.
Inspirada en Soledad Román, amante y esposa del presidente Núñez, cuya fama de
seductor y adúltero escandalizó a la buena sociedad, a la que sometió con su
masculinidad impuesta. Galvis enfrenta a este poder el de una mujer que desafió
a la Iglesia y a los prejuicios de la época.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-PcT8kH5nWCw/XNwy7EY-zOI/AAAAAAAAAb0/HpyEwE5TLbcfdKNaW_-ulUQ4YrF_inbQgCLcBGAs/s1600/soledad-conspiraciones.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="281" data-original-width="180" src="https://3.bp.blogspot.com/-PcT8kH5nWCw/XNwy7EY-zOI/AAAAAAAAAb0/HpyEwE5TLbcfdKNaW_-ulUQ4YrF_inbQgCLcBGAs/s1600/soledad-conspiraciones.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Asimismo, Galvis dio
cuenta del fenómeno del narcotráfico en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
mujer que sabía demasiado</i>, relato metaficcional inspirado en la llamada “monita
retrechera”, que nos introduce en la compleja trama del poder evidenciando los
vínculos entre la política y el crimen organizado en el oscuro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Proceso 8.000</i>, durante el mandato de
Ernesto Samper. Sin prejuicios, la autora teje una trama policial en torno a
esta mujer, con una riqueza de recursos que desde el título de la novela
establecen un diálogo con la tradición literaria, de modo que la ficción se
filtra entre las grietas de</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"> la realidad estableciendo sus propias normas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sabor a mí</i> (1994) Galvis vuelve a instalarnos un periodo oscuro del
país, el de la violencia política de los años cincuenta, pero lo hace hurgando
en la vida cotidiana y en las tradiciones populares desde la mirada infantil femenina.
Ana Peralta y Elena Olmedo deciden escribir un libro, un diario inspirado en el
de Ana Frank, cuyo testimonio las ha conmovido: “Voy a escribir como me salga y
lo que me salga y voy a hacer que me lo publiquen antes de que me muera o me
maten en este país que matan tanto”,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le
dice Ana a su amiga. He aquí un planteamiento estético de una profundidad
estremecedora, y que supone una sociedad donde quienes escriben están en
peligro de muerte. La escritura se plantea entonces como un acto de rebeldía
contra ese destino. Sin embargo, Elena acepta escribir sus recuerdos, para juntarlos con los de Ana, sin ninguna pretensión, sin saber siquiera si le
gusta escribir. Así se remonta a la infancia donde domina la imagen de la madre
entregada al cuidado personal y al maquillaje con el que disimula las huellas
del sufrimiento por un matrimonio desdichado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-2_wwF0ukxrU/XNwyzH7bhlI/AAAAAAAAAb4/tqW-X4dVqMwXsZgXPcZ7Jta3UiHzAy0CACEwYBhgL/s1600/sabor-a-mi.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><br /></a><a href="https://3.bp.blogspot.com/-2_wwF0ukxrU/XNwyzH7bhlI/AAAAAAAAAb4/tqW-X4dVqMwXsZgXPcZ7Jta3UiHzAy0CACEwYBhgL/s1600/sabor-a-mi.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="463" data-original-width="300" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-2_wwF0ukxrU/XNwyzH7bhlI/AAAAAAAAAb4/tqW-X4dVqMwXsZgXPcZ7Jta3UiHzAy0CACEwYBhgL/s320/sabor-a-mi.jpg" width="207" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sabor
a mí</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">
es una novela que tiene como protagonistas a estas dos niñas en tránsito hacia
la adolescencia, edad en la que se empieza a mirar el mundo con desconfianza. El
entorno familiar, los padres, el colegio, los rituales sociales presentan
contradicciones que denuncian la falta de autenticidad de los mayores. La
educación insiste en el disimulo y en el ocultamiento de las faltas, de los
pecados y las carencias, que se maquillan con rígidas fórmulas. Pero la
injusticia social, el clima de violencia y la falta de libertad oprimen a
quienes detectan el engaño en que viven. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nos encontramos en una
ciudad colombiana de provincia, en los años posteriores al asesinato del líder
liberal Jorge Eliécer Gaitán. Para imponer el orden, el gobierno persigue y
ejecuta a miles de campesinos acusados de liberales. Después viene la dictadura
del general Rojas Pinilla, que se impone en 1953 y acaba en 1957, periodo que
coincide con el tiempo del relato, y que abarca la pubertad y adolescencia de
Ana y Elena. Si bien la dictadura de Rojas Pinilla se caracterizó por algunos
avances, en cuanto a la infraestructura del país, como la mejora en las vías de
comunicación y el ejercicio, por primera vez, del voto femenino, se asiste a una
pérdida de libertades individuales, al cierre de periódicos y a una mayor intervención
de Iglesia en la vida de las personas. Aliado del conservadurismo más feroz, el
clero estigmatiza a quienes defienden los derechos individuales y los
principios de igualdad de cualquier sociedad democrática, acusándolos de
comunistas, lo que supone una condena. A esto se suman los prejuicios sociales
que asfixian, sobre todo, a las mujeres sometidas a la institución del
matrimonio. Estas circunstancias se filtran en el relato a manera de chismorreos
y se entremezclan con los dramas familiares de una clase social que se pone a
prueba por su falta de compromiso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ana y Elena encarnan una
dualidad entre la libertad individual y la obediencia a las normas. La primera
es rebelde y concibe su destino de escritora como una liberación y una
venganza. La segunda está atrapada en los valores de una clase que la empuja a
postularse como reina de belleza y casarse con un buen partido, destino del que
no la aleja la escritura, que sólo le servirá para reseñar los cotilleos recogidos en las
reuniones sociales. Pero estos rumores tienen un peso indiscutible, en cuanto erigen
mitos y levantan reputaciones. Las mujeres chismosas exponen los trapos sucios de
las casas ajenas, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>exhiben las llagas de
una sociedad que se destroza a sí misma, y vemos esto a través de la
mirada de Elena. Las dos jóvenes, cara y cruz de una misma moneda, le asignan un
sentido a la historia desde sus perspectivas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con habilidad técnica y
formal, Silvia Galvis maneja la intriga ofreciéndonos pequeños detalles de un
gran cuadro cuya composición nos corresponde llevan a cabo. Historia y ficción
van íntimamente unidas, pero no se trata de un reflejo, ni del testimonio de
una época, sino de la construcción de un universo donde domina la sensibilidad
femenina en su fragilidad y capacidad autodestructiva, pero también en su
potencia creadora y en su fortaleza interior. Asimismo Galvis conecta la
historia del país con la sensibilidad popular que se conmueve con radionovelas
como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El derecho de nacer</i>, donde cada
quien lee la realidad de acuerdo a sus circunstancias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las dos jóvenes recogen
los rumores que lleva el viento de salón en salón, los pecados de los hombres
infieles y maltratadores que abusan de otras mujeres, las culpas volcadas en
los confesionarios, los fallos del sistema educativo que reproduce los defectos
de una sociedad que se asienta sobre los privilegios y no sobre los méritos, los
chismes de las empleadas del servicio doméstico, quienes constituyen el lazo de
unión entre las clases. Hijas ilegítimas o “naturales” de los patrones, éstas acaban
siendo hermanas de las señoras a las que sirven y madres de sus hijas, como lo es
Trini para Ana, con quien comparte complicidades, como su afición a la
radionovela escrita por el cubano Félix B. Cagnet, que en los años cincuenta
hizo llorar a un público femenino pegado a la radio. Sin distinción de clase, las
mujeres suspiraban por la suerte del hijo no reconocido, ese Albertico Limonta
que reclamaba un lugar en la sociedad, un drama muy hispánico, por cierto. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
veinticuatro capítulos los personajes siguen al hijo repudiado hasta verlo
convertido en un hombre de bien. Con el desenlace, las opiniones de las radioescuchas
se dividen entre quienes consideran inmoral reconocer a los hijos “naturales” y
quienes piensan que lo importante es el triunfo del bien sobre el mal. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Así, Galvis teje
distintos hilos de la historia mezclando la ficción con la realidad y la
historia, como ha hecho en otras novelas. Ídolos del cine, radionovelas,
comunicados del gobierno, mensajes publicitarios, letras de canciones,
oraciones y jaculatorias, dan vida a una época sombría. La
autora afina los puntos de vista de estas dos niñas preadolescentes enfrentadas
al difícil reto de ser mujeres en una sociedad predominantemente machista,
católica, conservadora, fanática y políticamente retardataria, que no acaba de
ingresar en la modernidad. Desde su mirada sentimos cómo se agita aquel mundo
provinciano que se ve sacudido por la infidelidad de una mujer, más que por la
violencia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">El desenlace en <i>Sabor a mí</i> no puede ser feliz, ya que los cambios que reclama la sociedad implicarían renuncias y
sacrificios para los que no está dispuesta "la gente de bien". De hecho, Elena permanece entre los suyos observando las reglas impuestas.
En cambio, ya no hay un lugar para Ana en aquel mundo. Confinada en un
internado, lejos de su tierra, donde suponemos cocina una venganza, se aferra al deseo de convertirse en una autora famosa, lo que equivale a impedir que la
destruyan.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">La edición consultada es la 4ª, de la editorial Sílaba de 2013.</span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-42226846478877999802019-04-06T12:14:00.001-07:002019-04-09T11:38:23.176-07:00Escritoras y escrituras VII. Soledad Acosta de Samper, Dolores<div style="text-align: right;">
Mi espíritu es un caos: mi
existencia una horrible pesadilla. </div>
<div style="text-align: right;">
Mándame, te lo suplico, algunos libros.</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Soledad Acosta de Samper (1833-1913)* es una de las figuras más notables de la segunda mitad del siglo XIX en Hispanoamérica. Historiadora, narradora, cronista, ensayista y pionera del feminismo en Colombia, es hija única del general Joaquín Acosta y de la norteamericana Carolina Kemble. Con un conocimiento de las culturas francesa y anglosajona y un amplio horizonte de lecturas, alterna estancias en Europa e Hispanoamérica desde los doce años, cuando va a vivir con la abuela materna a una población de Nueva Escocia, en Canadá. En París se educa en distintos colegios y frecuenta las tertulias de intelectuales y hombres de letras con los que se relaciona el padre. Defensora de los valores morales cristianos, en sus escritos se presenta como conservadora en materia religiosa, pero positivista abanderada del progreso, en lo que se refiere al papel de la mujer en la sociedad.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-0DAgsJiLF5o/XKj593waG0I/AAAAAAAAAZ0/pJ6bftxnwC83T7ioxjzWvkI7LWvSG3OCACLcBGAs/s1600/soledad-acosta-de-samper.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><img border="0" data-original-height="263" data-original-width="192" src="https://1.bp.blogspot.com/-0DAgsJiLF5o/XKj593waG0I/AAAAAAAAAZ0/pJ6bftxnwC83T7ioxjzWvkI7LWvSG3OCACLcBGAs/s1600/soledad-acosta-de-samper.jpg" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1855, Soledad se casa con el político liberal radical José María Samper, fundador, junto con
José María Vergara, de la tertulia literaria “El Mosaico”, que se hacía eco de las preocupaciones intelectuales de la élite bogotana. De nuevo en París, donde el marido ejerce como diplomático, Soledad comienza a escribir reseñas de libros y espectáculos musicales, comentarios de moda o crónicas de viajes, que envía a la prensa hispanoamericana bajo distintos seudónimos, algo muy corriente entre las escritoras de la época. Tras una estancia en Londres, en 1862 el matrimonio se traslada a Lima donde el marido es nombrado redactor del diario <i>El Comercio</i>.
En 1867 Soledad publica su primera novela: <i>Dolores. Cuadros de la vida de una mujer</i> y, en 1869, <i>Novelas y cuadros de la vida
sur-americana</i>.<br />
<br />
Entre 1876 y 1877, Colombia se sume en una guerra civil entre conservadores y liberales radicales, quienes habían instaurado en 1863 la
constitución más avanzada de la historia, que confiere derechos a las mujeres, como el divorcio, e instituye la educación laica. En 1878, Soledad funda <i>La Mujer</i>, primera revista colombiana dirigida y redactada exclusivamente por mujeres, que se edita hasta 1881. Escribe además diversas biografías: la de su padre, Joaquín Acosta, la del líder comunero José Antonio Galán, o la de Antonio Nariño, entre otras. Tras
el fallecimiento de su esposo en 1888, se traslada de nuevo a París. En 1895 publica <i>La mujer en la sociedad moderna</i>, su más importante
aportación al feminismo.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-rbkbEtlwFDs/XKnCnt0L-WI/AAAAAAAAAaM/aAc9wRH2sw4cmjESdU39-Qo9dxFBZPkCACEwYBhgL/s1600/la-mujer-en-la-sociedad.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="185" src="https://1.bp.blogspot.com/-rbkbEtlwFDs/XKnCnt0L-WI/AAAAAAAAAaM/aAc9wRH2sw4cmjESdU39-Qo9dxFBZPkCACEwYBhgL/s1600/la-mujer-en-la-sociedad.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Dolores. Cuadros de la vida de una mujer</i> es una novela corta deliciosamente escrita, que aborda la situación de la mujer en la sociedad republicana. La historia nos instala en Colombia, en el periodo posterior a las luchas independentistas, que permiten una movilidad social inquietante, lo que conduce a las familias a aferrarse a sus hábitos sociales para protegerse del poder emergente. Al estallar la guerra, algunos españoles huyen abandonando sus riquezas o dejándolas al cuidado de personas de confianza, mientras otros se pasan al bando de los patriotas. Esto hizo el padre de Soledad, que lucha al lado del Libertador Simón Bolívar. Al finalizar la guerra, los líderes deben organizar el país en medio de la ruina y el caos. Las mujeres de la élite criolla, viudas o huérfanas, quedan al amparo de la familia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Publicada al mismo tiempo que <i>María</i>, del autor canónico Jorge Isaacs, <i>Dolores</i> se acerca a esta en su concepción del amor romántico, ya que los dos personajes femeninos mueren sin haber consumado la pasión amorosa. Ambas novelas nos describen mujeres de inspiradora y frágil belleza, víctimas de un mal que amenaza sus vidas. Dolores, al igual que María, es huérfana y vive bajo la protección una tía acaudalada. Ambas obras describen la naturaleza americana, la belleza de su flora y los hábitos de sus gentes. Sin embargo, <i>Dolores</i> nos ofrece también una minuciosa y detallada descripción, casi antropológica, de las costumbres de un pueblo de tierra caliente cercano al río Magdalena. La mirada es distanciada, ya que la perspectiva corresponde a quien proviene de la ciudad y ostenta hábitos y valores de las familias cultas de la capital, cuyos ideales estéticos
beben en referencias europeas y allí encuentran los argumentos y la inspiración para afrontar el futuro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El primo de Dolores y su amigo son señoritos bogotanos que van de visita para disfrutar de las fiestas parroquiales en el pueblo de tierra caliente donde reside la acaudalada tía que
protege a la protagonista. Los jóvenes han seguido estudios universitarios y consideran exóticas a aquellas gentes que se divierten con las corridas de toros, los castillos de pólvora, los juegos de lotería, las bebidas que consumen: chicha de coco, guarapo y anisado, o alguna clase de vino malo y, ocasionalmente, brandy. Prueban los bizcochos y las colaciones, que se sirven sobre manteles rústicos; escuchan a los músicos que interpretan el tiple, la carraca y la chirimía y que van de tienda en tienda bebiendo guarapo o aguardiente. Observan a las mujeres del pueblo que bailan ñapanga, danza que les resulta demasiado sensual. Hay, pues en la novela cierto carácter costumbrista que corresponde a la época.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aún no se conocía la luz eléctrica, ni siquiera en las ciudades, y en el pueblo la rusticidad es mayor por cuanto se alumbran con velas de sebo. La descripción de la fiesta le sirve a la autora para introducirnos al personaje más oscuro de la novela, un hombre rudo y sin escrúpulos al que la independencia le ha permitido enriquecerse y escalar posiciones sociales, traicionando a quienes habían confiado en él. Asimismo critica la frivolidad de los señoritos con estudios, pero que no han tenido que esforzarse para salir
adelante, que no forjaron su carácter con las dificultades habituales y tópicas de la vida de un estudiante. Esta ausencia de temple moral los conduce a un comportamiento poco ético, como enamorar y burlar a la hija de un artesano o conquistar mujeres solo
por el interés económico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los señoritos de ciudad organizan paseos por el río a donde van a caballo lo que da lugar al cortejo amoroso. El rumor de las aguas, el canto de los pájaros, la variedad y belleza de la naturaleza se convierten en motivo de conversación y en un medio para enviarse mensajes cifrados apelando a la simbología de las flores. Del mismo modo, el huerto de la casa, con el jardín, sirve de inspiración y de recogimiento cuando la muchacha huye del mundo y de los compromisos. En <i>María</i>, las flores ocupan un lugar central, pues sirven de hilo de comunicación entre los enamorados. También en la novela de Isaacs, los paseos al río, dan lugar a los galanteos a la luz del día y con la
aprobación de los mayores.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ese ambiente favorecido por la naturaleza, por las bondades del clima y la apacible calma de un hogar de buenas costumbres y en armonía con el medio, no está libre de temores y presagios. Una sombra se cierne sobre la hermosa muchacha destinada a casarse con un hombre de su misma posición. Un secreto que no debe ser rebelado y que, al descubrirse, removerá los pilares de su vida y la paz de los suyos. Si en el caso de <i>María</i> es la enfermedad que la muchacha lleva en los genes, no se sabe si epilepsia o algún otro mal hereditario (lo que a juicio de Doris Sommer, se convierte en un atolladero social insalvable), también un mal obliga a Dolores a alejarse de su familia y de la sociedad, creando alrededor suyo un cordón sanitario para no contagiar a quienes se le acercan. Lo que en <i>María</i> es epilepsia en <i>Dolores</i> es lepra, enfermedad temida en aquella época porque se creía hereditaria y contagiosa, lo que motivó la fundación en Colombia del pueblo de Agua de Dios, destinado al confinamiento de los leprosos. Pero, como sugiere Azuvia Licón Villalpando, a propósito de <i>Dolores</i>, la enfermedad podría ser
la vía que le permite a la muchacha escapar de su destino.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En estas dos novelas hijas del Romanticismo, la mujer debe morir para evitar tragedias mayores, como el que Dolores hubiese contraído matrimonio con un ser de baja condición o María hubiese conducido a la desgracia al joven Efraín. El feminismo de Soledad Acosta de Samper pone en duda el matrimonio como única vía para la realización de la mujer. Por el contrario, la autora afirma, sobre todos los condicionamientos, la independencia de la mujer mediante el trabajo honrado.<br />
<br />
En el aislamiento de la humilde choza, que le sirve de refugio final, Dolores se dedica a leer y a escribir, a cultivar su espíritu. En una de las cartas que envía a su primo nos deja una frase que yo enmarcaría y entregaría como regalo a todas aquellas personas que aman los libros y que dedican una parte importante de su tiempo a la lectura: “Mi espíritu es un caos: mi existencia una horrible pesadilla. Mándame, te lo suplico, algunos libros.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">*Debemos a Monserrat Ordoñez y a su discípula Carolina Alzate, el conocimiento y la puesta en valor de la obra de Soledad Acosta de Samper.
</span></div>
Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-26902219220895169692019-03-23T10:14:00.000-07:002019-04-07T09:21:23.482-07:00Escritoras y escrituras VI. Lina María Pérez Gaviria, ¿el género en disputa?<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las
disputas de género palpitan en la atmósfera social y especialmente en las redes,
donde golpean con tuits, imágenes, símbolos y eslóganes. Por la fuerza y la
densidad de sus manifestaciones los sujetos parecen proponerse romper el
sistema. Pasiones, convicciones o razones, es difícil discernir, distinguir lo
que cada quien pretende ser o lo que aspira a alcanzar. Ni feminismo de la
diferencia, ni feminismo de la igualdad, ya no valen estas dos corrientes en
las que se sitúan quienes no se sienten representadas por el discurso
hegemónico ni por las respuestas o reacciones, ante la avalancha de sus
reclamos. No, resulta que hay algo más allá de la dualidad antagónica de ‘femenino’
y ‘masculino’, algo que va más lejos de la distinción entre sexo y género: el
cuerpo es un medio que aloja una u otra subjetividad al margen de la biología.
La primera Premio Abel, que se considera el Nobel de Matemáticas, Kareh
Uhlenbeck, en una entrevista hoy (23/III/2019) al diario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El País</i>, reconoce su deuda con el feminismo, pero aclara lo poco
que le interesa la distinción de género o sexo: “Soy una persona matemática que
resulta ser mujer. Nunca me he sentido a gusto siendo la mujer matemática”,
pues prefiere ser valorada por su trabajo, no por su condición de mujer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-JNVPNP2ypEU/XJZmiSrX_vI/AAAAAAAAAZY/kghR2P1feWIVVBqe0NB9Nqs1FxvrCa0ywCLcBGAs/s1600/lina-maria-perez-gaviria.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="236" data-original-width="214" src="https://4.bp.blogspot.com/-JNVPNP2ypEU/XJZmiSrX_vI/AAAAAAAAAZY/kghR2P1feWIVVBqe0NB9Nqs1FxvrCa0ywCLcBGAs/s1600/lina-maria-perez-gaviria.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El mismo lado del espejo</i> (2016), la
escritora colombiana Lina María Pérez Gaviria propone una salida audaz a la
discriminación que sufren las mujeres, en este caso, en el mundo del arte. Su
personaje, Antonia Otero, cuya vocación para mentir la ayuda a romper los
rígidos moldes de la sociedad a la que pertenece, decide elaborar una ficción
dentro la ficción dando vida a un personaje masculino a través del cual ella
puede realizarse como artista y exponer su obra en galerías y museos y alcanzar
el reconocimiento que se le niega: Víctor / Victoria, más de una vez la literatura nos ha presentado esta dualidad no solo en la ficción, sino en la vida literaria. ¿Cuántas mujeres destacan el mundo del arte?
Es la paridad que la política pregona, pero que en la práctica depende de
muchos factores. Por suerte nos queda la literatura para abordar en la ficción lo que no siempre es posible formular sin despertar suspicacias, sin degenerar en consignas ideológicas en contra de algún otro fantasma también ideológico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pérez Gaviria pone esta
realidad ante el espejo, en el centro de su ficción narrativa, mediante la
construcción de un sujeto femenino complejo que busca una identidad fuera de
las normas del entorno en el que ha crecido, sin renunciar al placer ni a la
felicidad. En su etapa formativa la muchacha encuentra aliados que le permiten
explorar otros mundos, entre la fantasía y la curiosidad por lo desconocido. Mediante
la metáfora de la ciudad de hierro incursiona en un mundo encantado que
constituirá la materia poética de su obra pictórica. Entre uno y otro amante
busca también el amor, consciente de que dar rienda suelta al deseo es provocadoramente
subversivo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La autora se vale de un
lenguaje pleno de metáforas visuales, “mamá pronosticó que nuestra casa se iba
a desintegrar”, “carcajada cromática con olas de mar en pinceladas puntillosas;
de frases sinuosas e inesperadas: “empecé a vislumbrar las bifurcaciones de mi
mentira”; o de efectos sonoros y evocaciones nostálgicas: “nuestras carcajadas
se desvanecieron en el martilleo de la lluvia”, recursos al servicio de la
amenidad y de la tensión de un relato cuya intriga gira alrededor de su mentira y de las proporciones que alcanza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-UEO__r94wtc/XJZmzNYixAI/AAAAAAAAAZg/XT0DkOqXUZQ0lVBgbK5ktB8QLt87VamLgCLcBGAs/s1600/el-mismo-lado-del-espejo-baja-200x307.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="307" data-original-width="200" src="https://2.bp.blogspot.com/-UEO__r94wtc/XJZmzNYixAI/AAAAAAAAAZg/XT0DkOqXUZQ0lVBgbK5ktB8QLt87VamLgCLcBGAs/s1600/el-mismo-lado-del-espejo-baja-200x307.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Bajo la firma de
Gabriel Talero, el otro yo de Antonia, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>emerge una pintura que, según la crítica, es vibrante y desconcierta por la audacia de sus trazos, por la firmeza de su mensaje y por su
postura ante el mundo. Pese a todo, quienes apuestan por esta obra advierten que de
haber sido realizada por una mujer no hubiera tenido ninguna posibilidad de
triunfar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por tanto, Antonia asegura la presencia de su otro yo, en tanto de ello depende la supervivencia de su arte. El
éxito consiste en que se le piden trabajos para edificios oficiales y casas
privadas, que recibe invitaciones de galerías y museos de prestigio
internacional, pero también entrevistas que ponen a prueba su capacidad de
sostener el engaño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entre el pasado y el
presente, entre los valores de su clase y la fuerza creadora, Antonia no
renuncia a los logros cosechados y aprende a vivir con ese otro yo masculino
que por momentos la mira y parece exigirle una presencia constante, lo que implica altas dosis de vida, soledad y entrega al arte: “Dar vida a un
prometedor pintor era un reto, no sólo ante las hermanas de la galería, sino
ante mí. Un juego de espejos en el que Gabriel sería mi propio reflejo, mi
doble travestido, una estrategia para que él me suplantara…”<o:p></o:p></span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-9493205823885151892019-02-26T11:55:00.002-08:002019-04-07T10:43:12.220-07:00Escritoras y escrituras V. Marie de Gournay <i>Si la adolescencia puede presagiar los destinos del porvenir, esta alma será algún día capaz de las cosas más hermosas y, entre otras, de la perfección de esa santísima amistad en la cual su sexo no tiene participación alguna. La sinceridad y la solidez de
sus costumbres alcanzan ya a la perfección</i>.<br />
<br />
Así describía Michel de Montaigne a Marie de Gournay Le Jars (París, 1565- 1645) su admirada discípula, hija espiritual adoptiva, quien llegaría a ser una de las primeras y más fervientes defensoras de la dignidad y de la capacidad intelectual de las mujeres.<br />
<br />
Filóloga, traductora, poeta y filósofa, Marie se adelanta a su época, en <i>Igualdad de los hombres y las mujeres,</i> cuando plantea que la supuesta inferioridad de las mujeres se debe a una tradición filosófica que sustenta la superioridad del hombre, así como a la religión que estigmatiza, anula o borra, a las mujeres. Pero es en esa misma tradición donde ella encuentra argumentos para demostrar el reconocimiento de las virtudes femeninas y, en no pocas ocasiones, su superioridad. De ahí lo interesante que resulta la lectura de esta obra de la que hay una edición de 2018 en la colección Folio, de Gallimard.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-9AhRviACvFY/XKojtJ5s8_I/AAAAAAAAAaY/-ywOee0YqXgYYGqb_m3_MsuTXpQ55HvlgCEwYBhgL/s1600/Marie_de_gournay2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="334" data-original-width="220" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-9AhRviACvFY/XKojtJ5s8_I/AAAAAAAAAaY/-ywOee0YqXgYYGqb_m3_MsuTXpQ55HvlgCEwYBhgL/s320/Marie_de_gournay2.jpg" width="210" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
Hija mayor de una familia de seis hermanos, recibió la educación tradicional de una niña de la nobleza de su época, pero no se conformó con tan poco. Aprendió latín y griego y leyó a los filósofos en su lengua original. Las guerras de religión que arruinaron a su familia no le impidieron cultivarse, ya que también estudió por su cuenta matemáticas, física y geometría. Renunció al matrimonio para dedicarse a la escritura, y, en la capital francesa se rodeó de personas influyentes que la acercaron a la Corte. Allí puso su pluma al servicio de personalidades como Margarita de Valois, Enrique IV, Catalina de Medecis o Luis XIII.</div>
<br />
<i>Égalité des hommes et des femmes</i> (1622) está dedicada a la reina Ana de Austria, hija de Felipe III de España y esposa de Luis XIII, a quien le recuerda que la grandeza de un ser de su categoría debe sustentarse en la virtud, y que los reyes tienen el poder, pero no el derecho de violar las leyes de la igualdad. Marie demuestra en sus argumentaciones equilibrio y altura de miras, lo que se aprecia en la mesura de sus juicios: “Si es correcto mi juicio sobre la dignidad o sobre la capacidad de las damas, no pretendo ahora demostrarlo con razones, ya que muchos podrían rebatirlo con otras; tampoco con ejemplos demasiado comunes, que se han impuesto por la autoridad del mismo Dios, de los arbotantes de su Iglesia y de sus grandes hombres que han arrojado luz sobre el universo”. Como puede apreciarse, su ironía y sentido del humor se convierten también en un instrumento que mueve a la reflexión. Esta igualdad que argumenta Marie la encuentra en filósofos como Platón y en sus discípulos. Estos, según ella, asignaron a hombres y mujeres los mismos derechos y facultades, en vista de que ellas demostraron en más de una ocasión superarlos, por ejemplo, inventado una parte de las Bellas Artes o, demostrando, por encima de los hombres, toda suerte de perfecciones y virtudes, en ciudades como Alejandría donde fueron filósofas o científicas, como Diotima o Aspasia.<br />
<br />
Marie cuestiona el relato bíblico, en vista de que en los Evangelios no coinciden en su versión de los hechos. De las Escrituras nos recuerda lo que dicen: que el hombre fue creado macho y hembra siendo el uno para el otro, por lo que le resulta curioso que a Jesús se le llamase hijo de hombre, aunque lo hubiese sido de mujer. En cuanto a Magdalena, recuerda que fue ella la única alma a quien el Redentor le concedió el honor de su gracia con estas palabras: “En todos los lugares donde se predique el Evangelio se hablará de ti”. Es a las mujeres a quien Jesucristo anuncia “su gloriosa resurrección”, con el fin de que se conviertan en apóstolas de los propios apóstoles.<br />
<br />
También nos recuerda Marie las enseñanzas de las escrituras en cuanto al papel del hombre y la mujer. El hombre dejará al padre y a la madre para seguir a la mujer, lo que al parecer -comenta- se haría por necesidad expresa de establecer la paz en el matrimonio. Tal necesidad requiere, sin duda, que una de las partes se pliegue a la otra, pero el que la fuerza masculina no pueda someterse le viene de su carácter.<br />
<br />
Según sostienen algunos, sería verdadero -añade Marie de Gournay- que la sumisión le haya sido impuesto a la mujer para castigarla por el famoso pecado de la manzana. Nada más falso que concluir la superior dignidad del hombre puesto que las Escrituras le recomiendan ceder.<br />
<br />
Por todo ello, Marie considera absurdo que se excluya a la mujer del acceso al misterio de la creación tanto como al de la Eucaristía, y además, se le arrebate la facultad de predicar, un privilegio reservado a los hombres. Si la autora pudo expresar esta ideas fue por la tolerancia religiosa que, por un periodo breve, permitió en Francia la convivencia de protestantes y católicos, gracias el edicto de Nantes que sería luego revocado por Luis XIV.<br />
<br />
La lectura de este ensayo de Marie de Gournay, y la consideración general de su obra y de su personalidad nos obligan a pensar que la historia camina muchas veces dando pasos hacia atrás.<br />
<br />
<span style="font-size: xx-small;">*Quienes deseen profundizar en la obra de Marie de Gournay probablemente pueden consultar la obra de Monserrat Cabré i Pairet y Esther Rubio
Herráez (Eds.), <i>Marie de Gournay. Escritos sobre la igualdad y en defensa de las mujeres</i>, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2014.</span>Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-85616003928727719382019-02-19T10:25:00.002-08:002019-03-02T09:12:58.258-08:00Escritoras y escrituras IV: George Sand, La petite fadetteGeorge Sand es una de mis pasiones, no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque comulgue con ella en todo, dado que su
Romanicismo en los asuntos amorosos puede ser empalagoso. Ya se sabe que concibe
el amor como entrega y sacrificio, pero hay algo de masoquismo en sus
personajes femeninos que hace que me rebele como, por ejemplo, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Elle et lui</i>, que trata de sus
tormentosos amores con Alfred de Muset. Lo que me gusta de Sand es, sin duda, la
elegancia, la plasticidad y la penetrante verdad de sus argumentaciones. Me
rindo no sólo a su inteligencia, sino a la forma como me viene dado ese caudal
armonioso de saber, la precisión de la palabra que seduce con luminosa
exactitud hasta transformar la percepción de la realidad, la palabra dicha con
la entonación cautivadora, un don preciado que no todos poseen. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p><br />
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-79zUp6q4nKs/XGxGh4FIDnI/AAAAAAAAAX8/hCHXahhRFycCwL8AIUiYVOvs2H3Fwj0SwCLcBGAs/s1600/la-petite-fadette-george-sand.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="276" data-original-width="183" src="https://4.bp.blogspot.com/-79zUp6q4nKs/XGxGh4FIDnI/AAAAAAAAAX8/hCHXahhRFycCwL8AIUiYVOvs2H3Fwj0SwCLcBGAs/s1600/la-petite-fadette-george-sand.jpg" /></a></div>
Cierro las páginas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
petite fadette</i>, que acabo de terminar, y mi primer impulso es volver
a leer esta pequeña joya de la lengua francesa. George Sand la escribió en
1848, a su regreso a la tierra natal, desencantada de la revolución, que
sacudió la ciudad de París por esos años, y de los encarnizados debates políticos
a los que ella se entregó con una buena parte de la intelectualidad francesa de su
tiempo. Pero aquellas luchas de poder, lo confiesa, despertaron en la gente los
peores instintos: “las revoluciones no son un jardín de rosas”, diría. No
consiguieron sacar de la pobreza a los más humildes, ni curar las heridas
morales, que solo la bondad de un Dios misericordioso podría sanar, si ese Dios
reinara sobre el egoísmo, la ambición y los bajos instintos.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En ese panorama que nos presenta Sand, solo el arte podrá
redimirnos, el arte que para ella es como la naturaleza, siempre hermoso y
bueno.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lamentablemente, su tiempo, ella
lo piensa así, no estaba para disfrutar de tales dones. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al contrario, le parecía que el arte peligraba
cuando no satisfacía a los más necesitados, además, advierte, el arte podrá
sobrevivir sin nosotros por lo que no pasaría nada si se dejase de escribir. Aquel
París la ha hastiado de filosofar sin
encontrar soluciones a los males de la humanidad. De ahí que abandone la ciudad
para refugiarse en la sencillez de la vida campesina, el mundo que inspiró sus
primeras narraciones: la simplicidad y sabiduría profunda de sus gentes. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><br />
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
Así elige en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La petite
fadette</i> el punto de vista del agramador satisfecho después de haber comido,
con un buen vino blanco a su derecha y a la izquierda un bote de tabaco para
cargar su pipa con discreción, mientras cuenta la historia de la brujita del
bosque rechazada y apedreada por los crueles rapaces, que acaba seduciendo a
unos gemelos tan complementarios como opuestos. Esa criatura del bosque, que
permanece al lado de la abuela, la curandera de la región que conoce los
secretos de las hierbas y sana incluso las enfermedades del alma, es un ser
diferente, razón por la cual es repudiada. Además, se trata de una mujer que, como la propia George Sand, se comporta como un hombre y no hace nada para
parecer mejor ni más bella de lo que las gentes la consideran. Pero un día esta brujita es
confrontada por Landry, uno de los gemelos. Después de haber escuchado la sabia verdad y
los motivos de su conducta, éste le reprocha el insistir en mostrar su peor
lado, cuando podría presentarse al mundo con todas sus cualidades físicas y
morales, a lo que ella responde: “Lo que uno desprecia a menudo es aquello que
no parece hermoso ni bueno, por eso, nos privamos de lo útil y saludable”.
Si el mundo fuera más justo y razonable, añade, prestaría más atención al corazón y a la sabiduría que a su apariencia física.<o:p></o:p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-EDfBzxJrkhk/XGxHuLozUyI/AAAAAAAAAYU/3vNfjkgfUw8TpnH8DbHhspD2bzqq3P3ZgCEwYBhgL/s1600/george-sand-la-comuna.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="420" data-original-width="291" height="200" src="https://1.bp.blogspot.com/-EDfBzxJrkhk/XGxHuLozUyI/AAAAAAAAAYU/3vNfjkgfUw8TpnH8DbHhspD2bzqq3P3ZgCEwYBhgL/s200/george-sand-la-comuna.jpg" width="138" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Poco importa el final de la historia, que debe ser feliz,
como se espera en esta intensa aventura que transforma a los personajes. Lo que
verdaderamente está sucediendo en el relato es un proceso químico que convierte
lo extraño, peligroso e inquietante en algo familiar y querido, cuyo efecto
benéfico colma de bienes a quienes lo rodean. Esto ocurre gracias a la magia de
las palabras: dulces o reparadoras como un bálsamo o hirientes o afiladas como
espadas, como las de las de la petite fadette cuando sacude a Sylvain, el
gemelo enfermizo, débil y manipulador que somete a su familia:<br />
<br />
“Creo que temes
a la muerte igual que cualquier otra persona, y que estás jugando a atemorizar
a quienes te quieren. Debe de complacerte mucho ver cómo las decisiones más sabías,
y las más necesarias, se pliegan siempre ante tus amenazas de quitarte la vida…
resulta muy cómodo poder someter a cuantos te rodean con sólo una palabra.”<o:p></o:p><br />
<br />
No son, precisamente, ternezas las que escucha el muchacho, son verdades como puños, que le cambian la vida y curan sus heridas, lo que demuestra que no son los halagos lo que nos hacen cambiar, aunque mucho complazcan a los espíritus simples, sino las verdades dolorosas que ocultamos en el fondo de nuestro corazón y que salen a la superficie para completar la imagen que se tiene de sí, lo que una mirada aguda es capaz de desentrañar.</div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-79797928910996183662018-11-03T12:33:00.000-07:002018-11-03T12:35:50.352-07:00El Cándido de J J Díaz Trillo<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Hay
libros que cumplen el papel, no sólo de compañeros de viaje y aventuras, sino
de maestros y faros del pensamiento. Son libros que de ninguna manera nos
defraudan porque, al abrir sus páginas, en cualquier momento de la vida, despiertan
la renovada emoción que sentimos al vislumbrar la profunda verdad que
encierran. Uno de esos amigos fieles es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cándido</i>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">o el optimismo</i> (1759), de Voltaire, cuya
lectura recomiendo vivamente, aunque parezca superfluo recomendar la lectura de
un clásico. La crítica asegura que Voltaire pretendía con este cuento
filosófico ridiculizar las ideas de Leibniz, cuya teoría sobre la armonía
universal lleva a creer que vivimos en el mejor de los mundos posibles, porque
incluso el mal es permitido por Dios para que valoremos la dimensión del bien. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Pero
en 1755, en el Día de Todos los Santos, Europa se ve sacudida por el devastador
terremoto de Lisboa que dejó a la ciudad sepultada bajo los escombros. A
semejante sacudimiento telúrico le siguió otro que estremeció las aguas del
Tajo y, ante el estupor de los sobrevivientes, enormes olas se abalanzaron
sobre tierra firme rompiendo diques y puentes, destrozando hermosos e
imponentes edificios, haciendo sentir su implacable efecto a lo largo de la
costa, hasta llegar a Ericeira. Esta tragedia, que impresionó profundamente a
Voltaire, lo lleva a reflexionar sobre la crueldad de la naturaleza y la
fragilidad de la vida humana, sujeta a azares incontrolables, ante los cuales
la riqueza y la opulencia no son más que espejismos, de lo que dejó constancia
en estos versos: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Esos restos, esos
despojos, esas cenizas desdichadas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Esas mujeres, esos
niños, uno sobre otro, apilados,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Debajo de esos mármoles
rotos, esos miembros diseminados;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Cien mil desventurados
que la tierra traga.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Ensangrentados,
desgarrados, y todavía palpitantes,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Enterrados bajo sus
techos, sin ayuda, terminan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En el horror de los
tormentos sus lamentosos días.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">[…]<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¿Qué crimen, qué culpa
cometieron esos niños,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Sobre el seno materno
aplastados y sangrientos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¿Tuvo Lisboa, que ya no
es, más vicios<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">que Londres, que París,
en los deleites hundidas ?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Lisboa queda hundida, y
en París se baila.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Bajo
el influjo de este libro, escribe José Juan Díaz Trillo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cándido en la Asamblea</i> (2016), un relato ingenioso, divertido,
pleno de referencias intertextuales ajenas a la vacuidad de cierta erudición
libresca, con una carga de vida y experiencia capaz de vincular tiempos y
espacios, para situarnos más allá de lo anecdótico. Díaz Trillo (Huelva, 1958),
miembro del Congreso de Diputados, especializado en Literatura Hispanoamericana,
ha publicado decenas de libros de poesía y ha ejercido la función pública de la
que también se nutre esta ficción narrativa.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-gEea5RJHPPM/W932JHiJKhI/AAAAAAAAAXY/BqugMv0zejkWZYRMIa6gBNxIIVSHiaLJQCLcBGAs/s1600/j-j-diaz-trillo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" src="https://3.bp.blogspot.com/-gEea5RJHPPM/W932JHiJKhI/AAAAAAAAAXY/BqugMv0zejkWZYRMIa6gBNxIIVSHiaLJQCLcBGAs/s1600/j-j-diaz-trillo.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Díaz
Trillo declaró en una entrevista que “…cada generación merece un Cándido que la
vacune contra la ignorancia y el fanatismo”. Aquí nos ofrece el suyo,
combinando procedimientos como la autoficción y la parodia para darle vida a un
Cándido, miembro de la Asamblea que, en su universo, no es el bastardo de noble
ascendencia de Voltaire, sino el hijo de una relación no oficializada entre dos
jóvenes de buenas familias de orígenes español (él) y francés (ella). Para
disimular su falta, los padres de la pareja deciden que el niño quede bajo su cuidado,
él masón, librepensador, y ella un verdadera <i style="mso-bidi-font-style: normal;">open minded</i> demasiado avanzada para su tiempo, mientras los auténticos
padres intentan, a su manera, cambiar el mundo. La madre en París, en medio de
las<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>revueltas de mayo del 68, el padre
en plena revolución sandinista. Aquí el impacto del terremoto de Lisboa, que
tanto afectó al buen Voltaire, es reemplazado por el terremoto de Managua de
1972, que destruyó por completo la ciudad centroamericana y cuyas devastadoras consecuencias
llegaron a compararse con el estallido de la bomba atómica.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-iAf0EP5hcR8/W932U2eUtKI/AAAAAAAAAXc/Zx8AP1-nplErhG3QGRpvJ3kvQispM8S-ACLcBGAs/s1600/candido-en-la-asamblea.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="353" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-iAf0EP5hcR8/W932U2eUtKI/AAAAAAAAAXc/Zx8AP1-nplErhG3QGRpvJ3kvQispM8S-ACLcBGAs/s320/candido-en-la-asamblea.jpg" width="226" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">El
relato refiere el proceso de formación del joven Cándido que, interno en un colegio,
pasa temporadas con los abuelos, “entre cartas excesivas de su padre y conversaciones
susurradas con el abuelo ─y a puerta cerrada siempre, como para darle más
solemnidad─, se fue iniciando en la política como su abuelo lo hiciera de joven
en la masonería: entre la convicción de unas ideas que creía justas y una
expresión escondida de las mismas, semejante a un lenguaje mágico”. Cualquier
parecido con la España franquista no es mera casualidad. El relato de Díaz Trillo
alterna la crónica familiar con episodios cruciales de la historia de España.
Nos instala en los años anteriores a la muerte del caudillo y en los momentos decisivos
de la transición, que Cándido vive, como no podría ser menos, con terco optimismo,
en compañía de los versos del poeta y libertador de Cuba José Martí, cuyo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ismaelillo</i> se lleva a la “mili”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
el servicio militar Cándido es ascendido a Alférez de Inteligencia, misión que
consiste en leer e interpretar documentos y en redactar informes donde desliza
versos e ideas de próceres como Simón Bolívar y José Martí, que le imprimen un
tono iberoamericano y cierto carácter de ecuanimidad y sentido universal a las
misiones militares. Traductor, intérprete, o poeta, Cándido cultiva el arte de
la diplomacia en un momento en que España ingresa a la Unión Europea y aspira a
ganarse el respeto de la comunidad internacional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">En
mucho contribuye el trabajo de Cándido al desarrollo y cumplimiento de los
propósitos que esperan sus superiores. Pero antes que ser recompensado por sus
habilidades y talento, debe saborear los sinsabores de la ingratitud, de la
avaricia y de la desmedida ambición de quienes se mueven por propios intereses.
En sus desplazamientos motivados por las misiones militares de paz en las que
se integra, conoce la gratuidad del mal ante el que se siente impotente. Entre
conflictos armados transcurre la vida de este Cándido moderno, que asiste en primera
línea de fuego a los enfrentamientos en países africanos o en la antigua
Yugoslavia. Cándido presencia impotente el incendio de la biblioteca de
Sajarevo donde es herido, pero también vive la palpitante realidad de los
refugiados o la consumación de delitos de lesa humanidad por parte de los
instrumentos del poder transnacional, cuyos horrores lo dejan sin habla. El
final de su aventura no es otro que el retiro propuesto por Voltaire quien
aconseja dar la espalda a la mediocridad de los asuntos mundanos y dedicarse al cultivo del jardín interior. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">José
Juan Díaz Trillo baraja en este ameno relato experiencia e invención para evidenciar la permanencia
de la ironía voltairiana y, con ello, comprobar que los comportamientos humanos
poco cambian. Se desprende de todo ello el amargo desencanto de quien quisiera con
su impronta adecuar el mundo a los ideales que siempre persiguiera.<o:p></o:p></span></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-14254399465955866442018-10-28T02:11:00.002-07:002019-03-24T04:55:17.767-07:00Escritoras y escrituras III. Rosa Lencero, La paz del lobo<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La narrativa en torno a la Guerra
Civil Española escrita por mujeres encierra un valor añadido, el del punto de vista
que profundiza en el papel de las mujeres y ofrece otra cara de ese periodo que
contempla tanto la ilusión como el desencanto colectivos. Tradicionalmente
relegadas al ámbito doméstico, las mujeres españolas de los años treinta,
formadas en los valores republicanos, fueron conquistando parcelas de libertad.
La República les ofreció educación y oportunidades desarrollar su talento. Al
peligrar estos logros con el golpe de Estado, muchas de esas mujeres decidieron
defender la causa. Durante la contienda salieron a luchar, ya en la retaguardia,
ya incluso en el frente y armadas, donde combatieron al lado de los hombres. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En las últimas décadas, la literatura
española ha dado cuenta de este hecho en narraciones como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de una maestra </i>(1990), de Josefina Aldecoa, quien se
centra en la experiencia de una joven maestra. Esta obra evidencia el nuevo rol
para la mujer, momentos previos al estallido de la guerra: independiente
económicamente, con criterio propio y autoridad para educar a los otros. Asimismo,
tenemos el testimonio de la valiente miliciana Hortensia y sus compañeras, las
trece rosas condenadas a muerte, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
voz dormida</i> (2002), de Dulce Chacón. En la cárcel, esta mujer, que espera
la muerte, teje y escribe mientras aguarda el nacimiento del hijo que le
arrebatarán los verdugos. También se nos ofrece la historia de dos familias
procedentes de bandos antagónicos destinadas a encontrarse en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Corazón helado</i> (2007), de Almudena
Grandes. La obra maneja una abrumadora cantidad de personajes y de temporalidades
conectando el pasado y el presente. Destacan en ella mujeres poderosas,
de férrea voluntad, como aquella que, vestida de negro, deja flores durante
años ante la pared donde fueron fusilados los suyos.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-JASaLAuDndc/W9V89mFY8vI/AAAAAAAAAXE/I_30lVzCMXMqfl8kwu9tZ2XpLhLmhj5cgCLcBGAs/s1600/la-paz-del-lobo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="275" data-original-width="183" src="https://1.bp.blogspot.com/-JASaLAuDndc/W9V89mFY8vI/AAAAAAAAAXE/I_30lVzCMXMqfl8kwu9tZ2XpLhLmhj5cgCLcBGAs/s1600/la-paz-del-lobo.jpg" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De esa constelación de novelas forma
parte <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La paz del lobo</i> (2006), de Rosa
Lencero, que nos sumerge en una España rural cargada de añoranzas: “no existe
quien no recuerda”, nos dice la mujer que sirve de conciencia al relato. El
punto de referencia de la historia es la Guerra Civil y su impacto en la
memoria de una pequeña comunidad extremeña que aún añora las promesas de la República.
Una chaqueta herida por la metralla y un cartel arrugado de las Milicias de la
Cultura, constituyen los recuerdos de la abuela Jacinta Triguero. Rita, su hija,
alumna de la Escuela Normal de Maestras de Madrid, que había enseñado a leer a
los soldados de las trincheras, educa a Anselmo, convencida de que “la cultura
hará un día libres a todos los hombres”, mientras en secreto le lee versos de
Miguel Hernández. Muy reveladora es su respuesta cuando, años más tarde, se le pregunta si no se ha
planteado volver a enseñar, algo que ella no ve posible en el nuevo régimen:
“Nosotras las mujeres, todas, hemos perdido la guerra. No creo que unas y otras
seamos distintas. ¿Qué diferencia hay? Ricas y pobres a ambos lados. En medio
el dinero y lo que se puede comprar con él”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-lSIMN_IiVKs/W9V9ONRh8wI/AAAAAAAAAXM/wHF8cTuKddMQgtvPXEXwKg5Mjk-WRaIvgCLcBGAs/s1600/rosa-lencero.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" src="https://1.bp.blogspot.com/-lSIMN_IiVKs/W9V9ONRh8wI/AAAAAAAAAXM/wHF8cTuKddMQgtvPXEXwKg5Mjk-WRaIvgCLcBGAs/s1600/rosa-lencero.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La historia en esta entrañable novela
es un murmullo de voces que viajan de boca en boca tejiendo y destejiendo el
pasado familiar y que la autora conecta con la tradición literaria rindiendo un homenaje a Cervantes y a las voces poéticas más comprometidas en las primeras décadas del siglo XX. Entre todos, parientes, amigos y vecinos, evocan con nostalgia
un pasado detenido en un momento que marca un antes y un después. Con bodas,
bautizos y funerales se mezclan grandes acontecimientos: guerras,
levantamientos, ejecuciones, la Reforma Agraria del treinta y seis, la tenaz
lucha por la vida, los orígenes familiares, la conexión con América Latina y la
relación con la frontera portuguesa. Pero aquí también los bandos contrarios
están destinados a encontrarse y a sellar las heridas con el olvido, aunque a
Rita, de férreas convicciones, a quien los fogonazos del pasado le nublan la
mirada, solo le quedará el consuelo de la poesía, los versos de Miguel Hernández
y los de Pablo Neruda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-22468351547053781472018-10-24T09:33:00.000-07:002019-04-07T11:15:58.197-07:00Escritoras y escrituras II. Teresa Ruiz Rosas, Nada que declarar<br />
<div class="MsoNormal">
La literatura peruana actual escrita por mujeres destaca por
su audacia y libertad formal a la hora de dinamitar las estéticas hegemónicas,
ya no impuestas por una visión androcéntrica, sino enquistadas al interior de
la conciencia femenina. El Comando Plath, sin duda en homenaje a Silvia Plath,
se propuso revisar el canon en su país y ofrecer otra alternativa de voces
femeninas que atraviesa fronteras geográficas, pues llega a conectar el Cuzco
con Nueva York; así como fronteras mentales y de género: desde la poesía y la
prosa hasta la autoficción, que se cuela por las redes sociales para compartir
experiencias y formas de vida alternativas que rompen con los conceptos
burgueses respecto a la familia y las relaciones sexuales, pensemos, por
ejemplo en Gabriela Wiener. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-JfyGXWy9kwg/W9CeUENZxXI/AAAAAAAAAWw/vVZKVfW48DkgTkiHZQEDn6FJc1gDPWBCwCLcBGAs/s1600/teresa-ruiz-rosas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="174" data-original-width="290" src="https://4.bp.blogspot.com/-JfyGXWy9kwg/W9CeUENZxXI/AAAAAAAAAWw/vVZKVfW48DkgTkiHZQEDn6FJc1gDPWBCwCLcBGAs/s1600/teresa-ruiz-rosas.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Teresa Ruiz Rosas (Arequipa, 1956) quien reside en Colonia
después de haber vivido en ciudades como Barcelona o Budapest, no está en medio
de este huracán, pero ha llegado paso a paso a consolidar una escritura firme
que se sostiene en una conciencia del idioma, que quizás ha cultivado como
traductora del alemán, y con un dominio de los recursos narrativos al servicio
de una prosa ágil, sinuosa, a veces laberíntica, de inesperadas asociaciones
intertextuales. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nada que declarar. El
libro de Diana</i> (2015), su última novela, escrita con el descarnado humor que
la caracteriza, nos lleva de Lima a Düsseldorf en una travesía que podría ser
tópica, la de la joven humilde que aspira a casarse con un extranjero, que espera la
rescate de la miseria y le permita saltar la barrera de obstáculos sociales
impuestos por en su país, y así poder ayudar a su familia. Con esta ilusión
viaja Diana a Alemania para acabar en una sofisticada red de
prostitución: “Porque lo amaba le había creído que su viaje significaba la gran
alternativa para su familia, para zafarse con eficacia de la plaga de la
miseria”. El testimonio de su experiencia nos llega a través de Silvia, quien
parece hablar para sí misma, más que para los lectores, pues al transmitirnos
el testimonio de Diana cuestiona no solo la vida propia, sino la cultura
encorsetada a la que pertenece, la sociedad peruana estratificada, racista,
despiadada con los más humildes,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y
cargada de prejuicios. <o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-B7km4P84BDw/W9CejgFcmaI/AAAAAAAAAW0/H42FEDJexu4zHGKEn9HX17iRVp0zP2wygCLcBGAs/s1600/nada-que-declarar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1010" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-B7km4P84BDw/W9CejgFcmaI/AAAAAAAAAW0/H42FEDJexu4zHGKEn9HX17iRVp0zP2wygCLcBGAs/s320/nada-que-declarar.jpg" width="201" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La mujer cambiada</i>
(Lima, 2008) Ruiz Rosas ya nos había sumergido en los años más oscuros del
terrorismo senderista en el Perú, para mediante la metáfora de la mujer transformada
en otra por obra de la cirugía estética,
poner en evidencia la realidad de su país durante el conflicto armado vivido en los ochenta y los noventa del pasado siglo. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nada que
declarar. El libro de Diana</i>, en cambio, Ruiz Rosas nos hace recorrer
pasadizos sórdidos de una Lima oculta, nos lleva por los pasillos de organismos
internacionales, para mostrarnos la indiferencia ante el dolor ajeno, pues ya
no es solo la farsa y la impostura de una sociedad tercermundista, en proceso de
deterioro lo que lacera, sino la cara más cruel de la emigración, el tráfico de personas, el
comercio sexual y la corrupción de organismos financiados por las potencias
europeas. Pero Diana Postigo, llamada Diosa de las Tinieblas, la colegiala
peruana, que al otro lado se convierte en prostituta de ventana, cocina su
venganza a fuego lento. </div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y es que en esta vertiginosa travesía de no más de cuatro
años, la autora nos ha hecho vivir el infierno, antes de que la mujer engañada, la
víctima, recupere su identidad, lo que le imprime mayor fuerza a este relato
basado también en la solidaridad entre las mujeres y en el poder de la
escritura para transformar la realidad. Por todo ello Teresa Ruiz Rosas se consolida como una
de las voces más potentes de esa diáspora latinoamericana que se afianza
transpasando fronteras.<o:p></o:p></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6297858491249770248.post-67244346399240600362018-10-22T10:30:00.000-07:002019-03-24T04:56:28.857-07:00Escritoras, escrituras I: Carme Riera, Vengaré tu muerteCarme Riera (Palma de Mallorca, 1948) es una de las
escritoras más destacadas en el contexto de la literatura tanto en catalán como
en español. Traducida a más de doce idiomas, es una figura pública que ha
sabido compaginar la escritura con la cátedra de Literatura Española, además de
otros cargos. Galardonada con el Premio Nacional de las Letras en 2015, es miembro<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la Real Academia Española y presidenta de
CEDRO, la entidad que gestiona los derechos de autor en España. Con una larga
trayectoria literaria que abarca trece novelas, a las que se suman otros tantos
títulos en distintos géneros <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vengaré tu
muerte</i> es un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">thriller </i>en el que
la autora juega con las posibilidades del género para introducirnos por los
laberintos de la corrupción en la Cataluña de la primera década del siglo XXI.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-inCppmJoHtE/W84ICVc8RRI/AAAAAAAAAWU/x2aD7imkYs0OXtJgtvD4GkTTzhlUpSsgQCLcBGAs/s1600/Carme_Riera.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="330" data-original-width="220" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-inCppmJoHtE/W84ICVc8RRI/AAAAAAAAAWU/x2aD7imkYs0OXtJgtvD4GkTTzhlUpSsgQCLcBGAs/s320/Carme_Riera.jpg" width="213" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si bien Riera ya nos había instalado en un campus
universitario, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Naturaleza casi muerta</i>
(2012), con cuatro crímenes por dilucidar, en esta última novela se intenta demostrar
que la justicia ha errado al condenar a dos personas por un delito que no
cometieron. El caso es la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desaparición
de un empresario catalán, para lo que la autora elige el punto de vista una
mujer que ha trabajado como detective y que decide escribir un libro para
conjurar su culpabilidad por haber enviado equivocadamente a la cárcel a dos
inocentes -no tan inocentes de otras faltas, por cierto-. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La novela nos instala en una Cataluña marcada por la
corrupción y sus secuelas, la fuga de capitales más allá de sus fronteras “vía
maletín” a donde se envía el dinero negro de las operaciones comerciales
clandestinas que arrastran a muchos empresarios. La narradora acota el campo
donde se producen estas operaciones fraudulentas: “[…] esas cuarenta familias
emparentadas de las que hablaría el estafador Millet que, por entonces, ya
había desviado fondos del Palau de la Música hacia otros bolsillos y, por
descontado, a los propios, optaban por esquiar en Andorra”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-MgoIu-GaTtw/W84I-DwOJyI/AAAAAAAAAWk/HjrI6hEBx70XwJzTylPlVDr6JjLyTOz8ACLcBGAs/s1600/Vengar%25C3%25A9-tu-muerte1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="283" data-original-width="178" src="https://2.bp.blogspot.com/-MgoIu-GaTtw/W84I-DwOJyI/AAAAAAAAAWk/HjrI6hEBx70XwJzTylPlVDr6JjLyTOz8ACLcBGAs/s1600/Vengar%25C3%25A9-tu-muerte1.jpg" /></a></div>
<span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
La trama se complica, dado que la persona que denuncia la
desaparición del marido, el empresario Robert Solivellas, la propia esposa,
dificulta el esclarecimiento de los hechos con medias verdades y mentiras. La
primera advertencia que recibe Elena Martínez, nuestra detective, es la muerte
de perro Jimmy al que encuentra ahorcado colgado del ventilador encima de su
cama. La señal que la lleva tras la pista de la trama corrupta son unos cedés
con imágenes de orfelinatos chinos, junto con el robo de unos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">caganer</i>, que conectan con Bogotá, la
capital colombiana.<br />
<br />
Entre pedófilos, ockupas, parricidas, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>narcotraficantes y sicarios se abre camino
esta detective desconcertada por los pronósticos de su amiga vidente que parece
dar en el clavo con la interpretación de las pistas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El humor y la ironía, sin lugar a dudas,
convierten esta narración en una parodia del género que se cuestiona desde el
punto de vista femenino, hasta las fronteras de la lengua, las tradiciones, pasando
por los principios morales, para ir al fondo de la condición humana, el miedo,
el egoísmo, la ambición desmedida, la ruptura de los afectos familiares, la crisis de una sociedad que sacrifica los más preciados valores.<br />
<br />
Además,
la fusión entre narradora y protagonista permite no sólo cuestionar el género, sino criticar con distanciamiento y objetiva crudeza un sistema corrupto hasta la raíces. Inevitable recordar a la célebre Alicia Jiménez Bartlett a
quien, sin duda, Carme Riera rinde un homenaje cuando su personaje Elena se
propone vengar la muerte de su perro <i>Jimmy</i>,
lo que no puede hacer Petra Delicado, en <i>Día
de perros</i>, con <i>Pompeyo</i> animal feroz que debe ser ejecutado sin piedad. <br />
Finalmente,
se deja a salvo en esta intriga el valor de la justicia, y la literatura, para tranquilizar la
conciencia y así poder realizar el deseo de una vida sencilla y apacible, como añora la detective Elena Martínez Castiñeiras.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<br />Consuelo Triviño Anzolahttp://www.blogger.com/profile/16739834954260795119noreply@blogger.com0