Sixparo de Milagros Salvador

Milagros Salvador es una poeta singular en el panorama de la escritura de mujeres en lengua española, por la manera que tiene de abordar los temas, como el amor y el erotismo, por su conciencia de género y su compromiso con las causas sociales, por su pasión por Madrid y la devoción hacia la escritura.

Su amor por las palabras convierte la escritura en un acto mágico del que emerge la profundidad del sentimiento, porque escribe bajo el sortilegio del abecedario que va desentrañando en cada título, en cada poema, en cada verso. Este libro que ha nombrado con el término extraño: Sixparo es un ejemplo del efecto que ejerce en ella una palabra sustantiva como el nombre, que en este caso guarda un significado misterioso, la clave para acceder a otro tipo de saber más profundo, el que ofrece la verdad poética.


El poemario se divide en cuatro partes, siendo la cuarta un breve epílogo. En la primera el yo poético se desdobla en Penélope para comunicarnos el dolor de la ausencia. Los poemas en torno a Ulises son la columna vertebral de un universo que se apoya en los clásicos, lo que es característico del mundo poético de Milagros Salvador. Su conocimiento de la cultura y de los principios de la lírica definen una postura que reconoce los cimientos de nuestra cultura y la propia estructura del logos en los clásicos.

El libro dibuja una trayectoria amorosa desde la espera a la ausencia, hasta llegar al olvido y a la permanencia del nombre.

En el poema “Los tres Ulises (evocación de una ausencia) Penélope dibuja el “camino sutil de la esperanza”, en Ulises I, refiere la ansiedad ante el paso del tiempo y la plenitud del reencuentro:
“y me entrego al retorno de tus brazos/ con la sed de los años que guardé”, Ulises II expresa el desencanto. Ulises III evoca la ausencia y la fuerza del deseo, el poder que se asigna al acto de invocar el nombre del ausente. Ese poder de invocación del nombre implica reconocer la existencia de lo señalado, y la autora lo ejerce a la hora de bautizar este libro. La segunda parte del poemario incluye la pieza que le da título “Sixparo”: “espiral infinita / donde se mira mi alma/ silente ante el espejo/ y en ella se recrea el universo propio”. Esa parte, a su vez, se subdivide en tres, cuyos títulos hacen referencia a las flores (rosas y violetas) y al jardín. El simbolismo de las flores con sus colores y aromas propios del ritual amoroso.
La tercera parte está compuesta de un poema que titula «Breviario del corazón», que en versos de tres y cuatro estrofas, anticipa el silencio como destino poético, la infinitud de significado que guarda: “Palabra amor. / borraré de mi historia/ todo lo que quedó / sin la luz de tu nombre”, porque un nombre en sí mismo encierra el universo. De hecho, el epílogo sintetiza esta trayectoria amorosa: de la ausencia al desengaño y del desengaño a la permanencia del nombre, en estos cuatro versos: “Si alguna vez se acercan/ a descifrar mis versos,/ descubrirán que yo los escribí con acento sagrado”. Como en toda la poesía de Milagros Salvador, las palabras van creando una a una el aroma del verso cerca del corazón del lector. Como ahora nos demostrará ella misma.

Comentarios

  1. Enhorabuena Milagros, tengo ganas de leerlo, será muy bueno, como todo lo que haces, un abrazo,.
    Lola Martínez

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