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Mostrando entradas de julio, 2014

Pájaros debajo de la piel y cerveza, Araceli Otamendi

Araceli Otamendi (Quilmes, Buenos Aires), directora de la revista digital Archivos Sur , obtuvo con esta novela el Premio Edenor a Escritores Noveles de la Fundación El Libro, en el marco de la XX Exposición Feria Internacional de Buenos Aires en 1994. Se trata de un original, ameno y mordaz relato policíaco que en ningún momento cae en la banalidad en la que suele incurrir un género que confía demasiado en el manejo de la intriga. Se abusa, creo, de elementos como el crimen y sus circunstancias, de la corrupción de los poderes, las arbitrariedades de la justicia o las trampas de la belleza femenina. A menudo encontramos personajes estereotipados, como el detective solitario que se da a la bebida y padece problemas gástricos a los que se achaca su mal carácter. En otros relatos estamos ante situaciones tópicas que pretenden divertir, malentendidos o disparates que distraen la atención del lector mientras sigue la pista del asesino. La finalidad del relato policíaco no es otra que div

La piel del miedo, de Javier Vásconez

Javier Vásconez es sin duda uno de los más destacados narradores ecuatorianos, aunque no sé si deba relacionar el patronímico con la obra, ya que tras su escritura está la férrea y constante vocación de un autor de aspiraciones universales, que elude lo local y lo histórico y que prefiere introducirnos en los laberintos del alma humana, como ocurre con esta novela tan bien acogida por la crítica más exigente. Un ejemplo puede ser Ignacio Echavarría quien así la define: «Todos los elementos que caracterizan la narrativa de Javier Vásconez comparecen en estado de gracia en esta novela escrita con la penetrante plasticidad de una prosa parsimoniosa y envolvente», opinión que comparto, pues mi experiencia de su lectura ha sido tan grata como sorprendente. Confieso mi debilidad por las novelas de formación que exploran una etapa de la vida en la que el ser humano redescubre el mundo, ya no con los ojos encantados del niño sino con una curiosidad morbosa que lo lleva a los abismos por el qu